sábado, 31 de julio de 2010

Día 113

Son poco más de las nueve y cuarto cuando comienzo a escribir el Blog en este sábado, sexto día en el hospital. Esta noche hemos dormido un poco peor a pesar del cansancio que llevamos acumulando, así que habrá que recuperar un poco de sueño durante la mañana o por la tarde. La verdad es que las noches en el hospital se hacen muy largas, o muy cortas, según se mire.

Ayer por la mañana gracias al Nolotil de la tarde anterior me desperté prácticamente sin fiebre. Pasé así muy bien casi todo el día aunque por la tarde ya me fue subiendo un poco, sin llegar en ningún caso a la fiebre del jueves. Además en cuanto ven la necesidad me suministran Paracetamol con lo que el problema queda solucionado, a lo que se añaden los antibióticos que tomo también a diario. Bueno, en realidad si os cuento todo lo que tomo diariamente no tendría espacio en el blog. Un poco rollo, pero bueno, supongo que luego iremos quitando cosas paulatinamente conforme vayamos restableciéndonos.

Uno de los mejores momentos de ayer fue cuando una enfermera nos comentó que acababan de darle el alta a una persona ingresada al lado. Lógicamente el hombre era el tío más feliz del mundo según nos comentó. Esa imagen, aunque yo no lo haya visto, es la que ahora quiero mantener en mi cabeza para ir pasando todos estos días. Porque al final, también a mí me llegará ese día. Claro que luego que nadie piense que es salir y cantar victoria de inmediato. Habrá que esperar tres meses para en una primera revisión determinar si el trasplante ha sido realmente un éxito –que seguro lo será-. Y a partir de ese momento según me han comentado, tendré que volver a vacunarme de todo, porque es como si mi sistema inmunitario se hubiera reseteado. Tiene gracia. Lo mismo cambian también mis gustos o sensibilidades. ¡Igual un día me despierto y me doy cuenta que detesto el catenaccio! Eso sería el fin.

Por la mañana le estuvimos echando un ojo a los entrenamientos de F1 –hoy es la clasificación- antes de la hora de la comida, que por si no os lo había comentado nunca, es a las doce y media. ¡A ver quién tiene hambre a esas horas!

Seguimos como es lógico con el tratamiento según lo previsto, es decir, las tres bolsas de quimio, una a las once de la mañana, otra a las tres de la tarde y la última a las once de la noche. Son dos horitas cada sesión.

De tarde echamos una pequeña siesta, que falta nos hacía. Luego seguimos viendo en la tele la serie de Cómo Conocí a Vuestra Madre. Está simpática. Nunca he visto Friends pero supongo que salvando la distancia es en la misma línea de cuatro amigos que van acumulando historias que el protagonista, algunos años después, narra a sus hijos para contarles –en teoría- cómo conoció a su madre, algo que episodio tras episodio nunca hace ante la desesperación de sus hijos.

Para cenar tuve bastante suerte porque se retrasaron con mi cena, de modo que en lugar de a las ocho y cuarto me llegó a las nueve, un horario mucho más razonable.

Pero para quien lo echara en falta, deciros que antes de la cena sí hubo sesión de juegos: Parchís y dados. Dos cero para la señora que se aprovecha de mis décimas de fiebre para ganarme. Ya veremos cuando me recupere.

Hoy ha amanecido lloviendo, algo que no os voy a negar que particularmente agradezco aunque lo siento por quienes tuvierais pensando ir por aquí a la playa. Seguro que habrá más días. Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

viernes, 30 de julio de 2010

Día 112

Son las nueve y media cuando comienzo a escribir el blog en este viernes, quinto día en el hospital. Esta noche la he pasado sin duda mucho mejor que ayer, así que me encuentro realmente bien.

Ayer por la mañana me había despertado con bastante fiebre, que en principio es achacable a uno de los tipos de quimio que me están dando. Intentaron mitigar la fiebre con paracetamol, y en parte lo consiguieron, aunque la fiebre al par de horas o tres volvía a situarse próxima a los 39. Aun así seguimos con el tratamiento, pero eso sí, por la tarde a las seis y cuarto me dieron Nolotil y en apenas dos horas la fiebre había desaparecido y aguantó así toda la noche. Ahora me he levantado con alguna décima, pero nada como lo de ayer, y si volviera a subir demasiado supongo que pondríamos de nuevo Nolotil y listo.

La verdad es que no tengo mucho que contaros del día de ayer porque me lo pasé casi todo entre la cama y el sofá intentando que pasaran las horas y que bajara la fiebre. En los momentos en los que me encontraba mejor veíamos un poco la tele –seguimos con una serie de comedia que trajimos grabada, Cómo Conocí a Vuestra Madre- o charlábamos un rato. Fue así un día bastante pesado aunque como digo por la tarde mejoró bastante.

Una vez que desapareció la fiebre por la noche, aprovecharon para meterme dos bolsas de sangre para aumentar los valores de mi hemoglobina. Supongo que querrán que suban un poco de cara al trasplante del próximo lunes. Y todavía tuve sesión de quimio de once de la noche a una de la mañana, pero vamos, os puedo garantizar que me la pasé durmiendo a pierna suelta.

De momento no puedo tener sino palabras de agradecimiento para toda la gente que aquí trabaja porque están cien por cien pendientes de que no te falta de nada, y siempre de buen humor. ¡Y qué voy a decir de mi enfermera particular, mi mujer! Ayer la pobre se pasó medio día yendo a mojar gasas al baño para colocármelas en la frente.

Como podéis imaginar no hice nada de bici porque no estaba el cuerpo para ello, pero sí que mantuve la rutina de los ejercicios respiratorios con el aparatito de las bolitas. Y siento defraudaros pero tampoco hubo sesión de juegos. No quería darle demasiadas ventajas a mi mujer.

Después de la cena no nos perdimos nuestro episodio de Ley y Orden e incluso empezamos a ver El Último Samurai que comenzaba al acabar la serie, aunque yo como os decía antes, hacia las once y pico que me trajeron la quimio me quedé dormido hasta que dos horas después volvieron para quitar la bolsa, así que de la peli vi lo justo.

Hoy confío en que lo llevemos mucho mejor, porque de hecho así ha empezado. Casi sin darnos cuenta ya estamos a viernes y en un plis plas nos encontraremos con el lunes, día señalado para el trasplante. A partir de ahí sí que comenzará la cuenta atrás para mi vuelta a casa.

Hoy ha amanecido nublado pero parece que por la tarde se abrirán grandes claros y lucirá el sol. Y mientras vuelvo a escribir estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

jueves, 29 de julio de 2010

Día 111

Comienzo hoy a las once y veinte a dictar el Blog desde mi cama, contando con la inestimable ayuda de mi mujer (aprovecho para saludar!).

Esta noche ha sido complicada. Los efectos secundarios de la quimio desgraciadamente son tan fuertes como nos habían anticipado, principalmente manifestados en subida de temperatura y náuseas…

De todos modos, en el hospital me están ayudando a llevarlo mejor, y en principio se seguirá con el plan previsto.

Ayer por la mañana todavía me encontraba bien por lo que pude cumplir con mis sesiones de ordenador y de juegos, ganando al chinchón y cayendo derrotado a los dados. Y cumplí con mi sesión de bici.

A las 11 ya tuve la primera sesión de quimioterapia del día. Un poco más tarde, hacia las 12:30 llegó la comida ( y la visita médica); la verdad es que a estas horas no apetece comer, pero aún así procuro comer todo lo que me ponen incluso si la ración, como ayer, es doble.

Después de comer reposé un poco y empecé a notar cierta revoltura, con lo que empezaron paralelamente las bolsas para disminuir las náuseas. Y llegó la siguiente sesión de quimio, distinta de la matutina.
Dormí mi buena siesta, y estrenamos serie de la cantidad de ellas que trajimos en el disco multimedia.

A las ocho, como no, estuvimos viendo por la TPA el partido amistoso del Sporting contra el Barakaldo, que acabó con una interminable tanda de penalties, que se resolvío a favor del conjunto vasco.

Para rematar el día, a eso de las 11 tocó otra bolsa de quimio igual a la primera.

Hoy ha amanecido nubladete, lo cual agradecemos enormemente. Ahora parece que quiere abrir. En cualquier caso, seguimos en torno a los 28 grados en la habitación. Y mientras dicto estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

miércoles, 28 de julio de 2010

Día 110

Comienzo también hoy a las nueve y media a escribir el Blog, en este miércoles, segundo día en el hospital. Hemos dormido algo mejor aunque sigue siendo complicado por el calor que hace en la habitación y el ruido de los ventiladores que tenemos al lado. Para rematarlo ayer debía haber fiesta por aquí cerca porque tiraron fuegos artificiales a las once, a las doce y todavía hubo un par de voladores a eso de las dos de la mañana.

Una jornada metido en la habitación de un hospital da para muchas cosas y tenemos que aprovechar estos primeros días en lo que supuestamente me encontraré mejor. La verdad es que ayer tuve unas décimas por encima de 37 que todavía hoy me he levantado con ellas. Es más que probable que sean por culpa del dichoso calor y porque ayer comenzamos con la primera sesión de quimio. Tendremos una diaria hasta el domingo. Lo peor de la quimio en este caso es que son dos horas en las que tampoco es que te puedas mover mucho. Ayer la puse justo después de comer, así que entre tener la tripa llena y estar dos horas sentado en un sofá de plástico, sudé lo que no está en los escritos.

Por la mañana como ya os había comentado ayer, comenzaron a entrar en la habitación a las seis y media –en realidad la primera fue a las tres para cambiarme un frasco del suero-. Así que entre medirte la tensión, pesarte, sacarte sangre, tomarte la temperatura y no sé cuántas más cosas, estuvimos entretenidos hasta las ocho y media que vienen a cambiar las camas, lo que aprovecho para ducharme. Después del desayuno –este no es Continental como el de mi casa- me puse ya con el blog y con la cantidad de correos que tenía pendientes. Intentaré responderos siempre que pueda, aunque ya veo que habrá días en los que quizás no pueda hacerlo. Espero que sean los menos.

Tengo dos tareas para hacer cada día –orden del médico-: dos o tres sesiones de bicicleta estática de unos 15’ cada una y una serie de ejercicios de respiración que se hacen con aparatito que lleva unas bolitas de plástico que al aspirar por un tubo vas moviendo. Esto parece que es muy importante de cara a cuando tenga infecciones para que éstas no se queden ahí paradas en los pulmones y puedan complicarse. Así que ayer me hice mis 45’ de bici en tres sesiones, una antes de la comida, otra antes de la merienda, y la última justo antes de la cena. Lo de las bolitas lo hago de vez en cuando porque apenas lleva tiempo.

Ayer por la mañana tuve la visita del Jefe de Servicio de la unidad de trasplantes. Estuvo respondiendo muy amablemente a todas mis dudas e incluso nos ofreció la posibilidad de cambiarnos la próxima semana a una habitación menos soleada. El problema es que es más pequeña, con lo que igual tenemos ya que dormir de lado. Lo vamos a pensar, aunque yo creo que al final nos acabaremos acostumbrando a esto. ¡Y que estamos en Asturias y es imposible que tengamos un mes de sol! Verás que ahora que lo dije pasa…

Por otro lado declaro oficialmente abiertos los juegos de mesa del HUCA. Ayer se disputaban en la modalidad de Chinchón, Parchís, Dominó y Mentiroso, por este orden. Como soy muy supersticioso y ya se sabe el dicho de que los gitanos no quieren buenos inicios, me dejé ganar a los tres primeros juegos pero como tampoco era plan de tener que pasar por debajo de la mesa, me anoté el Mentiroso. Hoy ya tengo vía libre para ganar en todo.

Tal y como me prometieron, tanto para la comida como para la cena me han traído doble cantidad, lo que se agradece. Anoche así por ejemplo pude cenar un par de zancas de pollo para nada pequeñas y con las que quedé como un señor. Para hoy ya tenemos el menú escogido, porque el día anterior te vienen preguntando dándote un par de opciones a elegir tanto para el primer y segundo plato, como para el postre. Estamos como queremos.

