martes, 15 de marzo de 2011

Día CXLVII

Es la una en punto de este martes quince de marzo cuando comienzo a escribir el Blog. Apenas acabo de llegar de dar un paseo de unos cincuenta minutos aprovechando que el día, sin ser nada del otro mundo, por lo menos no amenazaba lluvia.

Anoche no dormí demasiado bien. Desperté unas cuantas veces por culpa de unos pinchazos que en ocasiones sentía en la zona izquierda del abdomen, y en otras más localizados en las proximidades de las axilas de ambos brazos. Espero que no se hayan revuelto los ganglios o el bazo. De momento esta mañana sigo con algunas décimas de febrícula -ahora diría que alguna más- que después de tanto tiempo sin tener noticias de ellas, irrumpen de nuevo en mi vida diaria alterando la tranquilidad que llevaba disfrutando en las últimas semanas, casi meses.

De todas formas esperemos que no sean sino un pequeño efecto residual de las inyecciones de Neupogen que siempre revuelven un poco al organismo, aunque es cierto que la última la puse el sábado y siendo martes, deberían estar más que asimiladas por mi organismo.

Mañana como tenemos nueva sesión de tratamiento será el momento de realizar las pertinentes consultas. Confío en que no haya ninguna novedad que pueda retrasar o paralizar otra vez el tratamiento. Estoy bastante tranquilo en cuanto a que mis parámetros actuales sanguíneos no se corresponderían a una posible reactivación de la enfermedad, y por eso creo que la respuesta a estos pequeños síntomas que ahora padezco será cualquier otra cosa que seguro podremos solucionar.

Ahora mismo lo que más me apetece es que llegue la hora de comer para luego poder echarme un rato; a ver si con una pequeña siesta pongo un poco de orden en mi cuerpo.

No quiero acabar este blog sin recordar una importante efeméride que ocupa un lugar de privilegio en la Historia. Según el calendario romano, los idus eran días de buenos augurios que se celebraban el día 15 en los meses de marzo, mayo, junio, julio y octubre, y el 13 en los restantes. Así pues hoy celebramos el Idus de Marzo, y en tal fecha como hoy, allá por el 44 a.C. fue asesinado Julio César, quien por cierto, había sido advertido por un vidente de que se guardara de los idus de marzo. ¿Quién sabe si la Historia hubiera sido muy distinta de haber hecho caso César de aquella premonición?

Con esta pequeña anécdota me despido de vosotros. Un fuerte abrazo… “y mañana más”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario