sábado, 17 de julio de 2010

Día 99

Son poco más de las nueve en este sábado, segundo del sexto ciclo, cuando comienzo a escribir el Blog. Mi rutina al levantarme ha cambiado un poco por los medicamentos que tengo que tomar, de modo que antes de las ocho ya me había despertado –en realidad esta noche me desperté un montón de veces- para tomar el ácido fólico en ayunas. Luego a las ocho y media tenía que tomarme también el Paracetamol para minimizar las molestias de las inyecciones que pongo luego a las nueve, justo después del desayuno. Menos mal que soy bastante cuadriculado en ese sentido y lo tengo todo bien organizado.

Ayer viernes tuve un día bastante relajado por la mañana aunque después de escribir el blog y de responder a los emails, me noté un poco más cansado de lo normal y con ligero malestar en los músculos y huesos. Supongo que esto guarda relación con las inyecciones y sus efectos secundarios. De modo que a media mañana decidí echarme una horita y aunque no la dormiría toda, por lo menos me sirvió para reponer un poco las fuerzas.

Después, y hasta la hora de la comida, estuve viendo los entrenamientos libres del campeonato mundial de Motociclismo, donde la noticia ayer era el regreso de Rossi a los circuitos, casi tres meses antes de lo previsto inicialmente cuando sufriera aquella gravísima caída con rotura abierta de tibia y peroné. Está claro que estos pilotos están hechos de otra pasta, y que bueno, que por supuesto cuentan con los mejores medios a su alcance para acelerar la recuperación. Cualquier mortal que sufriera esa misma lesión tardaría entre cinco y seis meses en poder volver a subirse a una moto, mientras que Valentino lo ha hecho en poco más de cuarenta días.

Como ya os comenté mi estancia en el Hospital está previsto que dure entre tres y cuatro semanas –esto como siempre es una media- aunque menos de tres será complicado, por no decir casi imposible. A mí realmente como podéis imaginaros me da exactamente lo mismo estar cuatro, cinco o las semanas que sean necesarias para salir más limpio que el culito de un bebé. Pero por supuesto pienso también que tal vez mi propio cuerpo que hasta ahora ha respondido muy bien a todo lo que le han metido, vuelva a romper los tiempos y salgamos así más cerca de las tres que de las cuatro semanas. ¡Todavía pillaría el final del verano! ¡Y hasta la fiesta de la sidra! Bueno, eso será más complicado, porque una vez salga transcurrirán unos cuantos meses hasta que el cuerpo recupere sus niveles normales como para poder meterte en aglomeraciones sin riesgos. En ocasiones tras un trasplantes de médula pueden pasar así entre seis meses y un año para volver a estar en los mismos niveles en los que se estaba antes de la enfermedad. Y en cuanto a lo de beber alcohol parece que tendré que pasarme a la cerveza sin durante una buena temporada también. Aunque bueno, también dicen que la sidra cura todos los males, ¿no?

Después de comer llegaba la cita con el Tour de Francia, ayer con una etapa bastante aburrida hasta los últimos cinco kilómetros donde se ascendía una pequeña cota de segunda categoría, pero con algunas rampas por encima del diez por ciento. Mucho se habló ayer y se seguirá hablando hoy del ataque de Contador a falta de dos kilómetros cuando tenía a su compañero Vinokourov escapado y con todas las papeletas para hacerse con la etapa. Sin embargo, el ataque del español que se llevó consigo a otro español, el “Purito” Rodríguez, hizo que la escapada fuera neutralizada y aunque consiguió recuperarle diez segundos al líder en la general –Contador ahora queda segundo a apenas treinta segundos-, perdió la etapa a manos de “Purito”, con lo que la duda que circula por el pelotón es si le mereció la pena a Contador sacrificar la etapa de un compañero siempre fiel a la hora de ayudarle y que se encuentra en su último Tour, por recuperar apenas diez segundos con todos los puertos que aún quedan por subir y con la contrarreloj del penúltimo día donde es claramente superior al líder, Andy Schleck.

Por la tarde sí que comencé a sentirme algo peor por los efectos del Neupogen y de hecho me subió un poco la temperatura, pero sin pasar de los 37. Para no pensar demasiado en ello y como ya era la hora, comenzamos nuestra sesión de juegos con una partida al Chinchón que conseguí ganar. Desgraciadamente en el Parchís que vino después no tuve ya tanta fortuna. Creo que llevo ahora mismo tres derrotas consecutivas. Habrá que cambiar la tónica de juego.

Después de cenar y poner las inyecciones, antes de que empezara por la TPA Ley y Orden, jugamos una tercera partida, en esta ocasión al Mentiroso con los dados. Ahí pude desquitarme en parte de la derrota al Parchís y aunque por una sola letra, me llevé la victoria.

Al acabar la serie empezaba nada menos que Terminator2, que habré visto como tres o cuatro veces, así que otra era ya un poco excesivo. Hicimos zapping y nos quedamos con Bones, que a esas horas estaban echando por la Fox.

Entre una cosa y la otra nos echaríamos sobre las doce y todavía estuve leyendo un capítulo del libro con el que ahora estoy: Pura Anarquía, de Woody Allen. Son pequeños relatos muy al estilo del humor del genial cineasta norteamericano.

Hoy ha amanecido entre nubes y claros, pero parece que al final del día serán más los claros que las nubes. Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

2 comentarios:

  1. !Hola Filippo!,te sigo tú día a día con mucho cariño....Un abrazo grande para todos desde Sevilla.

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  2. Hola cariño!! yo acabo de despertar de mi siesta! últimamente duermo a cachitos; ayer a ls dos estaba despierta, así que hoy a las 6 tenía un sueño mu grande pero había uqe levantarse para ir a trabajar. Menos mal que este invento "divino" me ayuda a recuperar unas horitas!
    Si la temperatura se mantiene por debajo de 37 genial, aunque sea a base de paracetamol, está muy bien.
    Os mando miles de besos con rayitos de sol

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