Mi mujer ayer estuvo enredando con uno de los juegos que trajimos, el Tangram. Son siete piezas que encajan perfectamente y con las que tienes que realizar una serie de figuras propuestas. No es nada fácil y te puedes romper la cabeza un largo rato antes de dar con la solución, si es que la encuentras. Yo ayer para hacer la primera -la de partida que es un cuadrado-, me tiré como diez minutos largos.

Por la noche después de cenar estuvimos viendo un poco la tele y luego empezamos a ver una peli, pero la verdad es que yo ya me encontraba un poco cansadín entre la fiebre y el dolor de cabeza que ésta siempre me produce, así que apagaríamos la luz sobre las once, y aunque tardé en dormirme, al final pude descansar, al menos un poco mejor que el día anterior.

Hoy ha amanecido un día entre nubes y algo de neblina. Tiene pinta que acabará por levantar. Ahora mismo tenemos ya en la habitación más de 27,6 grados y ayer llegamos a los 28,7. Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

martes, 27 de julio de 2010

Día 109

Son la nueve y media cuando comienzo a escribir el Blog, en este martes, primer día de estancia completa en el hospital. Ayer mi mujer y yo llegamos a eso de las seis y media a la que será nuestra habitación durante las próximas cuatro semanas. Esta noche hemos dormido lo justito. Para empezar hace un calor en la habitación que sudas como un pollo –no se pueden abrir las ventanas al estar aislados- y luego ya sabéis cómo es el ritmo de los hospitales, con gente entrando y saliendo cada poco. Esta mañana comenzaron la ronda a las seis y media y desde entonces hemos tenido visita cada media hora. Será cuestión de acostumbrarse como lo hice en Cabueñes cuando estuve ingresado diez días al inicio de toda esta historia.

El día ayer empezó tempranito, puesto que a las ocho y media teníamos que estar en Oviedo para que me hicieran una serie de pruebas previas al ingreso. Lo más desagradable fue la colocación del dichoso catéter en el brazo; obviaré detalles para no herir la sensibilidad de nadie. De todas formas merece la pena la molestia puesto que con el catéter se evitan los mil y un pinchazos a los que de otra forma habría de someterme a diario.

Al final, entre los análisis, el electrocardiograma, las placas y la consulta con la médico, para cuando nos fuimos eran más de las doce. Llegamos así a casa casi a la hora de la comida y nada más acabar, me puse con el blog.

Sobre las tres decidimos subir a Quintes. Ayer eran las fiestas de Santa Ana y a la misa solemne le sigue siempre la sesión de vermouth, a la que por supuesto nunca hemos faltado, en mi caso en los últimos quince años. Ayer evidentemente no pudimos tomarnos unas botellitas de sidra, pero lo que sí hicimos fue al menos pasar un par de horas por casa de mis suegros, y de este modo, aunque no hubiera celebración, estar con ellos en Santa Ana.

Después volvimos a casa a ultimar algunas cosas antes de que pasaran mis padres y mis suegros a recogernos para traernos al hospital. Nos ayudaron además a carretar con las maletas y la televisión. Nos despedimos de ellos justo a la entrada de la planta y aunque sé que se quedaron muy tristes, hicieron todo lo posible para no demostrarlo y darnos todo su ánimo. Al final son sólo cuatro semanas y cuando nos veamos de nuevo estaré nuevo como nunca. Bueno, con calma, que ya me han dicho que el primer mes después de salir, ya en casa, tendrá que ser relajado más o menos como hasta ahora.

La primera impresión de la habitación no puedo decir que fuera muy positiva. Pensaba que iba a ser más grande teniendo en cuenta el tiempo que vamos a pasar aquí dentro. Por otra parte el mobiliario es muy antiguo -de la época de Cuéntame- y se ve algo deteriorado. Supongo que todos los recursos en ese sentido se estarán dedicando desde hace tiempo al nuevo hospital de Asturias. Para rematar nuestra ventana –por la que entra un sol achicharrante durante la mañana- da a la zona de ventiladores de la residencia, con lo que tenemos un rumor constante que por la noche ni os cuento lo que “ayuda” a dormir. En fin, afortunadamente todas estas molestias se ven compensadas por el personal que hemos conocido hasta ahora, y que son realmente encantadores. Nos ayudarán sin duda a llevarlo con paciencia…

Otra de las cosas que me ha tocado como penitencia es llevar un gotero permanentemente conectado las 24 horas del día. Ahí me van metiendo lo que voy necesitando. Así que me paso el día yendo y viniendo con el palo del gotero que parezco un peregrino del Camino de Santiago. Y no lo dejaré hasta el día en que me vaya de vuelta a casa. Acabaremos haciéndonos amigos.

Así que nada, a ver qué tal se da hoy el día. En teoría pasará muy pronto la médico –o el médico- a visitar la planta e igual me cuenta algo más. Es probable que hoy empecemos con la quimio porque por lo que me han dicho, en principio estaría previsto el trasplante para el próximo lunes.

Ah, seguro que alguno está ansioso por conocer nuestra opinión sobre uno de esos temas vitales en un hospital: la comida. Bueno, hasta ahora sólo hemos podido degustar la cena de anoche y el desayuno de esta mañana. Pero vamos, es lo habitual en estos casos. De todos modos como me preguntaron qué tal y les dije que bien, pero que yo soy de comer más, han quedado de doblarme la ración. ¡Mira qué bien! Que hay que aprovechar para coger un poquito de peso estos días previos al trasplante que luego parece ser que disminuye por lo general el apetito.

Hoy ha amanecido un día soleado a más no poder y podemos dar fe de que va a ser un día muy caluroso. Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

lunes, 26 de julio de 2010

Día 108

Son las dos cuando comienzo a escribir el Blog, en este lunes día 26 de julio, festividad de Santa Ana, fecha en la que finalmente ingresaré para mi trasplante de médula ósea. Hoy será un blog un poco más reducido de lo habitual, porque todavía nos quedan algunas cosas por hacer antes de irnos hacia las seis al hospital. Además esta mañana me han colocado un catéter en el brazo izquierdo que me da algunas molestias a la hora de escribir. Por él a partir de ahora me meterán toda la medicación que necesite.

Ayer fue un día de preparativos aunque intentamos aprovechar en la medida de lo posible el domingo, que ahora nos tocan unos cuantos seguidos encerrados en la suite que hemos reservado para las próximas semanas.

De hecho por la mañana cogimos el coche y nos fuimos a la Providencia para dar un pequeño paseo y desde allí la exhibición aérea que a las doce comenzaba sobre la Bahía de la Playa de San Lorenzo. No estuvimos hasta el final porque daba el sol de lo lindo, pero la pudimos ver de todos modos acabar desde nuestro salón, en butaca preferente.

A las dos comenzaba la F1, que tampoco nos perdimos. ¡Mereció la pena para una vez que Ferrari nos da una alegría! Aunque quedara un poco de sabor agridulce por la forma nefasta en la que la Scuderia gestionó el adelantamiento de Alonso a Massa.

Por supuesto que no perdonamos nuestra partida al Parchís, y para romper la dinámica de las últimas semanas, mira por dónde ayer gané. Que nadie dude de que hemos metido el Parchís entre los numerosos juegos que nos llevamos al hospital.

Por la noche después de cenar nos enganchamos a la primera serie que pillamos que echaban en este caso por la FOX. Luego a las once todavía teníamos las motos desde Laguna Seca. ¡Qué bien ver de nuevo a Rossi en el podium!

Bueno, para acabar comentaros que durante los próximos días intentaré manteneros informados como siempre a través del blog de mis progresos, aunque sea sólo para escribir un “hey, no os preocupéis que sigo por aquí”. Tenemos por delante los últimos kilómetros de esta maratón que iniciamos hace cuatro meses y ahora es cuando toca todavía ser más fuertes.

Hoy ha amanecido un día espléndido, como tiene que ser en Santa Ana. Este año puede que sea un poco especial, pero el año que viene lo disfrutaremos doblemente. Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

domingo, 25 de julio de 2010

Día 107

Son las once de la mañana de este domingo, tercero del sexto ciclo. Mañana a primera hora tengo que acudir a Oviedo para que me hagan las analíticas previas a mi ingreso. Como os comentaba ayer, en principio me dejan volver a casa para comer tranquilamente y volver sobre las seis o siete de la tarde ya con la maleta. Así que aunque debería estar algo nervioso en realidad no lo estoy tanto y la prueba es que esta noche he dormido muy bien, salvo por un ligero dolor de estómago que me dio a media noche, más por cenar demasiado que por otra cosa.

Ahora en apenas tres cuartos de hora, aprovechando que tampoco hace un día de sol abrasador, nos iremos a ver la exhibición aérea que se celebrar sobre la bahía de San Lorenzo. Ya veremos desde dónde, en función de que podamos encontrar algo de sombra y tal vez un poco apartados del bullicio que habrá con toda seguridad.

Ayer fue un día bastante bueno. Por lo que se refiere a la garganta sigue en su línea, o sea, que las placas están ahí, a veces me molesta un poco, pero en general puedo hablar sin dificultad salvo que me enrolle demasiado. Lo que tuve ayer durante toda la jornada fueron unas decimillas por encima de los 36,5 pero que en ningún caso superaron los 37, así que no hay motivos por los que preocuparse.

Por la mañana, mientras mi mujer subía a Quintes, vino mi padre para estar conmigo hasta la hora de comer. De no ser por esta pequeña indisposición mía, ayer hubiéramos tenido una boda por Quintes. Una boda de esas que uno nunca se quiere perder. ¡Que seáis muy felices!

Ayer venían mis padres a comer a mi casa porque mi mujer se quedaba a comer con los suyos. No sé ni lo meses que haría que no comíamos juntos. Mínimo cuatro. Así que fue divertido. Después mi padre estuvo un rato conmigo viendo el final de la clasificación de F1, donde tuvimos la grata sorpresa de ver a los dos Ferraris ocupar la segunda y tercera plaza de la parrilla. A ver si hoy rematan la faena.

Después mi padre se fue y se quedó mi madre hasta que bajara mi mujer de Quintes. La tuve viendo conmigo el Tour, donde ayer se disputaba la contrarreloj decisiva para la resolución final de la ronda gala, y aunque con más apuros de lo esperado, Contador se impuso frente a Schleck. Hoy el Tour acaba como de costumbre en los Parques Elíseos y podemos decir que esta edición ha sido realmente más aburrida e insulsa que la de años anteriores. Sigo pensando que tanto Giro como Vuelta ofrecen perfiles y etapas mucho más entretenidas y vistosas, pero como se suele decir, el Tour es el Tour.

Continuo preparando cosas para llevar al hospital. Lo he enumerado todo en una lista para no dejarme nada: ipod, altavoces ipod, portátil, ipad, psp y juegos, móvil… y con toda su legión de cargadores. Además por supuesto libros, juegos de todo tipo y unas cintas elásticas para hacer ejercicio.

De nuevo tuvimos sesión de Parchís. La primera partida fue lamentable –para mí, claro-. Así que no pude evitar lanzar el cubilete con el dado por los aires –que luego costó encontrarlo- después de que me comieran cuatro veces seguidas a la primera. No contento con esta derrota, exigí revancha, y en esta ocasión apunté todas las fichas comidas y el número de intentos para ello, con el fin de demostrar que no es estrategia sino suerte lo que me hace perder. Porque perder perdí de nuevo. Pero las estadísticas fueron claras: en toda la partida comí cuatro fichas en más de quince intentos, mientras que a mí con aproximadamente el mismo número de intentos, me mandaron el doble de veces para casa. ¡Hoy revancha!

Después de cenar nos pusimos a ver una película que comenzaba por la TPA, Los Protectores, con Robert Duvall. En realidad más que una película era una miniserie de dos capítulos que duraba tres horas y que narraba las aventuras de unos vaqueros que transportaban una manada de caballos y tenían que hacerse cargo de improviso con la protección de cinco chinas traídas para ejercer la prostitución y que consiguen rescatar de las manos de sus comerciantes.

