viernes, 25 de marzo de 2011

Día CLVII

Son las diez menos cuarto de este viernes veinticinco de marzo cuando comienzo a escribir el Blog. No hace mucho que me he levantado después de una noche muy tranquila, por lo que todavía se me escapa algún que otro bostezo mientras tecleo al portátil. Afuera tenemos un día que parece resistirse a las previsiones que hablaban de progresivo empeoramiento del tiempo. Con una temperatura que roza los dieciocho grados y sin apenas viento, el paseo matutino está garantizado.

Al igual que ocurre con los jugadores internacionales de fútbol, ayer a mí me llegó una citación, aunque en este caso no para jugar con la selección, sino para acudir la semana que viene al Ministerio de Trabajo al cumplirse un año de mi baja -¡cómo pasa el tiempo!-. El motivo es que debería en principio pasar una especie de examen médico que acredite la razón de mi baja prolongada y en función de su dictamen, me declaren en situación de incapacidad permanente –hasta que alcanzara la curación, claro está- o me den una prórroga de seis meses que es lo que suele suceder.

En cualquier caso el tema está en que por supuesto en mis condiciones actuales, con las defensas tan bajas, no estoy para ir a ningún lugar público a esperar a que me sometan a una exploración, porque como entenderéis, a ver qué tipo de exploración me van a hacer para corroboran que padezco un linfoma; un poco absurdo. Por ello ayer durante todo el día tratamos de ponernos en contacto con ellos, aunque sin éxito, pues ya se sabe que por lo general son gente de lo más ocupada.

Hoy sin embargo hemos tenido más suerte y aunque en un principio se mostraron reacios –evidentemente no comprendían muy bien la situación- e incluso un poco prepotentes, por no decir bordes, al final han accedido a que les envíe de momento un justificante para una primera valoración. En fin, que espero que nunca tengan que encontrarse de cara a la realidad de lo que supone una enfermedad como esta, porque tal vez entonces entenderían de lo que estábamos hablando. Ellos van un poco “por el manual”, o sea, como vulgarmente se dice, son sota, caballo y rey, por lo que en cuanto se encuentran con algo que se sale un poco de lo común no saben muy bien como reaccionar.

Cambiado a algo más agradable, para los amantes del motor comentar que esta mañana ha arrancado oficialmente la temporada de F1 con la disputa de los primeros libres en Australia. En la primera sesión pudimos ver a los RedBull del actual campeón Vettel y de su compañero Webber, marcar la pauta, seguidos por el Ferrari de Alonso, mientras que en la segunda el protagonismo fue para los McLaren de Button y Hamilton, tras los que de nuevo se colocó el asturiano. Mañana a eso de las siete de la mañana la clasificación. Que nadie dude que estaré como un clavo delante de la tele para verlos en directo. Eso sí, bien tapadito con una manta.

Y para esta noche vuelven los partidos internacionales, con la selección española que a las diez de la noche jugará frente a la siempre correosa República Checa. Algo antes, a eso de las nueve menos cuarto, y en el Grupo C, la nueva Italia de Prandelli tendrá un difícil compromiso frente a Eslovenia –no confundir con Eslovaquia, que fueron los que nos largaron del Mundial-. Por cierto, que hablando de fútbol hoy se cumplen justamente treinta años de la liberación de Quini, en Zaragoza, de cuyo secuestro ya habíamos hablado en su día.

Por lo que a mí se refiere sigo en situación de calma, sin apenas molestias, a la espera de que el lunes realicemos la biopsia. Finalmente no llevaremos a cabo la punción lumbar habida cuenta de que mis dolores de cabeza parecen estables y no ir a más. Y en cualquier caso, aunque se confirmara que hay infiltración de leucocitos en el líquido cefalorraquídeo, tampoco ello supondría ningún cambio en la pauta del tratamiento que estamos llevando. Así que mejor así: un pinchazo que nos ahorramos.

Lo que toca como siempre en estos casos es descansar, coger fuerzas y disfrutar en la medida de lo posible del fin de semana que tenemos por delante.

Quiero despedirme mandando un beso a una nueva lectora del Blog -¡crece la familia!-, que justo ayer me mandaba a través de él un comentario en el que me hizo recordar muy buenos tiempos en aquellos veranos eternos por la escalera 13 de San Lorenzo. Empezaban los 90. Siempre es de lo más agradable encontrar a gente con la que llevas un tiempo perdido el contacto.

Y nada más hoy, un fuerte abrazo para todos, no os estreséis mucho que ya es viernes… “y mañana más”.

2 comentarios:

  1. Hola Fili: En el tema de enfermedades y bajas laborales sabes que hay mucha picaresca, y seguramente la persona que te atendió no sería un médico, sino simplemente un administrativo. Menos mal que al final entraron en razón. Si te contara mis experiencias con los funcionarios de justicia... pero bueno. Lo importante es que te encuentras bien. Hoy fútbol internacional, luego F-1 y la semana que viene eliminatorias de baloncesto: ayer el Power Valencia derrotó al R. Madrid en su casa, e igualaron la eliminatoria, recuperando el factor campo. Fue muy emocionante e igualado. A ver que pasa. Un abrazo. HONOR Y FUERZA

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  2. Fili no seas inocente. Saben perfectamente de qué va esto. No quiero contarte cosas para no ahondar en la herida, pero ninguna picaresca justifica las terribles injusticias que se cometen con las personas y el indigno trato que se les da en muchos servicios de inspección de trabajo. Embarazadas en alto riesgo a las que se les obliga a ir al reconocimiento cuando están de baja precisamente porque tiene riesgo de aborto. Es una estupidez. ¿Para qué están los médicos entonces? Se trata de presionar usando los más viles métodos para que las personas se machaquen su salud incorporándose antes de tiempo, o pidiendo incluso altas voluntarias. Y luego si les pasa algo, ellos no son responsables. Yo les pediría a ellos que vinieran a tu casa a visitarte, que para eso estás siempre ahí. Y ellos pueden hacer ese servicio joer. Qué morro tienen!!! No acepto que nos traten como a números y menos en situaciones tan duras. Luego a los caraduras te aseguro que no les hacen nada... Un beso.

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