martes, 5 de julio de 2011

Génesis Día 4

Son las diez pasadas de la mañana de este cinco de julio, de nuevo soleado, cuando comienzo a escribir el Blog. Ha sido un noche bastante larga, en el sentido en el que me he despertado un montón de veces con ganas de ir al baño. Esto de tener que beber cuatro litros diarios de líquido para cuidar el riñón es lo que tiene. Ayer no eché cuentas, pero tengo que confesar que rozaría los tres litros y medio con dificultad. Para hoy me he propuesto de veras llegar a esos cuatro litros dado que mañana tengo revisión y quiero salir guapo en la analítica, o al menos si no yo –complicado a estas alturas-, sí el riñón.

Lo que resulta curioso es cómo la cabeza a veces nos juega malas pasadas cuando se habitúa a ciertas rutinas. Esta noche por ejemplo, en una de esas veces que me tuve que levantar, fui incapaz de encontrar la luz. Estaba totalmente desorientado; por un lado, ¡fijaros!, buscaba el palo del gotero, por otro el interruptor de la luz que había en la cabecera de la cama del hospital… Menos mal que Mónica despertó y me sirvió de perro lazarillo. Casi cincuenta días en el hospital dejan a uno un poco despistado, por decirlo suavemente.

Pero bueno, volviendo a lo de antes, habrá que intentar beber los dichosos cuatro litros, y si hay que cambiar el tratamiento, que no sea porque yo no haya puesto todo de mi parte.

Por lo demás mi estado sigue siendo bastante paupérrimo, al menos para lo que yo desearía. Me canso con suma facilidad apenas camino cien metros y tengo que pararme a riesgo de que me salga el corazón en la boca. ¡Qué ironía para uno que toda su vida fue a las carreras! Ahora parece que mi mundo marcha a cámara lenta. Por eso me fastidia especialmente cuando la gente, o los propios médicos me ven y me dicen: "pero qué bien se te ve ya". No os podéis imaginar cómo me hierve la sangre por dentro. Será el orgullo patrio que me escapa por los poros.

La boca sigue sin curar del todo, o más bien diría que son los bordes de la lengua, lo que hace que se acentúen enormemente cualquier sabor ácido o salado. Esta mañana vamos a ver si hacemos una pequeña compra de líquidos que puedan entrarme mejor, tipo zumo con leche, aunque sin duda el ideal es el agua, pero claro, si tengo que beber los cuatro litros de agua nada más, corro el riesgo de que en el estómago me aparezcan ranas. Estoy pensando que unas cervezas, 0,0 por supuesto, podrían quizás formar parte del surtido. Aunque si os soy sincero, siempre he odiado ese tipo de cervezas. Quizás mejor Té con limón.

Por lo que se refiere a la maquiavélica cistitis hemorrágica, yo diría que está dando sus últimos coletazos, pero no me fío ni un pelo, porque no es ya la primera vez que me la juega y después de horas y horas sin aparecer al ir al baño, de repente se presenta cuando menos lo espero. Como os comenté, por supuesto habría medicaciones para solucionarla, pero por desgracia afectan al riñón, y no está éste para más saturaciones de toxinas. Así que habrá que dejar que siga su curso natural.

Hoy, aprovechandoe el día que hace, probablemente tome un poco el aire, que seguro que me viene fenomenal. Eso sí, protegido al máximo. El famoso medicamento que previene el rechazo, aparte de machacar de lo lindo el riñón, aumenta el riesgo de contraer cáncer de piel o de tipo linfático si uno no se protege convenientemente, o eso anuncia su prospecto entre los efectos secundarios. Menos mal que tengo por ahí una crema sin estrenar factor 90. Eso debe ser casi como ponerse pintura blanca en la cara.

Bueno, y nada más por este martes cinco de julio (me guardaré en secreto mi nueva victoria de ayer al Parchís), fecha que en el ámbito musical va marcada en rojo, puesto que allá por el 1964, en Inglaterra se fundaron nada más y nada menos que los inigualables Pink Floyd. Sin duda eran otros tiempos, pero su música sigue sonando igual de potente y cautivadora cuarenta años después. Así que lo dicho, un fuerte abrazo a todos… “y mañana más”.

2 comentarios:

  1. Hola Fili: Ya sé que desde fuera no podemos imaginarnos cómo lo estás pasando, pero no podemos más que animarte y decirte que verdaderamente has progresado mucho. Cierto que en 100 metros estás como yo si corro 1000 (o menos) pero es normal después de los casi 50 días en el Hospital. Más difícil era que pudieras ganar a la Reina del Cubilete, y ya ves, ayer volviste a ganar. Pues lo mismo con el St. T que está a punto de decir adiós. Seguro que día a dia notarás las mejoras. Y confío en que hoy te beberás los 4 litros de rigor. Eso supone beber un vaso cada hora (suponiendo que un vaso tiene la capacidad de un cuarto de litro) y así durante 16 horas. Perfecto, las otras ocho para dormir. Así que ánimo. Te voy a llamar Filigustavo... Un abrazo. HONOR Y FUERZA

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  2. Hola cariño!!

    Mira atrás ( solo para coger impulso) y piensa cómo estabas hace un mes: cómo no van a decirte que te encuentran bien!
    Evidentemente ni a ti ni a nosotros nos vale esto, pero con más paladas de paciencia y pasito a pasito como hasta ahora vas a ser tú el que diga "estoy bien".
    Miles de besinos y mucho mucho ánimo

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