Hoy ha amanecido entre claros y nubes aunque tiene toda la pinta de que terminará por despejar del todo. Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

sábado, 24 de julio de 2010

Día 106

Son las diez de la mañana de este sábado, tercero del sexto ciclo, cuando comienzo a escribir el blog. De nuevo he dormido más de ocho horas con lo que me encuentro tan bien que en cuanto vuelva mi mujer de compras nos iremos a dar un paseo.

Ayer fue un día muy bueno. Es cierto que la garganta sigue dándome molestias y que la dichosa placa no se va ni a tiros, pero lo importante es que nunca me ha dado fiebre y que de hecho, llevo ya dos días sin tomar ningún tipo de antibiótico y ni aun así me ha subido la temperatura. Son tres días sin pasar en ningún caso de unos tímidos 36,7.

La mejor noticia que recibí ayer fue del HUCA de Oviedo. Según los resultados obtenidos de la biopsia enviada a Salamanca, parece que mis condiciones son las idóneas para proceder al trasplante de médula, con lo que atención a la noticia de alcance y en primicia: ¡el lunes ingreso! Bueno, tampoco hay que darlo seguro al cien por cien porque para empezar iré a primera hora para realizar unas analíticas y alguna que otra prueba. Si no aparece nada extraño –crucemos los dedos para que no sea así- se confirmaría el ingreso. Eso sí, me dejan volver a casa, comer tranquilamente, hacer el petate, y luego ya volver por la tarde para el ingreso.

Lo que ya no sé es si justo el día después comenzaremos con la quimio, que habrá de prolongarse durante cinco días según entendí, o si estaré un par de días primero de “aclimatación” a nuestra suite. Bueno, de todos modos eso serán cosas que os iré contando cuando esté dentro. O mejor dicho, cuando estemos dentro. Lo que van a alucinar es con el despliegue de tecnología que vamos a meter en esa habitación. Ya os contaré con más detalle mañana.

Lo cierto es que estoy muy contento de poder ingresar el lunes, porque estas cosas, cuanto antes se hagan primero se acaban y sobre todo, primero uno se cura. Por eso espero que no haya novedades porque sería un coñazo estar una semana más de espera. Además el que haya coincidido la festividad de Santa Ana con el día de ingreso no puede ser sino un muy buen presagio.

Ayer por la mañana vino mi padre a casa como de costumbre y estuvo conmigo hasta la hora de comer. Él sigue como siempre enganchado a su portátil y a la lectura. En su día le pasé un libro en italiano que se leyó de un tirón y ahora ya va por el segundo. Mientras, yo me dediqué a mis "tareas habituales" y a ver qué tal iban los libres de F1 correspondiente al GP de Alemania que se celebra este finde. Fue una grata sorpresa ver a los dos Ferrari en las primeras posiciones durante las dos sesiones. A ver si hoy se confirma en la clasificación. Igual me trae suerte tener en el salón la gorra firmada por Fernando Alonso justo pegada a la tele.

Después de la comida tocaba etapa del Tour con la correspondiente siesta, porque la etapa de ayer no era para menos, sin un solo repecho donde se pudiera romper la carrera. Estaba claro que era llegada in volata como así fue, con la cuarta victoria para Cavendish, el velocista más rápido del pelotón. Hoy veremos la gran crono de 55 kms donde se decidirá si finalmente Contador como todo parece indicar, se queda con el maillot amarillo. Slcheck, segundo en la general a solo ocho segundos de Contador, pero peor contrarrelojista, no debería suponer una amenaza salvo que el español sufriera algún percance.

Como no podía ser que quedáramos dos días seguidos sin partida al Parchís, ayer sí que volvimos a darle al cubilete, y después de un inicio vacilante que hacía presagiar una nueva tragicomedia, conseguí remontar para en un final de maestro, llevarme la victoria. Repito: ¡ayer gané al Parchís!

Después de cenar nos pusimos a ver Ley y Orden, y en ese momento llegaron mi primo y su novia que hoy mismo se volvían para Bruselas. Así que estuvimos un rato despidiéndonos. Me da mucha pena que se vayan porque aunque luego estamos todo el día conectados por mail y teléfono, ver por aquí a mi primo me daba un plus de motivación. De todos modos el lunes ya estaré metido en el hospital así que mucho más no iba a poder verlo. Lo importante será que la próxima vez que nos encontremos, no sé si aquí o en Bruselas, podremos celebrar algo muy grande.

Como por la TPA echaban luego Terminator3, que no nos apetecía demasiado ver, cambiamos a LaPrimera donde curiosamente echaban otra del gobernador de California, The Eraser. Bueno, por lo menos esa no la habíamos visto, y aunque no dejaba de ser más de lo mismo, aguantamos hasta el final.

Hoy ha amanecido despejado así que creo que las playas van a estar a reventar. Hay que aprovechar, que se nos va ya como quien dice el mes de julio. Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

viernes, 23 de julio de 2010

Día 105

Son las diez en punto en este viernes, tercero del sexto ciclo, cuando comienzo a escribir el Blog. Esta mañana me he levantado un poco más tarde porque ayer fue un día largo y necesitaba recuperar un poco de sueño. Habré dormido casi nueve horas así que me encuentro francamente bien. Lo único que he notado es que la garganta está algo resentida de todo lo que hablé ayer, pero bueno, tampoco nada serio. Miel con limón y reposo, y seguro que mañana o incluso esta tarde estamos otra vez mejor.

Ayer como sabéis era mi cumpleaños. El día empezó de una forma un poco especial: a las seis y media me tuve que levantar para tomar la primera dosis de contraste. Luego a las siete tenía la segunda y a las siete y media la tercera. A las ocho estaba ya con mi padre en Cabueñes donde todavía tuve que tomar una última dosis antes de que me pasaran a realizar el TAC. Después fue todo bastante rápido: te toman una vía para seguir metiéndote más contraste y empieza la prueba. Apenas dura diez minutos. Me hace gracia que siempre me preguntan lo mismo, que si tengo alergia al yodo. Y yo siempre les respondo también lo mismo, que no creo, porque con las farturas que me meto a oricios cada vez que hay marea creo que lo sabría…

De este modo volvimos a casa relativamente pronto, sobre las nueve. Mi mujer me estaba esperando para darme los primeros regalillos, pero la verdad es que yo todavía no me encontraba con ganas para abrir nada. Me tiré en el sofá un rato pensando esto y aquello, hasta que decidí que nada iba a estropear mi cumpleaños, así que lo primero era lo primero y comencé a redactar mi blog. Justo entonces llegó mi padre con más paquetes. A partir de ahí fue ya un goteo incesante durante todo el día. No voy a poner los dientes largos a nadie enumerando todo lo que me cayó ayer, porque más que un cumpleaños parecería que estuviera describiendo la carga del camello de Melchor en la cabalgata de Reyes. Familia, amigos... todos se acordaron de una forma u otra. No sé la cantidad de mails y mensajes de Facebook y de móvil que recibiría ayer. Nunca en mi vida había tenido un cumpleaños tan espectacular. Gracias a todos porque de verdad lo que parecía que iba a ser una fecha un poco triste se transformó en una fiesta que nunca olvidaré. Ha sido el cumpleaños más feliz que recuerdo.

Poco antes de la comida llegaron mis padres con una tarta, como manda la tradición. Así que después de comer hice la correspondiente foto con la velas, donde además conté con la compañía de mis suegros. Después llegaron mi primo –el de Zumosol no, el de Bruselas- y su novia. Cuando se fueron me eché un ratito a descansar pero casi no tuve tiempo porque al rato llegaron de nuevo mis padres con mi hermano, con el que vi el final de etapa en el Tour, que aunque sea el cumpleaños uno no pierde sus “buenas” costumbres.

Por cierto, justo a la hora de la comida me llamaron de Cabueñes para comentarme que habían llegado unos primeros resultados de Salamanca, y a falta de que llegue el informe completo, la primera impresión es positiva. Además ya tenía también el resultado del TAC sin nada digno de mención. Tenemos parece así controlada la enfermedad y en principio nada impediría el que pueda ingresar en cuanto desde Oviedo den la el visto bueno. Hoy hablarían entre ellos para tomar una decisión por lo que probablemente esta mañana pueda recibir su llamada.

Hacia las seis de la tarde aprovechando que mi mujer salía un momento, vino mi prima la enfermera para hacer horas extras de labor social y atención a un pobre enfermo. Da gusto tener servicio de atención personalizado las veinticuatro horas.

Pero todavía faltaba una última sorpresa, que no sé por qué, ya algo me olía. Mucho me extrañaba a mí que mis amigos de la pandilla no me hubieran llamado. Porque alguno –no diré su nombre- sí que es de esos que no se acordaría ni del día en el que nació él, pero también hay otros que son todo lo contrario. Digamos que de esta forma se compensan y al final cada año todos se acuerdan. Así que cuando estábamos cenando y mi mujer me dijo que me asomara a la ventana ya me imaginé lo que me esperaba. Y ahí estaban todos y en un coro perfecto compuesto por seis voces masculinas y seis femeninas –bueno, en realidad siete porque estaba también mi preciosa ahijada- me cantaron el cumpleaños feliz. ¡Por Dios, que esto es El Coto, un barrio serio!, les dije desde la ventana. Y como llevamos tantos años juntos y me conocen como si me hubieran parido, por supuesto el regalo que me trajeron sabían que iba a tocar mi fibra sensible. No me preguntéis cómo lo harían, pero lo cierto es que al abrir el paquete tenía delante de mí una gorra de Ferrari dedicada a mi nombre por…¡Fernando Alonso! Se ve que el asturiano es hombre de mundo porque escribió correctamente mi nombre, con sus dos pes, como tiene que ser. De lo contrario hubiera mandado una misiva al presidente Montezemolo para que procediera de forma inmediata a su despido. ¡Ah!, y de las ocho vueltas que tengo contratadas en un circuito para pilotar un Ferrari ya os hablaré otro día...

Después de la cena estuvimos viendo la tele, aunque con tanto regalo por revolver con él apenas presté atención al capítulo del día de Ley y Orden. Luego sí que estuvimos viendo Las Mujeres Perfectas, con Nicole Kidman.

Se me olvidaba: fue un día tan perfecto que ni siquiera perdí al Parchís. Tal vez tuviera bastante que ver con esto el que no jugáramos.

Hoy ha amanecido nublado y justo cuando concluyo el Blog veo por las ventanas el primer ensayo de los cazas que mañana formarán parte de la exhibición aérea sobre la Playa de San Lorenzo. Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

jueves, 22 de julio de 2010

Día 104

Son las diez y cuarto de este jueves, tercero del sexto ciclo cuando comienzo a escribir el Blog. Hoy es mi cumpleaños. Supongo que por ese motivo, levantarte a las seis y media para tomar un primer contraste y verte a las ocho metido en un escáner y conectado por vía venosa al contraste, haga el día un poco extraño por decirlo así. Intentaré llevarlo lo mejor posible pero no será fácil. Son muchas las cosas que se te pasan por la cabeza en un día como este. Haremos buena la máxima de Carpe Diem que tanto he practicado siempre. Y disfrutaremos de la suerte que es tener tanta gente que te quiere y se acuerda de ti.

Ayer miércoles por la mañana tenía en primer lugar cita con el podólogo. El motivo es que tengo una uña recuerdo de mi época futbolera que por un pisotón, me crece más bien a lo ancho que a lo largo, por lo que tengo que tener cuidado para que no se me encarne. Sería una faena además que me ocurriera cuando tenga las defensas a cero, así que he preferido solucionar el problema antes de que pudiera aparecer.

Después, mi mujer y yo nos fuimos para Oviedo donde teníamos cita con la Unidad de Trasplantes. Al final no tenemos fecha confirmada de ingreso puesto que nos faltan los resultados de la biopsia, a los que se añadirán los del TAC realizado esta mañana. Espero que para el lunes o martes que viene a más tardar podamos tener algo. Han quedado de todos modos en llamarme si hubiera novedades.

Así que básicamente nos dedicamos a consultar las dudas que teníamos y como sigo con la garganta tocada y sin que la placa en la amígdala haya desaparecido, aprovecharon para tomarme una nueva muestra de ella para realizar un cultivo y determinar si hay alguna afección vírica de por medio. Espero que no sea así porque eso podría retrasar la fecha del ingreso.

