martes, 4 de octubre de 2011

Génesis Día 95

Con la única compañía a estas horas -van a ser la cuatro de la madrugada- del recopilatorio conmemorativo de los 111 años de la Deutsche Grammophon, doy comienzo en este martes cuatro de octubre al Blog. Para hoy nos espera parece ser que otro día de altas temperaturas y buen tiempo. ¿Quiénes eran los que despreciaban al Otoño? Porque este inicio de estación está dejando a la altura del betún al verano tan rácano en horas de sol que tuvimos por Asturias. Habrá que aprovechar estos días porque según se anuncia esta situación tan poco usual podría tener su fecha de caducidad a finales de esta semana. A ver si hay forma de que resista hasta el fin de semana.

Por cierto, que he mencionado de pasada a la Deutsche Grammophon y quizás a alguien le haya sonado extraño. En realidad se trata de una discográfica especializada en música clásica y que pertenece en la actualidad a la compañía Universal Music Group. Fue fundada nada más y nada menos que en 1898 por un norteamericano de origen alemán y siempre ha sido muy reconocida en el mundo de la música clásica por sus logros en alta fidelidad. En 1941 fue comprada por la compañía de electrónica Siemens & Halske -este nombre fijo que os suena ya más- y al acabar la Segunda Guerra Mundial perdió sus derechos sobre la marca His Master's Voice que fueron a parar a manos de la discográfica EMI. Para hacernos una idea de su importancia basta señalar que Deutsche Grammophon fue propietaria también del sello Polydor Records, la primera discográfica con la que grabaron los Beatles. Más recientemente - es un decir-, en 1987, Siemens vendió su participación en Deutsche Grammophon y Philips se convirtió en accionista mayoritario. En 1998 la compañía canadiense Seagram Company Ltd. compró Deutsche Grammophon y Polygram a Philips. Desde entonces Deutsche Grammophon forma parte de Universal Music Group. En fin, un poco de historia sobre una de las discográficas de mayor prestigio y de la que estoy seguro que todos en alguna ocasión habéis tenido alguna de sus notables grabaciones en vuestras manos.

Pero pasando a nuestra historia, la que es protagonista principal de este blog, comentaros que ayer fue otro día de lo más relajado para mí, pero al mismo tiempo fructífero. Es cierto que en cierto modo parece que voy notando la disminución de los efectos de los corticoides, y que en lugar de queroseno, funciono ya a base de gasolina "normal", pero todavía me mantengo en un estado más que aceptable, con ganas de hacer multitud de cosas, así que como el buen tiempo, habrá que tratar de estirar la situación lo máximo posible.

Ayer por ejemplo mi padre y yo no paramos en toda la mañana. A las diez ya estábamos echados a la calle y aparte de un buen paseo por El Muro, donde pudimos ver la playa de San Lorenzo llena de gente como si estuviéramos en pleno mes de julio, nos dedicamos a resolver pequeños recados sin mayor importancia, pero que hacen que estés entretenido durante unas buenas horas. Tantas como que hasta la hora de la comida no volvimos a poner un pie en casa.

Después, al poco, me cogí la línea -como se denomina- de Autos Mariano y que desde el Codema me deja delante mismo de la casa de mis suegros en Quintes en apenas media hora, tiempo que rentabilicé con una modesta pero honrosa cabezada, un pigacín que decimos por aquí. La tarde transcurrió así de la mejor manera posible, fuera del agobio de la ciudad, pero eso sí, cuidando de no estar mucho tiempo fuera de casa, porque no podéis imaginaros cómo cascaba el sol a media tarde.

Cuando llegó Mónica del trabajo, nos hicimos una pequeña excursión hasta Playa España, en la cual no había estado en todo el verano. Mientras ella se daba un baño reparador en unas aguas que estos días asemejan más el Mediterráneo que el alborotado Cantábrico, yo me quedé placenteramente a la sombra leyendo. ¡Qué paz se respira en esos momentos! Valen por un día entero. De todos modos algún día os hablaré también de las chapuzas constantes que a mi modo de ver se están cometiendo en esa maravillosa playa por parte del Ayuntamiento responsable de la misma, en este caso el de Villaviciosa.

Como antes os mencionaba, no sé si tanto ajetreo unido a la disminución progresiva de los corticoides es la responsable de que anoche me encontrara bastante cansado al llegar a casa. Lástima que ese cansancio no se traduzca luego en más horas se sueño, pero todo se andará, seguro. Esta mañana todavía seguiré con los 30mg de Prednisona, para bajar al día siguiente a 20. Y es que como todos sabéis los corticoides son sumamente efectivos para muchas dolencias, pero la parte negativa es que también entrañan muchos efectos secundarios, por lo que han de utilizarse por el espacio de tiempo extrictamente necesario y en la dosis adecuada.

Pero a pesar de ese cansancio citado, todavía tuve ganas antes de dormirme -o de intentarlo al menos-, de seguir con la lectura de El Primer Hombre de Roma. Me hace mucha gracia cuando lo leo el pensar que si ahora vemos la política como algo complejo, en ocasiones corrompida y llena siempre de conspiraciones, si la comparamos con las disputas que se daban en la antigua Roma no pasarían de mero juego de niños. Porque, ¡vaya cómo se las gastaban los romanos a la hora de progresar en política! Ahí quería ver a alguno de los politiquillos que nos toca sufrir cada día. Como vulgarmente se dice, no duraban un telediario.

Y para hoy se presenta un día parecido al de ayer, aunque hay por ahí un plan montado al que no sé si apuntarme o dejarlo ir, que lo mismo luego ni queroseno ni gasolina pa un mechero me queda. Y en estos tiempos de crisis ya se sabe: hay que economizar, incluso las fuerzas, aunque yo, que siempre he sido muy derrochador en todos los aspectos, esto de economizar no lo lleve muy bien. Doy graciasnal cielo de que Mónica me controla un poco la cuerda, porque si no...

Así que nada más, un fuerte abrazo, que tengáis un buen día, y no hace falta que os recuerde que "y mañana más..."

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