jueves, 31 de marzo de 2011

Día CLXIII

Son las nueve y cuarto de la mañana de este treinta y uno de marzo, último día del mes, cuando comienzo a escribir el Blog. El día ha amanecido con un sol espléndido que con toda probabilidad nos acompañará durante toda la jornada. Así da gusto.

Precisamente ayer, justo después de acabar el blog, y a pesar de que el tiempo no era tan bueno como el de hoy, mi mujer y yo nos fuimos a dar un paseo por El Muro. Al final, entre ir y venir fue una hora larga fuera de casa. Os puedo asegurar que yo llegué como nuevo, lo que certifica mi buen estado físico actual. No podría decir lo mismo de mi mujer, quien se queja siempre de que la llevo a rastras. Es que en cuanto pongo el piloto automático no hay quien me pare. Mi padre cada vez que me acompaña se pilla unas sudadas que tiene que cambiarse nada más llegar a casa. Y eso que él está de caminar un montón.

Después del ejercicio nada mejor que un buen plato de pasta para recuperar fuerzas; y por supuesto una siesta reconfortante. Con esos mimbres no fue de extrañar que por la tarde diéramos un nuevo paseo. Cualquier día que nadie se asombre si os digo que he empezado a trotar. Bueno, para eso todavía falta mucho, pero todo llegará. ¡Quién sabe! Si lo del trasplante saliera adelante lo mismo llego a tiempo para correr la San Silvestre de este año. Ya veis que sigo siendo el de siempre, con la cabeza llena de pájaros.

Ayer os comentaba que había dado inicio a un libro que versa sobre el eterno conflicto entre las distintas religiones. Pues justo tal día como hoy, allá por el 1492, la reina Isabel de Castilla promulgó el Decreto de la Alhambra, que instaba a sus más de 150.000 súbditos judíos a convertirse al cristianismo o en caso contrario, afrontar la expulsión del país. Lo curioso es que no fue hasta el 16 de diciembre de 1968 cuando el edicto fue revocado de forma oficial tras el Concilio Vaticano Segundo. En fin, quizás sea más agradable recordar que también en un día como hoy, nuestra vecina Francia, en 1889, inauguraba de forma oficial su Torre Eiffel. ¿Cuántos millones de visitantes habrá recibido desde entonces? Incalculable. Yo estuve en una ocasión, creo que fue en el verano de 1992, acompañando como monitor a un grupo de escolares de octavo de la antigua EGB. ¡No!, esperad: fue en el de 1994. Ahora lo recuerdo perfectamente. Básicamente porque nunca olvidaré aquella final perdida del Mundial de EEUU frente a Brasil en los penalties, con las mofas de los niños al día siguiente al entrar en el autocar. Anécdotas a parte, tengo ganas de volver a París porque apenas recuerdo gran cosa. Pero por lo que recuerdo diría que me gustó más Londres, y por supuesto, por delante de ellas estaría Roma.

De mi estado nada nuevo que comentaros. He dormido muy bien, no tengo ninguna molestia y estoy como loco por salir a dar una vuelta esta mañana. Prefiero no pensar demasiado en los resultados que tienen que venir de Salamanca, porque es inútil agobiarse con algo que no podemos controlar. Yo creo que no serán muy distintos de los que nos dieron ayer. O al menos, eso quiero creer. Luego ya será el momento para que se pongan de acuerdo con Oviedo y ver si procede prepararse para el trasplante. Y ahí será el momento de apretar de verdad los dientes. Pero hasta entonces lo que tengo que hacer es coger todas las fuerzas que pueda. He pensado hasta retomar mis ejercicios con la wiiFit que tengo aparcada debajo del sofá desde ni se sabe cuándo.

Bueno, pues nada más por este soleado jueves. Un fuerte abrazo a todos… “y mañana más”.

1 comentario:

  1. Hola Fili: Cuanta adrenalina... Al final será verdad lo de correr la San Silvestre... En cualquier caso a prepararse para lo que venga, que todavía quedan algunos puertos de montaña que habrá que superar. Creo que si esta tarde también sales a pasear con Moo, al regreso el paseo sería el momento idóneo para retarle a un parchís: con el cansancio físico quizá tengas más posibilidades con el cubilete. Sigue así. Un abrazo. HONOR Y FUERZA.

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