Llegaríamos a casa poco antes de la comida, aunque todavía tuve tiempo para echarme un poco. Llevo dos días en los que hacia mediodía noto como un bajón de fuerzas que me deja un poco bajo mínimos. Parece que la comida en ese sentido me ayuda a recuperarme. Ayer además me desaparecieron ya por completo las décimas que arrastraba. A ver si sigo hoy así.

Por la tarde vino mi hermano a hacerme compañía. Como no teníamos etapa en el Tour nos dedicamos a hacer un poco de zapping y estuvimos viendo un poco de todo.

Ayer ya recibí los primeros regalos de cumple: unos auriculares muy fashion para utilizar con el Skype y estar así más conectados cuando estemos “aislados” del mundo exterior, y unas tazas personalizadas que llegaron junto con unos libros desde Valencia. ¡Ah, y ya tengo lotería de Navidad! Dos décimos que también me “cayeron” para la ocasión.

Sobre la sesión de juegos, decir que voy “mejorando”. Antes perdía una partida al Parchís y ahora he conseguido perder dos del tirón.

Después de cenar vimos nuestro capítulo diario de Ley y Orden y empezamos luego con la película que ponían después, en este caso una de Paul Newman, Esperando a Mr. Bridge, aunque con el madrugón que tenía que pegarme hoy, dejamos de ver a la mitad, porque tampoco es que nos estuviera dando mucho más.

Hoy ha amanecido nublado pero no parece que vaya a llover demasiado. Si aguanta tal vez me anime a dar un paseo esta tarde. Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

miércoles, 21 de julio de 2010

Día 103

Son las tres de la tarde de este miércoles, tercero del sexto ciclo. Acabamos ahora mismo de comer después de haber vuelto de Oviedo donde esta mañana teníamos consulta en Oviedo. De momento no tenemos fecha para mi ingreso dado que primero tienen que llegar los resultados de la biopsia. Con un poco de suerte los tendremos este viernes o el lunes o martes que viene a más tardar. Parece así complicado que ingrese antes del martes, pero habrá que esperar.

Ayer martes por la mañana a primera hora llamaron de Cabueñes para confirmarme la fecha para realizar el escáner que tenía pendiente. Será mañana jueves a primera hora, a las ocho. Me han dado un contraste para tomar cada media hora antes de acudir a la cita, siendo la primera toma a las seis y media. ¡Menudo madrugón!

Después de escribir el blog y responder a los correos, me fui con mi padre a dar un paseo por el parque, pero al final tuvimos que dar la vuelta apenas llegamos puesto que comenzó a chispear y no era plan de que pudiera pillar una mojadura si aquello iba a más. Así que cambié la sesión de paseo al aire libre por una en la cinta. Al acabar me encontré un poco más cansado de lo habitual, así que me eché a descansar una hora antes de la comida.

Fue mi hermano quien vino a acompañarme por la tarde. Estuvimos viendo el final de etapa del Tour, que la verdad es que resultó bastante tostón, salvo por la emoción de ver a un asturiano escapado durante los últimos cuarenta kilómetros. Por desgracia su aventura fue neutralizada a solo un kilómetro de la meta.

Pasé luego un buen rato jugueteando con la PSP para familiarizarme con su uso aunque todavía ando un poco pez. Siempre me ha dado pereza leer los manuales así que intento autoaprender a base de prueba y error, lo que no siempre es el método más aconsejable.

Por supuesto que hubo tiempo cuando llegó mi mujer para la enésima revancha al Parchís, y en este caso por fin puedo decir que gané una partida. Eso sí: por un pelo. Ya veremos cómo se da hoy la cosa; ahora el objetivo es conseguir enlazar por lo menos un par de partidas ganadas seguidas.

Una vez más tras la cena estuvimos viendo primero el episodio de Ley y Orden y luego la película que comenzaba: Locos en Alabama, con Melanie Griffith como protagonista. Acabaría pasadas las doce y después estuve todavía leyendo un rato. Miré el reloj al apagar la luz y eran las doce y media pasadas. Seguimos pasando los días con nota.

Hoy ha amanecido nublado, chispeando, y en principio parece que seguirá así todo el día y con posibilidades de que este tiempo gris nos acompañe unos cuantos días. Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

martes, 20 de julio de 2010

Día 102

Son las nueve de la mañana de este martes, tercero del sexto ciclo, cuando comienzo a escribir el Blog. Esta noche he dormido bastante mejor que en los últimos días, y sobre todo, me he despertado menos. De hecho he aguantado hasta las ocho y cuarto en la cama, con lo que habré dormido casi las ocho horas de libro.

Ayer lunes tenía a las nueve de la mañana la sesión de aféresis en el HUCA de Oviedo. Salí con mi padre de casa pasadas las ocho, de modo que algo antes de la hora ya estaba con el pijama azul puesto preparado para el proceso. Entre tomarme las vías –una en cada brazo-, preparar la máquina, ponerme un poco de suero previo y realizar una analítica previa, empezaríamos casi a las diez. La primera buena noticia es que la máquina reconoció rápidamente mis células madre, de modo que el proceso duraría unas dos horas y media y no las tres que dura de media. El único inconveniente es que no podría dormirme porque con la mano derecha tendría que apretar cada cinco o diez segundos una pequeña bola de plástico –de esas antiestrés- para favorecer el bombeo de sangre.

El proceso en sí mismo no es en absoluto molesto. No notas nada y lo único que se hace muy pesado es estar tanto tiempo sin poder mover los brazos, que a medida que pasa el tiempo, comienzan a dolerte un poco por la posición. Para pasar el rato me llevé la radio, aunque tampoco me faltó la compañía de la gente que trabajaba allí y que de vez en cuando charlaban conmigo un rato. Mi padre también pasaba cada poco a ver qué tal iba. Así que entre una cosa y la otra, llegamos al final de la extracción hacia la una menos cuarto.

No tardaron ni cinco minutos en confirmarme que se habían logrado obtener las células requeridas con lo que no sería necesario volver otro día. Por lo que me comentaron y en contra de lo que yo pensaba, no es nada raro tener que ir dos veces, e incluso más. Todo depende del estado de la persona y de cómo el Neupogen haya sido capaz de movilizar a la médula. En este caso supongo que mi cuerpo, hasta el gorro de las inyecciones, se espabiló con tal de que no tuviera que sufrir más pinchazos.

Llegamos de vuelta a casa justo para la hora de la comida. Puse el termómetro más por rutina que por otra cosa, y me encontré con que tenía 37,5. Parece evidente que los efectos de las inyecciones tardan un poco en desaparecer, así que después de consultarlo por teléfono con mi médico, me tomé un paracetamol para pasar más tranquilo la tarde, como así fue.

Eché una buena siesta hasta que llegó mi padre a las cuatro para ver conmigo el final de etapa del Tour. ¡Vaya polémica que se montó ayer con el ataque de Contador aprovechando la avería en la bicicleta del líder Schleck! Mi opinión es que el español –quien consiguió el malliot amarillo gracias a esa acción- es libre de tomar la decisión que estime oportuna en cada momento, pero lo que no puede es al final de la etapa como hizo, decir que no se percató de esa avería. Hay que ser coherente y apechugar con tus acciones si crees que han sido correctas. Cuando se recurre a la mentira es porque la conciencia no está tranquila. Por lo que he escuchado esta misma mañana, ahora sí que lo ha reconocido y ha pedido excusas.

Mi padre me había traído un par de paquetes que llegaron a casa de mis padres con cosillas que he comprado para las "vacaciones" en el hospital. De mano una PSP con la que hoy mismo me pondré para aprender a manejar, y unos cuantos libros, entre ellos la trilogía de Aficanus, novela histórica de Santiago Postillo y que se basa en la vida de Publio Cornelio Escipión y Aníbal. Son tres tochos que como me caiga uno de ellos en un pie me lo deja del tamaño de un 50. Me llevaré uno de mano y luego si lo acabo ya pediré que me traigan el siguiente.

Cuando llegó mi mujer y antes de ponernos a cenar, echamos nuestra partida diaria al Parchís, que bueno, ni comentaré. ¡Qué cruz! Menos mal que con la cena para cambiarme el ceño fruncido llegó mi padre con una sorpresa: ¡mi abono del Sporting ya renovado para la próxima temporada! No sé cuándo será el primer partido en el que podré volver a sentarme en mi asiento, pero seguro que será antes que después.

Estuvimos luego viendo el capítulo del día de Ley y Orden –cada vez estamos más enganchados a la serie- y después comenzaba Asturianos por el Mundo. Ayer el programa se desplazó a Miami, una ciudad preciosa para vivir –si se tiene dinero, como ocurre en todos los sitios- salvo por la amenaza de huracanes que cada año sufren. No sé, yo casi prefiero Las Canarias, que con el mismo clima y aunque con menos glamour, te ofrece más tranquilidad en todos los sentidos.

Hoy ha amanecido bastante nublado, y lejos de mejorar se prevé que mañana tengamos otra vez lluvias. This is Asturias. Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

lunes, 19 de julio de 2010

Día 101

Son las dos y media cuando comienzo a escribir el Blog en este lunes, tercero del sexto ciclo. Acabo de comer después de pasar toda la mañana en el HUCA de Oviedo realizando la aféresis de células madres. Todo ha ido perfecto ya que han podido extraerlas en número suficiente como para no tener que llevar a cabo una segunda sesión. Eso en principio indicaría que la médula ha sido capaz de movilizar correctamente a estas células -gracias al Neupogen- para que salieran al sistema circulatorio periférico, que es del cual las hemos extraído. Ahora mismo estoy un poco cansado porque se hizo muy pesado e incómodo estar casi tres horas y media sin poder mover los brazos. Además tengo unas decimillas de fiebre que supongo que serán los retales del Neupogen, unido a que hoy no tomé Paracetamol. Así que apenas publique el blog me tiraré un poco a dormir la siesta.

Ayer domingo fue un día bastante llevadero dentro de lo que cabe, aunque no pude salir a dar mi paseo porque a pesar del buen tiempo, hizo un viento brutal todo el día. Hoy sin embargo parece que está mucho más calmado. Ya veremos según me encuentre por la tarde si salgo a dar un paseo.

Por la mañana la verdad es que después de desayunar y redactar el blog me sentí bastante cansado, así que me eché un rato en la cama, y como era de esperar, me quedé dormido casi una hora. Luego estuve viendo con mi padre las carreras de motociclismo hasta que a las dos volvió mi mujer de Quintes con lo que nos pusimos a comer.

Tras la comida y a la vez que veía la carrera de MotoGP, echamos una partidilla al Parchís, y ya he perdido la cuenta de las veces que llevo seguidas, pero volví a perder. Creo que en estos cien días sin duda es mi peor racha.

Nos tiramos un poco en el sofá a ver el final de etapa del Tour, que en contra de lo que se esperaba, fue un tanto descafeinada. Al acabar, llamé a mis padres para que vinieran y de este modo mi mujer pudiera salir a dar un paseo aprovechando el día de sol que hacía.

Como tenía que pagar con alguien mis derrotas al Parchís, la inocente víctima fue mi madre, que tras ganarme eso sí la primera que jugamos, cayó en las dos siguientes. Está claro que lo que no hace una madre por levantar la moral de su hijo no lo hace nadie…

Ayer a las nueve puse mis últimas inyecciones de Neupogen. En cierto modo fue un alivio porque espero que pronto desaparezcan definitivamente todos los efectos secundarios que he estado sufriendo estos últimos días, sobre todo las décimas de fiebre, que siempre te dejan un poco baldao.

Para rematar el día estuvimos viendo Deep Impact, que ahora mismo no recuerdo por qué cadena la echaban; una tipo FOX o AXN. Ya la habíamos visto pero apenas recordábamos gran cosa salvo las escenas típicas del tsunami que arrasa la Bahía de Manhattan. Entretenida como casi todas las películas de Spilberg.

