viernes, 28 de octubre de 2011

Génesis Día 119

Son las cuatro en punto de ls madrugada de este viernes veintiocho de octubre cuando comienzo a escribir el Blog. Habré dormido por tanto no más de tres horas y media tras acostarme después de ver dos nuevos capítulos de Los Soprano y estar luego un buen rato todavía leyendo en la cama antes de apagar la luz. Es más que evidente que los corticoides empiezan a hacer de las suyas, aunque también tengo que decir que en esta ocasión no han acabado del todo con mis problemas estomacales. Bueno, démosles un pequeño margen añadido de confianza.

Vuelvo así a escribiros a horas intempestivas, desde la cama y con el Ipad, lo que hace que de cada cinco letras que escribo, en una meta la pata. No sé por qué leches se me cuela por ejemplo siempre la puñetera letra m en lugar de la barra espaciadora. Supongo que serán los muñones que tengo por dedos. Al final, lo que en el portátil tardo tres cuartos de hora, con el iPad echo el doble. ¿Pero acaso tengo prisa? Pues no. ¿Entonces?

Ayer tuve un día en general bastante bueno: las molestias estomacales sin desaparecer del todo como digo, sí que han mejorado en parte, no hay ni rastro de la febrícula y de nuevo parezco haber recobrado las fuerzas. Me preocupa la posibilidad de tener que estar con corticoides demasiado tiempo, aunque por otra parte es una bendición estar así. No sé si me entendéis.

Para mis problemas de tripa llevo dos días a base de arroz blanco, que sin con pechuguita de pollo, que si con lenguado... Y siempre con un yougurt blanco de postre. Me van a quedar los ojos rasgados de tanto arroz. Menos mal que lo cierto es que al igual que me ocurre con la pasta, aunque sea a un nivel bastante inferior, me pasa algo similar con el arroz, en el sentido de que es complicado que pueda cansarme de repetir una y otra vez comiéndolo y cenándolo.

Ayer, dado que el día no estaba para muchas alegrías debido al fuerte viento que hacía, me marqué un paseo en la cinta de treinta minutos, que para desengrasar bisagras no estuvo mal. Hoy todavía tendremos el tiempo un poco revuelto durante las primeras horas de la mañana, aunque luego irá mejorando para dejarnos a las puertas de un finde que se anuncia soleado. El domingo así, tendremos que ir provisos de gafas de sol al Molinón, pues jugándose a las doce del mediodía el partido, el sol dará de lo lindo en la Triubunona.

Para hoy, a ver si puedo salir con mi padre a hacer unos recados que llevo postergando desde que comencé con la febrícula. Luego es probable que subamos a Quintes para ver si podemos echar una mano a cortar el llagar. ¿Que qué eso de cortar el llagar? Bueno, los autóctonos lo sabrán de sobra. Para el resto comentaros que no es más que cuando se prensa la manzana dentro del llagar, llega un momento en que aquello ya no echa gota. Se levanta entonces la prensa y nos encontramos con una especie de tableta gigantesca de turrón del duro, formada por lo que se denomina la magaya de la manzana. Parece totalmente seca, pero en realidad no lo está. Lo que se hace entonces es cortarlo, para lo cual con las herramientas apropiadas y con no poco esfuerzo, se va literalmente cortado por los laterales con unos diez centímetros de anchura y llegando hasta el fondo del llagar, y esa magaya que desprendemos, la volcamos en el centro, sobre la mencionada "tableta de turrón". De este modo cuando cortamos todo el llagar, lo que tenemos es una especie de montaña de magaya que igualaremos un poco a mano, para que cuando bajemos de nuevo la prensa, no se nos desparrame todo por los laterales que hemos dejado vacíos al haberlo cortado. Porque eso es lo que haremos: bajar de nuevo la prensa y para sorpresa de quien nunca lo haya visto, de aquella masa de restos de manzanas compactada, y que parecía totalmente seca, vuelve a emanar como por arte de magia el néctar de la sidra, la sidra dulce. Este proceso se repite varias veces hasta que por más que cortemos y apretemos no seamos capaces se obtener más líquido. Para la calidad de la sidra son muy importantes estos litros finales, pues en ellos se concentran al máximo los tanimos de la sidra que serán los que le conferirán su sabor y olor característicos.

Y después de este pequeño sermón de la manzana os dejo por este viernes. Darle duro que mañana es finde, y encima el domingo toca cambiar la hora. ¿Cómo es? Siempre me tengo que poner a pensarlo. A ver... ¡ah, sí!: a las tres de la madrugada del sábado al domingo retrasaremos los relojes una hora -una hora más de juerga sí-, de modo que cuando sean digamos las seis de la tarde del domingo con el nuevo horario, en realidad serían las siete y es por eso que oscurece primero. ¿Lo he dicho bien? Sería la primera vez en mi vida.

Pues eso, que tengáis una feliz entrada en este último fin de semana de octubre... "y mañana más..."

2 comentarios:

  1. Hola Fili: Hoy es el Génesis Día 119 y no 118, ja,ja, por fin te equivocaste en la cuenta. AL margen de este detalle, me alegro que aunque sea con cortisona, te encuentres mejor. Ya tocaba. Ahora a esperar que cumpla su cometido y limpie a los ocupas de tu cuerpo. Por aquí dicen que viene una gota fría, pero siempre que lo anuncian se queda en fuertes tormentas... cuando viene una gota fría de verdad nunca avisa... Un abrazo sidrero, ojala estuviéramos este finde en el llagar de mi suegro majando la manzana... El año que viene. HONOR Y FUERZA

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  2. Corregido queda. Gracias Pepe!!! A ver si este finde repetimos victorias Sporting y Valencia. Un abrazo!

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