Día CXXXIV

Son las cuatro en punto de este miércoles dos de marzo cuando comienzo a escribir el Blog mientras escucho algo de los Genesis, otro de los grandes clásicos de entre los grupos británicos y del que formaran parte Peter Gabriel y Phil Collins.

Anoche a pesar de la derrota del Sporting no me costó demasiado conciliar el sueño. Quizás porque ya me esperaba algo así. Y quizás porque desde el principio lo que vi sobre el campo me reafirmó en mis presentimientos. Es probable además que esta noche cuando vuelva a costarme, el equipo esté ocupando una de las tres plazas que llevan a Segunda. Pero tampoco eso me quitará el sueño. Lo importante es no estar en la última jornada. Que se lo digan si no por ejemplo al Betis, que todavía no ha despertado de la pesadilla que supuso verse abocado al descenso en la última jornada después no haber estado en toda la Liga en esa tesitura. Y ahí siguen casi dos años después.

En fin, a lo nuestro, que ya es bastante. Esta mañana he estado por el hospital y como afortunadamente empieza a ser costumbre, todo ha ido conforme lo previsto. Para empezar la analítica sigue mostrando unos parámetros sanguíneos estables, con una ligera mejoría en el número de plaquetas, aunque prácticamente insignificante. Además, la prueba de serología que realizamos el viernes pasado arroja resultados positivos en el sentido de que el virus permanece bajo control.

Respecto a las molestias que siento en mi cabeza, en especial por las tardes y al anochecer, de momento vamos a continuar vigilándolas, pero por lo leves que son, no parece que puedan tener relación con la enfermedad. Tal vez pueda ser más con el tratamiento y con toda la medicación que tomo como profilaxis. Por supuesto si fueran a más entonces sí que deberíamos hacer probablemente una pequeña punción lumbar para tomar una muestra de líquido cefalorraquídeo. Pero no vamos a ponernos ahora en esa situación sin razón de peso para ello.

Entre una cosa y otra al final acabamos prácticamente a la misma hora de todos los días, esto es, sobre las tres, así que podéis imaginaros con el hambre que llegué a casa. Hoy lo que me saltaré será la siesta, porque en el hospital habré dormido una hora y media larga al inicio del tratamiento. Entre eso y la película que estuve tiendo después -3:10 to Yuma, un entretenido western protagonizado por Russell Crowe- se me pasó el tiempo relativamente rápido.

Para esta tarde nada fuera de lo habitual: descansar, leer algo y por supuesto ver el partido estrella de la jornada, el Valencia Barcelona, donde lo siento por los culés, pero espero que el conjunto ché le de un poco de salsa a esta Liga que de lo contrario quedaría bastante sosa. Y porque sinceramente -tampoco tengo por qué ocultarlo-, el equipo valencianista siempre ha sido un equipo que me ha caído realmente simpático. Diría que junto a Zaragoza, Betis, Espanyol y tal vez Depor, son de ese grupo de equipos que no sabría decir por qué, pero salvo cuando juegan contra el Sporting, por lo general me he alegrado siempre con sus victorias, o cuando menos, no he disfrutado con sus derrotas.

Como colofón al día de hoy supongo que leeré al menos un capítulo del libro ese del que no os he vuelto a hablar, El Cementerio de Praga. Yo diría que por la noche hay dos tipos de libros: el que te hace desear que no pase el tiempo para así poder leer el mayor número de páginas posibles antes de apagar la luz y el que te hace desear que pase cuanto antes para poder así apagar de una vez la luz sin importarte el número de páginas leídas, sino más bien las que te quedan por leer. He pasado la mitad del libro y de momento éste se mantiene en el segundo grupo.

Y nada más que contaros por este miércoles. Un fuerte abrazo… ”y mañana más”.