Hoy cuando me iba para Oviedo lloviznaba y de hecho al volver a la una y media, todavía caía alguna que otra gota. Sin embargo ahora en Gijón está clareando y seguro que acabará por abrir la tarde. Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

domingo, 18 de julio de 2010

Día 100

Son las nueve y veinte de este domingo, segundo del sexto ciclo, cuando comienzo a escribir este Blog un tanto especial, pues es el número cien desde que comencé a contaros mi día a día. No sé cuántos quedarán por delante pero eso no es lo más importante, sino que en el último podamos cerrarlo con una sonrisa de oreja a oreja. De todos modos entre nosotros: a ver si con un poco de suerte antes del ciento cincuenta puedo estar ya dedicándome a escribir otras cosas.

Esta noche he seguido despertando con relativa frecuencia, un poco por el calor que sigue haciendo, un poco por los nervios propios de ver tan cerca el trasplante, y un poco también por las decimillas de fiebre que tengo consecuencia de las dichosas inyecciones. Ahora mismo acabo de poner las dos de por la mañana y esta noche pondré ya las últimas.

En cuanto a la garganta sigue más o menos igual, o sea que tengo una voz aceptable pero si la fuerzo en exceso pronto se vuelve ronca. Además la plaquita en la amígdala no ha desaparecido, pero bueno, teniendo en cuenta que según el cultivo que me hicieron en su día no es más que flora natural de la boca, lo mismo puede tirarse ahí hasta que se canse.

Ayer sábado por la mañana después de dar cumplida cuenta del blog y del correo electrónico, estuve viendo los entrenamientos de motociclismo hasta que a las once y media me fui con mi padre a dar un paseo. Llevaba tiempo sin hacerlo así que me sentó de maravilla. En esta ocasión variamos ruta puesto que prefería ir por un sitio un poco menos concurrido que por el que habitualmente solía pasear, teniendo en cuenta que era sábado. Al final dimos un buen paseo de cuarenta minutos; nada mal.

Todavía me dio tiempo a ver los entrenamientos de MotoGP, con la vuelta de Rossi a los circuitos, antes de comer. Al acabar, echamos un Parchís para no irnos de cabeza al sofá, y como ya empieza a ser costumbre en los últimos días, volví a perder. Estoy seriamente dudando si llevarme el Parchís al hospital.

Después, mientras mi mujer descansaba un poco, yo me dediqué a ver el final de etapa del Tour. ¡Qué curioso! Ayer en el blog os contaba el triunfo que se le había escapado a Vinokourov por el ataque de su compañero Contador, y mira por dónde por una vez se hizo justicia y esta vez el ataque del kazajo a falta de poco más de cinco kilómetros para meta tuvo su merecida recompensa. Claro que para ganar hay que intentarlo y no dejarse vencer nunca por las adversidades. Otro en su lugar ayer ni se hubiera movido.

Aproveché que mi mujer había quedado con unos amigos para pasarnos un montón de series que tienen bajadas, para dedicarme a moverme un poco por el pasillo y estirar, porque notaba los huesos un poco doloridos y los músculos como anquilosados, efectos secundarios del Neupogen.

Cuando volvió se puso ya a preparar la cena y yo seguí viendo un poco la tele –nada en especial-. Ayer no teníamos Ley y Orden así que no se nos ocurrió nada mejor que ponernos a ver Informe Semanal. Años hacía que no lo veía. Al acabar comenzaba una película, así que como no teníamos otra cosa, nos pusimos a verla. Hombre, no es que era fuera gran cosa, pero tampoco estaba mal: iba de un dentista homosexual que tenía que hacerse cargo de un sobrino de ocho años durante un tiempo. Un mezcla de drama y comedia, con alguna escena a lo Brokeback Mountain pero en español.

Eran así justo las doce cuando acabó la película, pero antes de apagar la luz todavía estuve leyendo un capítulo del libro de Woody Allen que os comentaba ayer.

Hoy ha amanecido un día espectacular, totalmente despejado. La pena para los que quieran ir a la playa es que tira bastante viento. Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

sábado, 17 de julio de 2010

Día 99

Son poco más de las nueve en este sábado, segundo del sexto ciclo, cuando comienzo a escribir el Blog. Mi rutina al levantarme ha cambiado un poco por los medicamentos que tengo que tomar, de modo que antes de las ocho ya me había despertado –en realidad esta noche me desperté un montón de veces- para tomar el ácido fólico en ayunas. Luego a las ocho y media tenía que tomarme también el Paracetamol para minimizar las molestias de las inyecciones que pongo luego a las nueve, justo después del desayuno. Menos mal que soy bastante cuadriculado en ese sentido y lo tengo todo bien organizado.

Ayer viernes tuve un día bastante relajado por la mañana aunque después de escribir el blog y de responder a los emails, me noté un poco más cansado de lo normal y con ligero malestar en los músculos y huesos. Supongo que esto guarda relación con las inyecciones y sus efectos secundarios. De modo que a media mañana decidí echarme una horita y aunque no la dormiría toda, por lo menos me sirvió para reponer un poco las fuerzas.

Después, y hasta la hora de la comida, estuve viendo los entrenamientos libres del campeonato mundial de Motociclismo, donde la noticia ayer era el regreso de Rossi a los circuitos, casi tres meses antes de lo previsto inicialmente cuando sufriera aquella gravísima caída con rotura abierta de tibia y peroné. Está claro que estos pilotos están hechos de otra pasta, y que bueno, que por supuesto cuentan con los mejores medios a su alcance para acelerar la recuperación. Cualquier mortal que sufriera esa misma lesión tardaría entre cinco y seis meses en poder volver a subirse a una moto, mientras que Valentino lo ha hecho en poco más de cuarenta días.

Como ya os comenté mi estancia en el Hospital está previsto que dure entre tres y cuatro semanas –esto como siempre es una media- aunque menos de tres será complicado, por no decir casi imposible. A mí realmente como podéis imaginaros me da exactamente lo mismo estar cuatro, cinco o las semanas que sean necesarias para salir más limpio que el culito de un bebé. Pero por supuesto pienso también que tal vez mi propio cuerpo que hasta ahora ha respondido muy bien a todo lo que le han metido, vuelva a romper los tiempos y salgamos así más cerca de las tres que de las cuatro semanas. ¡Todavía pillaría el final del verano! ¡Y hasta la fiesta de la sidra! Bueno, eso será más complicado, porque una vez salga transcurrirán unos cuantos meses hasta que el cuerpo recupere sus niveles normales como para poder meterte en aglomeraciones sin riesgos. En ocasiones tras un trasplantes de médula pueden pasar así entre seis meses y un año para volver a estar en los mismos niveles en los que se estaba antes de la enfermedad. Y en cuanto a lo de beber alcohol parece que tendré que pasarme a la cerveza sin durante una buena temporada también. Aunque bueno, también dicen que la sidra cura todos los males, ¿no?

Después de comer llegaba la cita con el Tour de Francia, ayer con una etapa bastante aburrida hasta los últimos cinco kilómetros donde se ascendía una pequeña cota de segunda categoría, pero con algunas rampas por encima del diez por ciento. Mucho se habló ayer y se seguirá hablando hoy del ataque de Contador a falta de dos kilómetros cuando tenía a su compañero Vinokourov escapado y con todas las papeletas para hacerse con la etapa. Sin embargo, el ataque del español que se llevó consigo a otro español, el “Purito” Rodríguez, hizo que la escapada fuera neutralizada y aunque consiguió recuperarle diez segundos al líder en la general –Contador ahora queda segundo a apenas treinta segundos-, perdió la etapa a manos de “Purito”, con lo que la duda que circula por el pelotón es si le mereció la pena a Contador sacrificar la etapa de un compañero siempre fiel a la hora de ayudarle y que se encuentra en su último Tour, por recuperar apenas diez segundos con todos los puertos que aún quedan por subir y con la contrarreloj del penúltimo día donde es claramente superior al líder, Andy Schleck.

Por la tarde sí que comencé a sentirme algo peor por los efectos del Neupogen y de hecho me subió un poco la temperatura, pero sin pasar de los 37. Para no pensar demasiado en ello y como ya era la hora, comenzamos nuestra sesión de juegos con una partida al Chinchón que conseguí ganar. Desgraciadamente en el Parchís que vino después no tuve ya tanta fortuna. Creo que llevo ahora mismo tres derrotas consecutivas. Habrá que cambiar la tónica de juego.

Después de cenar y poner las inyecciones, antes de que empezara por la TPA Ley y Orden, jugamos una tercera partida, en esta ocasión al Mentiroso con los dados. Ahí pude desquitarme en parte de la derrota al Parchís y aunque por una sola letra, me llevé la victoria.

Al acabar la serie empezaba nada menos que Terminator2, que habré visto como tres o cuatro veces, así que otra era ya un poco excesivo. Hicimos zapping y nos quedamos con Bones, que a esas horas estaban echando por la Fox.

Entre una cosa y la otra nos echaríamos sobre las doce y todavía estuve leyendo un capítulo del libro con el que ahora estoy: Pura Anarquía, de Woody Allen. Son pequeños relatos muy al estilo del humor del genial cineasta norteamericano.

Hoy ha amanecido entre nubes y claros, pero parece que al final del día serán más los claros que las nubes. Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

viernes, 16 de julio de 2010

Día 98

Son las ocho y media en este viernes, segundo del sexto ciclo, cuando comienzo hoy a escribir el Blog. Esta noche he despertado unas cuantas veces pero al final habré conseguido dormir unas siete horas. Creo que de todos modos echaré una cabezadita a media mañana que seguro que me viene genial.

Ayer fue un día en líneas generales bastante bueno. Empecé con las inyecciones de Neupogen y de momento no me han dado demasiadas molestias, aunque también es cierto que media hora antes de ponerlas tengo que tomar paracetamol precisamente para minimizar los posibles efectos secundarios, que casi siempre responden a unos síntomas muy parecidos a los de la gripe: fiebre, dolores musculares y de cabeza, etc.

Por la mañana a las nueve vino mi prima a casa para supervisar qué tal llevaba lo de ponerme las inyecciones sin ayuda. No tuve mayor problema porque son muy similares a las de insulina que se ponen los diabéticos, con unas agujas cortitas que no producen mayor dolor que el de un ligero pinchazo. Después, me puse ya con el blog y con el correo electrónico, que como en días anteriores, es un poco más abundante al ser el único medio de comunicación que ahora mismo tengo con el exterior junto con el blog. La garganta me da la sensación de que poco más va a mejorar, ya que es un tema de sequedad propia de la quimio y que conlleva esta ligera ronquera que arrastro, aunque estoy bastante mejor.

A las doce tenía que estar en Oviedo para la limpieza dental, con lo que un poco antes de las once salí con mi padre de casa. Tenía que pasar primero por la consulta de trasplantes para que me dieran una receta; nada fuera de lo normal: tengo los niveles de ácido fólico un poco bajos –algo que no es la primera vez que me sucede- y que guarda bastante relación con los estados típicos de anemia, así que me han recetado un suplemento para subir esos niveles. Son de hecho las mismas pastillas que ya había tomado en otras ocasiones.

En el dentista estaría algo más de una hora. Me han quedado los dientes bien limpitos, así que era cierto que el oscurecimiento tenía que ver con el colutorio para prevenir el sangrado de encías y no con la quimio. Al acabar la dentista me dio una serie de pautas a seguir tras el trasplante. Básicamente los problemas más habituales que aparecen son dos: mucositis –inflamación de las mucosas con aparición de pequeñas llagas- y xerostomía –sequedad en la boca por la ausencia de saliva-. Así que habrá que intentar poner los medios para minimizar estos trastornos y poder llevarlos en caso de que aparezcan de la mejor manera posible. Hemos quedado además para una nueva cita aproximadamente cien días después del trasplante. ¡Nunca me alegraré tanto de ir al dentista!

Llegamos de nuevo a casa más o menos a la hora de la comida, aunque tuve que esperar un poco para dejar que actuara bien el flúor que me aplicaron al acabar la limpieza. Después de comer estuve viendo el final de etapa del Tour. Ayer era uno de esas jornadas que invitaban a la siesta -y por supuesto no rechacé la invitación-, con más de cien kilómetros llanos por delante cuando encendí la televisión, o lo que es lo mismo, dos horas largas de ciclismo sin ningún tipo de aliciente salvo el paisaje de los lugares por donde transcurría la etapa.

