jueves, 28 de julio de 2011

Génesis Día 27

Son la una menos cuarto de este jueves veintiocho de julio cuando comienzo a escribir el Blog. Acabo de llegar de Oviedo donde me tocaba únicamente poner los dos litros de rigor de suero. Con eso y el litro y tres cuartos de agua que llevo desde la noche tomados, de momento voy más que hidratado. Pero bueno, habrá que seguir luego durante el día, que o tengo mañana el riñón más presentable o pido hablar con el del laboratorio a ver qué narices está haciendo mal.

Menos mal que decidí no retrasarme demasiado porque aquello estaba hoy como un mercado persa. No había un solo sofá libre y había que esperar a que se levantara alguien para poder acomodar a otra persona. Al final como siempre se va solucionando sobre la marcha, pero espero que hayan tomado nota para el nuevo HUCA, nuevo hospital del que por cierto dicen las malas lenguas, o tal vez sea más conveniente decir las lenguas más informadas, que no se sabe ni cuándo se inaugurará porque sencilla y llanamente no hay un duro -no pongamos calificativo delante de duro- para comprar nada. Y mientras, siguen las visitas guiadas.

Como digo, afortunadamente cuando llegué había justo un sofá que quedó libre y ahí me apalanqué con el iPad a hacer un poco de esto y un poco de aquello para hacer tiempo durante las tres horas que dura casi el que pasen los dos litros. Me consuelo en la espera viendo lo que veo ahí a diario, aunque procuro también aislarme un poco. No os lo podéis imaginar y prefiero no contároslo. Mañana sí que me toca sesión completa con analítica y posterior consulta, aunque únicamente será para ver cómo está el riñón. Cruzo los dedos porque pesa sobre mi la espada de Damocles de tener que ir también el fin de semana. Otro día os cuento la curiosa historia –más bien leyenda- de este Damocles, que no era sino un cortesano al que por un día se le ofreció la posibilidad de ostentar el poder.

Por lo que se refiere al día de ayer, volvimos a subir a Quintes. A fin de cuentas había sobrado un montón de comida del día anterior y encima hacía un día precioso. Aunque llegué bastante más tarde que hoy del hospital, aun así paré de nuevo en Casa Kilo, donde volví a tener la oportunidad de saludar a viejos amigos.

Después de la comida, siesta de rigor, y luego a ver un poco los mundiales de natación de China, que no penséis que me los estoy perdiendo. Hoy de hecho a las tres tengo cita con la semifinal de waterpolo masculina entre Italia y Serbia, ¿o era Croacia? ¡Qué incultura la mía! Bueno, para ganarles da igual quienes sean. Mejor será no vacilar demasiado, que ayer las chicas cayeron contra las griegas, también en semifinales.

Lo que me amargó un poco la tarde fue el no poder ver el nuevo ridículo del Sporting, esta vez en Ponferrada, donde no pasamos del empate. Y mientras, el presidente reuniéndose con los dirigentes de Kappa por la dichosa camiseta. Mejor insisto se reunía con representantes de jugadores porque este equipo tiene una pinta que huele a Segunda que tira patrás. Preciado ya ha hecho malabarismos con las anteriores plantillas, pero al mejor malabarista llega un día que si complica demasiado el número también se le caen al suelo sus utensilios. Por cierto, que no sabía yo que lo del malabarismo –por darle un poco de historia al asunto- viene de allá de Egipto, más o menos del 1790a.c. y eran mujeres las pioneras en ese arte.

Bueno, menos rollos que se me acaba el espacio. Disfrutad de este día, de nuevo soleado –esperemos que dure-… “y mañana más”.

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