sábado, 22 de octubre de 2011

Génesis Día 113

Son las nueve y veinte de la mañana de este sábado veintidós de octubre cuando doy inicio al Blog. Esta noche he dormido de nuevo bastante bien, aunque para ello tuviera que tomarme antes un paracetamol, puesto que antes de irme a la cama tenía cuatro décimas, y es tontería irse con mal cuerpo y no descansar una vez que la fiebre está claro que ya no va a subir más.

Lo que sigue dándome también fastidio es el estómago, que a partir de las cinco de la mañana comienza a dolerme. No obstante, aun con esos dolores consigo dar media vuelta y volver a dormir. Ahora al levantarme, me encontraba algo mejor y después de un buen desayuno, apenas noto ya nada. Por lo general las molestias son más fuertes y continuas al atardecer y en la madrugada. El resto del día son más puntuales. Es curioso.

Ayer, después de la mañana un tanto estresante que tuve por Oviedo, tras comer en casa de mi tía, me sentí mucho mejor y decidí cogerme el coche y subir hasta Quintes. Dicho y hecho. Me pasé así el resto de la tarde tranquilamente en casa de mis suegros, si bien ellos andaban ocupados recogiendo -pañando decimos por aquí- manzana. Empieza la temporada de la sidra y lo primero lógicamente es pañar la manzana. Como podéis imaginar es bastante laborioso, puesto que no toda la manzana se encuentra en el suelo -sería la que se recoge primero-, sino que al final es necesario sacudir el árbol para tirar toda la que queda en las ramas, que suele ser bastante. Recuerdo en alguna ocasión que llegábamos a pañar en una mañana cerca de tonelada y media de manzana, recogidos en unos cincuenta sacos, que hay que transportar uno a uno hasta el tractor, cargarlos, y luego una vez llegado al llagar, volver a descargarlos. Vamos, que al acabar la mañana no eras personas. Pero eso era mejor que cualquier gimnasio, os lo puedo asegurar. De momento estamos en esa parte primaria del proceso. Cuando pasemos a la siguiente ya os iré comentando. Hablo en plural por la costumbre, porque como entenderéis, por más que me pese, no puedo ayudar como otros años. Es lo de siempre: cuando estaba bien era casi un martirio tener que ir a pañar manzana, y ahora, daría lo que fuera por cargar sacos. Y más en un día como el de hoy, que ha amanecido fresco, pero con un sol radiante. Que más de una vez nos tocaron días grises y lloviznando...

Por la noche tal y como teníamos previsto, acabamos con la primera temporada de 24h. Nos quedaban dos capítulos de los veinticuatro que componen cada temporada. Realmente me ha parecido una serie de lo más entretenida, aunque como todas, en ocasiones complican la trama con vueltas de tuerca que la hace un poco inverosímil, pero bueno, se trata de entretener y eso lo consiguen.

Cambiando de tema, mi madre sigue con su mejoría continua. Ya se pasa casi más tiempo en la sala común de visitas que en su propia habitación. Si no hay novedades es más que probable que el lunes le den el alta. Yo creo que sería mejor que se estuviera tranquila otro par de días en el hospital, porque es que la estoy viendo llegar a casa y ponerse a hacer sus cosas como si nada. Espero que los médicos le digan muy claramente el tiempo que puede pasar de pie, el que tiene que estar sentada o en la cama. Es con que estas madres de la vieja escuela no puede uno pelear. Son de otra pasta.

Y nada, hoy toca de nuevo día de deportes -ahora mismo estoy enganchado ya a los entrenamientos de motos del GP de Malasia-, con cuatro partidos de fútbol en Primera, entre los cuales, el más importante: el Sporting Granada a las seis. No tengo todavía claro si acudiré al estadio. Dependerá de cómo pase la mañana y si a las cuatro ando con febrícula o por contra me siento bien y con fuerzas para ir al campo. Si no tampoco pasa nada; lo vería en casa tranquilamente. Lo importante es que saquen los tres puntos sí o sí. En caso contrario sabemos lo que nos espera.

Feliz fin de semana a todos... "y mañana más..."

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