Ayer la sesión de juegos se pospuso a después de la cena, puesto que antes mi mujer aprovechó para hacer unos recados y de paso dar un paseo, que bastante reclusión lleva acumulada ya este verano y la que le queda por delante. Aproveché para echar un vistazo por Internet para ver si encontraba algún audiolibro que pudiera descargarme para entretenerme el próximo lunes cuando tendré que estar tres horas sin moverme por el tema de la aféresis. Al final no encontré nada interesante así que he decidido que tiraré del ipod para escuchar un poco de música y de la radio, que siempre tengo encendida en casa por las mañanas para seguir las tertulias que a esas horas emiten.

Como digo después de cenar echamos un Parchís para quitar el mono, y otra vez como el miércoles perdí por un suspiro. Para rematar el día estuvimos viendo Los Impostores, con Nicolas Cage, que empezaba por la TPA a las diez y cuarto al acabar Ley y Orden. Todavía leí un poco en la cama de modo que apagaría la luz rozando las doce y media.

Hoy ha amanecido nublado y ahora mismo está chispeando, con lo que se han cumplido las previsiones. Aun así el fin de semana parece que lo vamos a tener con mejor tiempo. Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

jueves, 15 de julio de 2010

Día 97

Son las nueve y cuarto en este jueves, segundo del sexto ciclo cuando doy inicio al Blog. Hace apenas diez minutos que me he puesto las primeras inyecciones de Neupogen y no he tenido problemas. Pensé que me iba a dar más yuyu eso de pincharme yo mismo, pero al final ha sido sencillo. Por si acaso estuvo mi prima conmigo para guiarme. Esta noche pondré las segundas inyecciones ya que son dos cada doce horas desde hoy y hasta el domingo inclusive. El lunes tendríamos la aféresis de células madre en Oviedo a las nueve.

La garganta sigue sin estar como para cantar ópera -tampoco es que yo haya cantando nunca ópera- pero poco a poco creo va recuperándose. El cultivo que me hicieron además de la placa ha descartado que fuera de origen bacteriano y parece ser que simplemente se trata de una acumulación de flora natural. De todos modos a ver si desaparece de una vez.

Ayer por la mañana a las ocho y cuarto estábamos mi padre y yo en Oviedo, donde teníamos cita a primera hora con el dentista. Fue todo muy rápido; primero tuve que ir a que me hicieran un radiografía completa de la boca y luego ya me recibió el dentista, o en este caso mejor dicho, la dentista. En principio me dijo que no parecía que hubiera ninguna caries y que para nada habría que extraer ninguna muela. Sobre el oscurecimiento de los dientes me dijo que no tenía que ver con la quimio, sino que era consecuencia del colutorio que estoy echando todos los días para prevenir el sangrado de encías. Así que hemos quedado de nuevo para hoy a las doce donde haremos una limpieza en profundidad.

Salimos de Oviedo a las nueve menos cuarto con tiempo más que suficiente para llegar a Cabueñes en hora para la biopsia de médula ósea. La de ayer era la tercera que me realizaban en la cresta ilíaca, a las que hay que sumar las dos que me habían practicado –una en Cabueñes y otra en Salamanca- en el esternón, así que no estaba para nada nervioso. Además tengo la suerte de que en mi caso no resulta dolorosa, algo que por lo que sé, en otras personas no siempre es así. De nuevo como en la última que habíamos hecho no tuvieron ningún problema para extraer la sangre de la médula, nada que ver con la primera vez en la que la médula estaba tan fibrosada que resultó del todo imposible sacar nada. Puede que este viernes tengamos los primeros resultados. La semana que viene ya podríamos incluso saber algo de lo analizado por Biología Molecular en Salamanca a donde enviaron también una muestra.

A las doce estaba de vuelta en casa y aproveché el tiempo hasta la hora de la comida para escribir el blog y repasar el correo electrónico. Mientras lo hacía, como no tenía nada peor que hacer, estuve viendo el Debate sobre el estado de la Nación, que tampoco es que haga falta mucho debate para saber que el estado es más bien fastidiado -por ser fino-, excepción hecha del fútbol, claro está.

Después de comer, entre el Tour y la segunda parte del Debate me tiré toda la tarde hasta que llegó mi mujer. Ayer volvimos a echar mano del Scrabble –la verdad es que le estamos pillando vicio al juego- y en esta ocasión la victoria fue para mí. Eso sí, no pudo ser completa la alegría porque perdí al Parchís, y de nuevo por apenas un tiro de diferencia, que es cuando más escuece perder.

Tras la cena vimos el episodio del día de Ley y Orden en la TPA. Una de las cosas que vamos a llevarnos a nuestro retiro de un mes en el hospital va a ser un disco duro multimedia con cienes y cienes de películas y de series. Cuando acabó Ley y Orden comenzaba como siempre una peli, en este caso La Huella, con Michael Caine y Jude Law. Es un remake de una vieja película de los setenta, también con Michael Caine como protagonista. Para cuando terminó eran las doce, así que tocaba irse a dormir.

Hoy ha amanecido totalmente despejado y además no hace el viento que hacía ayer. Habrá que aprovechar porque para mañana parece que vamos a tener la visita de una borrasca. Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

miércoles, 14 de julio de 2010

Día 96

Son las doce menos cuarto en este miércoles, segundo del sexto ciclo cuando empiezo a escribir el Blog. Esta mañana he estado a primerísima hora en Oviedo para la revisión con el dentista, habiendo quedado para volver mañana a las doce para hacer una limpieza. Después tuvimos que irnos a Cabueñes donde tenía cita a las diez para realizar la biopsia de médula ósea. La verdad es que todo fue muy bien y rapidito. Para el viernes tal vez tengamos los primeros resultados de la biopsia. La empresa de transporte encargada de llevar una de las muestras al Clínico de Salamanca fue puntual por lo que podría incluso esta misma tarde estar en su destino.

Ayer por la mañana tenía consulta de control en Cabueñes. De este modo a las ocho y media sacamos un poco de sangre y luego esperamos para ver si me llamaban para la biopsia, que en principio era ayer. Luego como ya os comenté, precisamente por problemas logísticos de la empresa que había de llevar la muestra a Salamanca, se hubo de posponer a hoy. Aun así estuvimos esperando hasta cerca de las once cuando por fin pudimos hablar con la Dra. quien nos explicó el problema que había surgido. Son cosas que pasan cuando los tiempos son un poco apretados. Al final lo importante es que la hemos hecho hoy sin problemas, y que nuevamente no ha habido ninguna incidencia a la hora de extraerme la sangre lo que indica que la médula sigue al menos en el mismo estado en el que estaba cuando hicimos la última biopsia. Buena señal.

Respecto a los análisis que realicé ayer, las cifras siguen siendo estables y similares a las de ciclos anteriores, de modo que mi cuerpo sigue aguantando y recuperando de forma más que aceptable a pesar de los chutes que me están metiendo.

Volvimos así a casa sobre las once y media, de modo que me puse de inmediato con el blog y después eché un buen rato en contestar correos. Ahora que no hablo con nadie por teléfono la verdad es que tengo más trabajo luego con el email. Pero por supuesto es algo que agradezco porque me tiene entretenido un buen rato. De todos modos la garganta sin estar al cien por cien, sí que parece que poquito a poquito va mejorando y espero para el finde poder ya estar operativo. Eso sí, supongo que tampoco podré estar luego todo el rato hablando, no vaya a recaer.

Al igual que hiciera el lunes, después de la comida me eché a descansar un rato, y dormiría al menos una hora. Cuando desperté me enchufé ya a la etapa del Tour que ayer se presentaba muy interesante. Al final parece que tal y como se preveía al inicio de la ronda gala, Contador es el candidato número uno para llevarse de nuevo esta edición, aunque de momento, el maillot amarillo lo lleva otro que también ha demostrado estar muy fuerte, el luxemburgués Andy Schleck.

Ya entrada la tarde como siempre tuvo lugar nuestra sesión de juegos, donde ayer mi mujer se desquitó de las derrotas anteriores que le habría infringido al Parchís, ¡pero que conste que fue por un suspiro! Vamos, que todavía tiene el miedo en el cuerpo. Para rematarlo me ganó también al Chinchón. Cualquiera tiene un mal día, ¿no?

Después de la cena seguimos como en los últimos días viendo el capítulo de la serie Ley y Orden que comienza a las nueve y media por la TPA. Está bien porque apenas tiene propaganda y a las diez y cuarto ya ha acabado. Luego mi mujer se fue a dormir mientras yo me quedé un rato viendo la peli que comenzaba después de la serie: Delta Force. Es una película bastante antigua –de 1986- sobre el secuestro de un avión por parte de un comando árabe y donde habrán de intervenir un cuerpo de élite americano, comandado por un por aquel entonces joven Chuck Norris, para tratar de rescatar a los rehenes. Aguanté viendo la peli hasta las doce. En realidad ya la había visto hacía tiempo y tampoco me apetecía verla entera hasta la una que acababa teniendo que madrugar hoy.

Hoy ha amanecido despejado y parece que tendremos un día soleado. Eso sí, tira un vientecillo que no sé yo si invita mucho a estar en la playa. Ya me lo contaréis los que por aquí os animéis. Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

martes, 13 de julio de 2010

Día 95

Son las doce menos cuarto en este martes, segundo del sexto ciclo cuando inicio a escribir el Blog. Esta mañana he estado por Cabueñes donde tenía la consulta de control –los resultados de los análisis siguen en la misma línea que los anteriores- y donde tenía en principio previsto también realizar una biopsia de médula ósea que sin embargo se ha pospuesto a mañana por problemas logísticos. El tema es que la empresa de transportes que se encargará de llevar una muestra a Salamanca para su análisis, necesita ser avisada con al menos 48 horas de antelación y fue ayer cuando se pusieron en contacto con ellos. Bueno, habrá que tomarlo con calma. Lo único que me fastidia un poco es tener que volver por el hospital y que además me espera un buen madrugón porque a las ocho y media tengo que estar primero en Oviedo para una revisión dental. La biopsia está programada a partir de las diez así que tenemos tiempo más que de sobra para llegar.

Ayer estuve toda la mañana por el HUCA en Oviedo donde tenía consulta en la unidad de trasplantes a las nueve. Lo primero que hicieron fue extraerme sangre, concretamente diez tubitos; ahí es nada. Después hablamos con la Dra. que me atendió sobre las pautas a seguir a partir de ahora. Básicamente y por resumir el próximo lunes tengo la aféresis de células madre. Estuve con el Dr. encargado de esa sección y me explicó también de qué iba el tema: es como una autotransfusión en la que tu sangre pasa por una máquina centrifugadora que va recolectando lo que verdaderamente interesa. El proceso dura unas tres horas pero no es en absoluto molesto. Lo bueno es que dado que según ellos tengo unas venas muy buenas no será necesario colocar catéter, con lo que evitamos tener que ingresar el día anterior. La parte menos buena es que al estar enchufado con los dos brazos a la máquina no podré moverme durante esas tres horas. Bueno, si algo he mejorado durante todo este tiempo es mi estoicismo para afrontar con paciencia lo que me echen. Si todo va bien con una sola sesión sería suficiente. En ocasiones son necesarias dos –tendría que volver el martes- y muy raras veces hay que realizar más de dos sesiones. Todo depende del número de células recolectadas en cada sesión. Para prepararme para la aféresis a partir del jueves y hasta el domingo tendré que ponerme unas nuevas inyecciones, dos por la mañana y dos por la noche. Son sencillitas de colocar así que probablemente me las ponga yo mismo para no dar la coña para que vengan a ponérmelas.

