sábado, 16 de julio de 2011

Génesis Día 15

Van a ser las diez menos cuarto de este viernes dieciséis de Julio, Día del Carmen, cuando comienzo a escribir el Blog. Como cualquier otro día de la semana me he tenido que levantar pronto para tomar las pastillas, aunque cierto es, que habré dormido una horita más que ayer por ejemplo. La noche ha transcurrido sin novedades, o lo que es lo mismo, despertando cada cuarenta o cincuenta minutos. Aun así me he levantado bastante bien y sin excesivo cansancio. Supongo que las dos bolsas de sangre que me pusieron ayer habrán hecho su efecto.

Ayer por la tarde mi mujer y yo aprovechamos el buen día que hacía, y haciendo caso de las indicaciones de los médicos, salimos a dar un pequeño paseo. Y tan pequeño, porque apenas fueron veinte o veinticinco minutos alrededor de casa. Mis piernas y mi corazón no están para más excesos, ni mi vejiga tampoco, que con tanto líquido que le meto, cada poco me pide que la libere de su carga. Hoy, aunque el día ha amanecido nublado, intentaremos batir nuestro récord y a ver si llegamos a los cuarenta minutos por lo menos.

Reconozco que ayer no tuve un buen día, y me fastidia profundamente porque quienes más lo pagan son quienes más cerca están de mí. Pero es que a veces la cabeza me traiciona y por más que lo intento no tengo forma de controlarla. He intentado de todo, pero cualquier ejercicio de relajación por ejemplo, lo único que consigue es alterarme aún más. Cuando tengo un día así lo mejor es apartarse de mí y esperar a que se me pase, porque afortunadamente se me acaba pasando.

Yo creo que en el fondo de todo subyace que como podéis imaginaros lo de estar más de seis horas en una sala del hospital, sentado en un sofá, conectado a un gotero, pues como que me pone más rígido que el palo de una escoba. Ya sé que peor estaba cuando me pasaba ahí el día entero, que esto además es para ayudarme a curar, y bla, bla, bla… Todo muy cierto, pero ¿qué queréis? No puedo con ello. Estaba en aquella sala llena de gente como un tigre encerrado en una jaula. Y así fue, que cuando me soltaron,,, mordía.

Para el lunes nos toca nueva revisión y ahí veremos por dónde van los tiros. Prefiero no marcarme ya objetivos y que sea lo que tenga que ser. A lo que tengo que obligarme este fin de semana es a seguir bebiendo mucho, porque puedo evitarme así tener que volver a recurrir al suero, ahorrándome estancias en el Hospital De Día. Ayer en realidad el riñón fue lo único que me dio una alegría puesto que el nivel de creatinina se aproximaba al que tenía cuando fui dado de alta, y que entraba dentro de la normalidad, alta, pero normalidad a fin de cuentas.

Bueno, hoy como es sábado no me enrollo más. Simplemente para los amantes de la historia recordarles que allá por 1212, un día como hoy, se produjo la famosa Batalla de las Navas de Tolosa. ¿Quién no la estudió en el colegio? Y también quisiera recordar, por ser para muchos desconocido, que fue un dieciséis de julio, cuando el Apolo XI despegó del Cabo Cañaveral dirección a la Luna, en donde pondría sus metálicos pies cinco días después. Tres días más tarde la nave, con sus astronautas sanos y salvos, y famosos para el resto de sus vidas, amerizarían en aguas del Pacífico.

Dicho lo cual, me despido de vosotros. Buen fin de semana, disfrutad del tiempo los que podáis –por aquí ya está otra vez nublado como os he dicho-… “y mañana más”.

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