La idea es que si hay disponibilidad de camas en la unidad de trasplantes, pudiera ingresar ya el día 26, festividad de Santa Ana. ¡Vaya fiestas de Santa Ana más "curiosas" que voy a tener este año! De no ser así, la fecha se pospondría todo lo más una semana. A partir de ahí, una vez ingresado me someterían a un nuevo ciclo, algo más agresivo de los que hasta ahora he puesto. Con ese ciclo que dura unos cinco o seis días la médula quedaría totalmente limpia para poder realizar ya el trasplante propiamente dicho. El tiempo después estimado para la recuperación de unos valores mínimos que me permitieran recibir el alta oscila entre las tres y las cuatro semanas, pero como siempre de cada uno y de las complicaciones que pudiera o no haber. Así que más o menos estamos hablando de un mes de reclusión en el que estaré aislado. Bueno, en realidad debería decir estaremos aislados, porque una persona que yo elija tendrá el honor de compartir conmigo estas maravillosas vacaciones de Agosto. Eso sí, salvo causa mayor –aquí no hay nominaciones ni expulsiones como en Gran Hermano- esa persona no podrá ser sustituida durante todo ese tiempo por otra. Todo para evitar riesgos de infecciones. En la habitación que compartiremos tendremos por supuesto televisión, además de wifi e incluso bicicleta estática para que no pierda durante mi estancia el tono muscular. Se me olvidó preguntar si tenía jacuzzi.

Para completar la mañana tuve también que realizar una prueba de aspirometría y solicitar la cita para la revisión dental que al principio os comentaba. Así que entre una cosa y otra, para cuando llegamos a casa eran más de la una con el tiempo justo para escribir el blog antes de comer.

Después de la comida me eché a dormir un poco porque realmente estaba cansado de tantas idas y venidas por el hospital. Después me dediqué a revisar el correo, que para esa hora era ya bastante. Durante la tarde me encontré bastante bien y aunque sigo con la garganta un poco tocada, parece que por lo menos algo de voz he recuperado. O por lo menos según dice mi mujer, vuelvo a tener las ganas de siempre a la hora de querer discutir o protestar.

En nuestra sesión diaria de juego para coger tono primero echamos una partidilla al Parchís, donde nuevamente gané y luego nos pusimos con algo más serio: un duelo al Scrabble. Ahí la cosa estuvo mucho más reñida aunque al final perdí por apenas diez puntos de diferencia –sobre doscientos que hizo mi mujer-. En confianza: podemos decir que fue casi un empate técnico.

Llegó así la hora de cenar y al acabar nos pusimos a ver un nuevo capítulo de Ley y Orden en la TPA. Tenemos un montón de películas todavía por ver en el disco duro donde las almacenamos, pero casi prefiero ir dejándolas para ese mes que pasaremos en el hospital. Todavía estuvimos luego un rato viendo toda la fiesta que en Madrid se celebraba con motivo de la llegada de la selección española. Todo muy desmadrado.

Hoy ha amanecido nublado aunque según escuché en la radio es más que probable que para la tarde empiecen a verse claros. Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

lunes, 12 de julio de 2010

Día 94

Son la una y media en este lunes, segundo del sexto ciclo cuando comienzo a redactar este Blog. Hace apenas un cuarto de hora que hemos regresado de Oviedo donde me he pasado toda la mañana acompañado de mi mujer y mi hermano, realizando las pruebas y trámites previos para el trasplante de médula. Las cosas ahora parece que van a comenzar a ir muy rápido, así que voy a tener un par de semanas bastante movidas hasta que tenga que ingresar. De mano hoy he realizado análisis sanguíneos –me sacaron tubos como para una boda-, pruebas de aspirometría, me han dado cita para el odontólogo, y el próximo lunes tengo la primera sesión –puede que sólo sea necesaria una- de aféresis. Si todo marcha según lo previsto y hay disponibilidad de camas en la unidad de trasplante, se barajaría el próximo 26 como la fecha en la podría ingresar. A partir de ahí serán entre tres o cuatro semanas de aislamiento. También me han confirmado que realizaremos un trasplante autólogo, o al menos esa es la intención que ahora mismo tienen. En fin, es lo que hay y así tenemos que tomarlo. Ya os iré contando más cosas conforme vayan viniendo.

Esta noche no dormí del todo mal teniendo en cuenta los claxon que de vez en cuando se oían por la calle por lo del partido. Entre eso, el calor que hacía y que yo tenía alguna decimilla de temperatura creo que “salvé” bastante bien la situación. De lo de la garganta seguimos más o menos igual; ya casi me conformo con que no empeore.

Por la mañana fue un poco más de lo mismo: blogs, mails, Internet, cinta de andar,,, y así hasta que a la una empezaba ya el previo de la carrera de F1. Justo cuando comenzaba la carrera me llegó la comida. La sorpresa fue que me la subió mi primo, el que trabaja en Bruselas, y que había llegado la noche anterior. El que vaya a estar por aquí precisamente estas próximas dos semanas para mí es un estímulo de moral muy importante. Por cierto, que la comida era un fabuloso plato de pasta hecha en casa, con harina de sémola traída por él precisamente de Bruselas.

Tras la comida y como hiciéramos el sábado, mi mujer y yo echamos una partidita al Parchís. Y también como sucediera el sábado volví a ganar. Voy a empezar a sospechar que se deja para que no me cabree.

Ayer por la tarde me encontraba un poco revueltillo –lo normal en estos días “calientes”- así que no conseguí dormir la siesta. Estuve viendo el Tour hasta que acabó la etapa hacia las cinco y media más o menos.

Después, ella se empeñó en volver a retarme al Parchís y como no podía ser de otra forma, le volví a dar zapatilla. ¡Ah!, y que no se me olvide: antes ya le había ganado también al Chinchón. Día redondo.

Estuvimos luego viendo la tele con toda la previa que rodeaba a la gran final del mundial que a las ocho y media jugaban España y Holanda. Al descanso aprovecharíamos para cenar. Lo cierto es que el partido fue el típico de final de un mundial: lleno de emoción y vacío de fútbol. Pero al final se logró el objetivo y nadie se acordará dentro de unos años de si la final fue buena o mala. Lo importante es siempre lograr el objetivo y da igual el camino que se siga para llegar a él. Dentro de algunos meses ni me acordaré de si las sesiones de quimio fueron buenas o malas, ni de todos los pinchazos que me dieron,,, porque habré logrado el objetivo, y eso es lo único que cuenta. El resto sobra.

Hoy ha amanecido de nuevo entre nubes y claros, y parece que las temperaturas han suavizado un poco, lo que particularmente agradezco. Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

domingo, 11 de julio de 2010

Día 93

Son casi las diez y media de la mañana, en este domingo primero del sexto ciclo, cuando comienzo a escribir el blog. Esta noche he dormido bien aunque hasta las cuatro de la mañana desperté con bastante frecuencia. Después, conseguí del tirón dormir hasta las ocho, y a esa hora, me di media vuelta y hasta las diez. Todo un récord.

Ayer habría sido un día llevadero si no fuera por la dichosa garganta que no acaba de mejorar. De todos modos habrá que conformarse con que de momento no parece que la placa vaya a más ni que me dé fiebre. Vamos a ver qué tal se comporta en estos próximos días que como sabéis son por lo general los más delicados para mí. En concreto parece que en cada ciclo son los días del séptimo al décimo cuando el cuerpo está en su mínimo nivel de defensas y por ello es más vulnerable a las infecciones. Pero como siempre esto depende de cada persona. En mi caso diría que los peores días siempre coincidieron con los que iban del sexto al octavo más o menos.

No os voy a negar que me está costando mucho llevar con paciencia estos últimos ciclos, en especial este. Son ya muchos días recluido en esta especie de burbuja, y que ahora con el calor más que una burbuja parece un volcán. Una de las cosas que más noto es que ahora mis estados de ánimo o de humor a veces es como si estuvieran subidos a una montaña rusa que no puedo dirigir. Sé lo importante que es no dejar nunca de pensar en positivo pero a veces es incontrolable. Lo mismo que la rabia que siento por verme en una situación así. Son momentos en los que me apetecería romper a puñetazos las paredes. Afortunadamente tengo a mi mujer que está siempre atenta para que no me deje llevar por estos pequeños bajones.

Volviendo al día de ayer, por la mañana no hice nada fuera de lo normal: redacté mis blogs, repasé el correo, leí un poco de prensa aquí y allá. Por supuesto todo gira entorno al partido que esta noche juega España por el campeonato mundial de fútbol. La verdad que no jugando Italia no sé siquiera si lo veré… ¡Venga, que es broma!, ¡claro que lo veré! Por supuesto que hubiera deseado que hubiera sido Italia la que jugara hoy –contra España casi mejor que no-, pero eso no quita que me alegre de la victoria de España, más que nada por la cantidad de personas a las que quiero y a las que este triunfo hará felices.

Realicé luego mi sesión de cinta poco antes de la comida, con lo que apenas me hube duchado después y ya tenía el plato encima de la mesa. Mientras comíamos estuvimos viendo los entrenamientos de F1. No estuvieron del todo mal los Ferrari, así que a ver si hoy nos dan una alegría, que va siendo hora.

Para no irnos directamente al sofá después de comer, decidimos echar una partidilla al Parchís mientras nos tomábamos una infusión. Al principio me costó centrarme en la partida porque estaba más pendiente de la F1, pero en cuanto ésta se acabó, me puse más en serio y como no podía ser de otra forma, conseguí la victoria. ¡Qué morro que tengo! Como si ganara siempre...

Después nos fuimos a descansar un poco. Yo me quedaría dormido como media hora, no más. Seguí luego viendo el desenlace de la etapa del Tour junto con el partido de dobles de la Copa Davis de tenis en el que España dijo adiós tras perder el tercer punto frente a Francia.

Mientras mi mujer se iba a hacer unos recados me quedé interneteando un rato. Estuve mirando videos por Youtube relacionados con cursos de inglés y me reí un montón encontrando algunas reliquias como las de Francis Matthews y su FollowMe o las lecciones con Muzzy.

Cuando mi mujer volvió era la hora de ponerse ya con la cena, pero antes preparó un flan con bizcocho del que daremos hoy cuenta –bueno, hoy y mañana, que tampoco hay que reventar-. Después, mientras se hacía la cena, vimos la primera parte del partido por el tercer y cuarto puesto en el mundial. La verdad es que fue un partido de lo más entretenido. Estoy seguro que hoy podrá haber más emoción –de eso no hay duda-, pero fútbol y goles me parece que será más complicado. Es lo normal.

Al acabar no sé ni cómo nos dio por ponernos a ver una película que echaban por un canal que ni recuerdo cuál era. Se titulaba El Mito, y el protagonista era el peculiar Jackie Chang, así que bueno, era un poco en su línea: muchas artes marciales con algo de humor de por medio. Para cuando acabó eran más de las doce, buena hora para irse a dormir.

Hoy ha amanecido entre nubes y claros, aunque las previsiones hablaban más bien de un día totalmente nublado. Bueno, tal vez se equivoquen. No sería la primera vez. Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

sábado, 10 de julio de 2010

Día 92

Son las nueve de la mañana de este sábado, primero del sexto ciclo, cuando comienzo a escribir las primeras líneas del Blog. Esta noche he dormido aceptablemente aunque me habré despertado cuatro o cinco veces antes de levantarme a las ocho menos cinco, justo con el tiempo suficiente para ver el encierro de los Sanfermines. La garganta sigue dándome un poco la lata, pero afortunadamente de momento no me produce fiebre.

Ayer a las nueve tenía consulta en Cabueñes precisamente para que me echaran un ojo a la garganta. De momento tal y como me hicieran en el segundo ciclo cuando también me salió una placa en la misma amígdala, me han vuelto a tomar un cultivo para ver si se trata de alguna bacteria en particular. En cualquier caso aguantaremos sin tomar antibióticos mientras no me suba la temperatura y esperaremos al martes que tengo consulta de control para ver cómo sigo. Si no hubiera aún mejorado es probable que me den cita para acudir al otorrino y que así me exploren con mayor profundidad. Yo estoy convencido de que no deja de ser nada fuera de lo común en el sentido de que la quimio altera notablemente todas las mucosas, en especial las de la garganta. En otros ciclos de hecho ya había tenido diversas molestias como picazón o alguna ligera inflamación de encías.

Por lo demás, a parte de esto, ayer no tuve prácticamente ninguna molestia más. Sólo algunos pinchazos en determinadas zonas del cuerpo que me da la sensación que están relacionados con la presencia en ellas de ganglios linfáticos que deben estar sufriendo los ataques de la quimio. Vamos a ver ahora cómo se presenta este primer fin de semana del sexto ciclo y si tenemos la suerte de que sea tan plácido como el quinto.

Por la mañana mientras me dediqué a escribir el blog y revisar el correo electrónico, estuve ya viendo los entrenamientos libres de F1 del GP de Silverstone que se celebra este domingo. Hoy de hecho a las dos tenemos la clasificación. Por lo visto ayer parece que los Ferrari pueden estar en la lucha por los primeros puestos, aunque me da la sensación de que salvo que ocurra algo extraño, la victoria sigue siendo cosa de RedBull y McLaren. A ver si me equivoco.

Antes de la comida hice mi sesión de media hora en la cinta de andar. La verdad es que sólo fue poco más de una semana la que estuve dando paseos por el parque, pero lo echo bastante de menos porque esto de la cinta, aunque estés con la tele o escuchando música, evidentemente no es lo mismo. Pero algo hay que moverse, así que como decían nuestros abuelos a falta de pan, buenas son tortas.

Después de la comida llegó mi padre para ver conmigo el final de etapa del Tour. Bueno, en realidad estuvimos viendo de todo un poco, porque coincidía el ciclismo con los segundos libres en Silverstone y con el inicio de la eliminatoria de tenis de Copa Davis entre Francia y España. De este modo a base de ver deporte nos tiramos juntos toda la tarde.

Mi mujer llegó sobre las siete y como no podía ser de otro modo, antes de la cena tocaba Parchís. Para mi desgracia se rompió la racha que llevaba y me dio una buena paliza, la primera del día, porque después de cenar decidimos echar otra donde aunque por un pelo, volví a perder. Dos cero. No sería mal resultado para España mañana, ¿verdad?

Por segundo día consecutivo nos pusimos a ver el capítulo que echaban por la tele de Ley y Orden por la TPA. A este paso todavía nos vamos a enganchar, y mira que es vieja la serie, pero tiene su gracia. Y como al acabar no nos apetecía ponernos a elegir una peli, nos conformamos con la que echaban después de la serie, Tango & Cash. ¡No habrá llovido poco desde que allá por el 89 rodaran Sylvester Stallone y Kurt Russell esta película! La habría visto ya por lo menos un par de veces, pero de la última hacía tanto tiempo que ni me acordaba de muchas cosas. Es lo típico que vas recordando según vas avanzando. Serían así cerca de las doce y media cuando nos fuimos a dormir. Día cumplido.

Hoy ha amanecido totalmente despejado y parece que tendremos sol para disfrutar de este sábado. Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

viernes, 9 de julio de 2010

Día 91

Son las diez de la mañana en este viernes, primero del sexto ciclo, cuando comienzo a escribir el Blog. Acabo de regresar de Cabueñes donde he estado para que me echaran un vistazo a la garganta. De momento como no hay fiebre de por medio esperaremos un poco para ver si la ronquera y la sequedad acaba por curar por sí sola. Si subiera la temperatura tendría entonces que volver a tomar los mismos antibióticos que ya me habían recetado cuando tuve también una placa allá por el segundo ciclo. En cualquier caso, con fiebre o sin ella, si para el martes que viene sigo aún así, probablemente me den cita para el otorrino para que me vean más en profundidad.

Esta noche he dormido aceptablemente aunque he vuelto a despertar unas cuantas veces, algo a lo que ya me he acostumbrado. El calor que hace supongo que tampoco ayuda demasiado a dormir de seguido. Y por supuesto el estado de nerviosismo lógico en el que me encuentro, a sabiendas de que poco a poco vamos acercándonos a la hora de la verdad. Así que la verdad es que ahora mismo estoy un poco cansado con lo que a media mañana echaré una cabezada para recuperar fuerzas.

Ayer fue un día más o menos similar al miércoles en cuanto a sensaciones. No tuve ninguna molestia digna de mención salvo la ya conocida de la garganta. Por lo demás algún pinchazo típico en la zona abdominal y poco más. Muy llevadero.

Después de acabar de redactar los blogs, lo que en realidad ayer por la mañana me llevó un buen rato fue dar respuesta a la enorme cantidad de correos que tenía relacionados con el partido del día anterior de España. Hay mucha ilusión y muchas ganas de lograr algo histórico y la gente aprovecha para transmitirte sus impresiones y conocer de paso tu punto de vista. Como a todos les digo, veo la final mucho más del lado de España de lo que veía la semifinal. Luego está claro que es un partido y hay que jugarlo. Pero ahora mismo creo que como mínimo el 80% de los holandeses estarían encantados y mucho más tranquilos si la selección española fuera su equipo.

Comí a eso de la dos, como hago casi todos los días, coincidiendo con el inicio de las noticias en la radio, que nunca me pierdo. Al acabar, tocaba nueva etapa “insufrible” del Tour de Francia, con otros ciento y pico kilómetros de retransmisión sin nada digno que ver ni contar. Llegada como era lógico al sprint y victoria en este caso para el favorito Cavendish. A ver si llega pronto la montaña poque de verdad que porque es el Tour, porque de lo contrario nadie soportaría semejante aburrimiento.

Serían las seis cuando mi mujer y yo nos pusimos a echar un partidilla al Parchís. Antes ya había cascado al Chinchón. Menos mal que el cubilete nuevamente se me dio bien y ayer sí que puedo decir que gané de forma muy holgada. Y con esta van dos seguidas, para que quede constancia de ello. ¡Hoy a por la tercera!

Después, ella aprovechó para ir a hacer unos recados mientras yo fue entonces cuando realicé mi sesión de cinta, que todavía no me había movido en todo el día. No pasé de los treinta minutos de rigor, porque además tampoco quería sudar demasiado con el calor que hace casa y estando como estoy de la garganta.

Cenamos tranquilamente mientras fuera empezaban a verse en el cielo los relámpagos de una tormenta que se iba acercando y que al poco estaba ya descargando de lo lindo. Típica tormenta de verano.

Tras la cena y con el sonido de fondo de los truenos y viendo a través de la ventana del salón cómo de vez en cuando se iluminaba todo el cielo con los rayos, estuvimos viendo la tele. Primero nos tragamos un capítulo de Ley y Orden, una serie más vieja que el TBO que echaban por la televisión del Principado. Al acabar, coincidió justo con el inicio de Castle en Cuatro, serie que como ya os he comentado alguna vez, está bastante bien. Así que para cuando acabó serían cerca de las once y media. Hora de irse a la cama. Todavía estuve de todos modos hojeando una revista en la cama antes de apagar la luz pasadas las doce.

Hoy ha amanecido con nubes y claros pero ahora mismo luce el sol. Sin embargo por lo que he escuchado el tiempo no será demasiado benévolo con nosotros este fin de semana. Parece que se mantiene la "tradición" de empeorar cuando más gente puede ir a la playa. Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

jueves, 8 de julio de 2010

Día 90

Son las nueve y media de la mañana de este jueves, primero del sexto ciclo. Esta noche no he dormido demasiado bien por culpa de nuevo de la garganta. Me desperté sobre las tres con ella bastante reseca y algo dolorida. Tardé un buen rato así en poder volver a coger sueño, aunque al final lo logré y seguí ya del tirón hasta las siete, pero como me sentía todavía algo cansado, di media vuelta y volví a dormir hasta las ocho y media, hora a la que finalmente me he levantado. Me he perdido por tanto el segundo encierro de los Sanfermines. Ya lo veré luego por internet.

Ayer el día no fue malo ni mucho menos, aunque las molestias en la garganta me están dando la lata bastante más de lo que pensaba. Mañana hará una semana que empecé con la ronquera y a día de hoy sigo con la voz un tanto cascada y una sensación casi continua de picor o sequedad. He detectado además que me ha vuelto a salir una pequeña placa en la misma amígdala que me había dado problemas en el segundo ciclo y que me provocó bastante temperatura. Espero que en esta ocasión a base de buenas gárgaras de bicarbonato y limón, y otros remedios caseros, podamos mantener el tema más o menos controlado hasta que desaparezca por aburrimiento.

Con todo, repetí mi rutina habitual por la mañana, en cuanto a que comencé con la redacción de los blogs, la lectura y respuesta del email, para seguir luego un buen rato leyendo la prensa online tanto general como deportiva. Al acabar, realicé mi media hora sobre la cinta donde sigo encontrándome muy bien. Tengo por ello muchas ganas de volver a salir a caminar por el parque en cuanto me recupere de la garganta. Después de la ducha repetí como el día anterior y me tiré a dormir algo menos de una hora sobre la cama pero que a mí me sentó como si hubiera dormido toda una noche.

Se hizo así la hora de la comida y al acabar ésta llegaba una nueva etapa del Tour de Francia en la tele. Para cuando me puse a verla quedaban más de cien kilómetros por delante, más o menos unas dos horas largas de carrera por carreteras llanas sin ningún peligro aparente. Vamos, que etapa para personas que son capaces de tragarse cualaquier cosa. Aun así, como tengo ya "callo" con este tipo de retransmisiones, me la vi entera mientras eso sí, interneteaba al mismo tiempo. Más o menos cuando quedaban veinte kilómetros llegó mi padre para ver conmigo el desenlace. Como era de prever, la etapa se resolvió al sprint con victoria de nuevo para Alessandro Pettachi –segunda que consigue-. Es curioso lo de este italiano de 36 años, uno de los más veteranos del pelotón. Desde aquel epsectacular 2003 cuando se alzó con 6 etapas en el Giro, 5 en La Vuelta y 4 en el Tour, el ciclista de La Spezia no había vuelto a correr el Tour hasta esta edición. Y de momento no ha podido hacerlo con mejor fortuna: dos de dos. Se demuestra una vez más que los viejos rockeros nunca mueren. Sobre todo cuando además de viejos son buenos.

Llegó mi mujer como de costumbre a eso de las seis y pico, y al poco estábamos ya dándole a las cartas, donde perdí al Chinchón, para pasar luego a la cita que estaba esperando con mayor interés habida cuenta de mis últimos fracasos: el Parchís. Con un final de esos casi imposibles, conseguí levantar una partida que parecía totalmente perdida, así que satisfacción doble. Otro día que el tablero se ha librado de salir por la ventana…

Al poco de acabar nos pusimos a cenar mientras veíamos la primera parte del partido de España contra Alemania. Realmente no fueron unos primeros cuarenta y cinco minutos demasiado brillantes. Pero la cosa cambió en la segunda parte donde España pareció mucho más fresca de ideas mientras que los alemanes se fiaban a una acción aislada al contraataque o a balón parado. Y fue justo de esta última forma como se adelantó no Alemania sino España en un espléndido remate de cabeza de Puyol que sin duda pasará a la historia del fútbol de este país. España estará por primera vez en una final del Campeonato del Mundo, algo increíble, inolvidable. A veces más incluso cuando luego la pierdes. De las tres finales que he vivido con Italia -82, 94 y 2006- con dos victorias y una derrota creo que la que más recuerdo es precisamente esa final perdida en el 94 en los penalties contra Brasil, nuestra verdadera bestia negra –ya no había ganado otra final en el 70 con el mejor Pelé-. Algún día os contaré dónde estaba ese día, cómo vi la final y cómo acabé. Es algo que saben muy pocas personas. Pero volviendo a España, pienso que está mucho más cerca de la victoria que del fracaso. Holanda por lo demostrado hasta ahora es incluso inferior a Alemania, así que sería una pena dejar pasar una oportunidad como ésta que tal vez no se repita en muchos años.

Cuando acabó el partido estuvimos viendo por LaSexta Bones, otra de esas series que no es que estemos enganchados, pero que nos gusta ver de vez en cuando. Así que al final serían las doce pasadas cuando terminó el segundo de los capítulos que ayer ponían. A esa hora ya no se escuchaban en la calle los claxon de los coches que desde el final del partido de España no habían dejado de oírse. ¡Menos mal!, pensé aliviado.

Estuve leyendo un poco mientras me tomaba la temperatura para ver si la dichosa placa no me estaría subiendo alguna décima, pero por el momento no es así. Apagué la luz con el mismo pensamiento de todos los días: otro que he pasado bien.

Hoy ha amanecido nublado y las previsiones no son nada halagüeñas puesto que hasta mañana no deberíamos volver a ver el sol. Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”