domingo, 30 de mayo de 2010

Día 51

A las nueve y media en este día de domingo comienzo a escribir el Blog. Hoy he pasado una noche bastante aceptable; habré dormido unas seis horas y media. La única incidencia fue que a las dos me desperté con la nariz un poco atascada, algo que siempre me da luego fastidio porque me obliga inconscientemente a respirar por la garganta mientras duermo, por lo que cuando me levanto por la mañana, la tengo más seca que los Campos de Castilla. Sin embargo, esta noche se ve que finalmente se solucionó porque no tengo ninguna molestia en la garganta, y lo que es más importante, la temperatura que me he tomado muestra los maravillosos 36,5. ¡Que siga así todo el domingo!

Ayer sábado fue un día en el que por la mañana me encontré muy bien, aunque de tarde empecé a sentir algunas molestias –y mal cuerpo en general- concentradas en unos fuertes pinchazos en la zona de uno de los riñones. Afortunadamente iban y se venían con lo que más o menos se aguantaban bien. Mi principal preocupación era que no ocurriera como otros días en los que estos pinchazos se acentuaban en intensidad y frecuencia justo cuando me iba a la cama. Al final no fue así.

A las diez de la mañana encendí puntual la tele una vez hube acabado de redactar el Blog. Comenzaban los terceros libres de F1, donde tanto RedBull como McLaren siguieron imponiendo su ley, con Ferrari preocupantemente retrasada.

Casi sin tiempo de sentarme a ver algo de tenis, como hacía buen día, mi mujer se empeñó en que había llegado la hora de mi "bautismo" con el mundo exterior, así que me llevó –no sin antes ponerme protección solar como si fuera albino- a dar un paseo por un parque que tenemos muy cerca de nuestra casa. Apenas fueron quince minutos pero las sensaciones fueron especiales. Ver la gente correr, pasear con sus niños, jugar con sus perros o simplemente sentados en un banco leyendo un libro, hace que te sientas partícipe de esa normalidad. ¡Cuántas vueltas habré dado yo a ese parque corriendo como un poseso! ¡Y qué curioso resulta que ahora, caminando tan despacio me sienta más vulnerable que cuando iba con la patata a punto de reventar! Estoy convencido que poco a poco volveré a dar esas vueltas y otras muchas más; y más rápido. Es cuestión de tiempo.

Antes de la comida me llegó otra sorpresa. ¡Vaya racha que llevo! Resulta que mi prima –os había hablado de ella ayer- le dejó a mis padres para que éstos me lo dieran, una colección de juegos de mesa similar a una que tenía cuando era un crío, y que se llamaba los Juegos Reunidos Geyper. Yo creo que en cada casa todos tuvimos uno de esos. El tema es que ya no se fabrican desde hace tiempo por lo que mi prima se recorrió todas las tiendas de juguetes de Asturias hasta dar con algo prácticamente igual. Lo de ser persistentes e incansables hasta que no logramos lo que nos proponemos es algo de familia. Me regaló además un par de libros para que me eche unas buenas risas mientras los leo por la noche antes de dormir.

Llegó el turno así para ver qué hacían al final los Ferrari en la clasificación del GP de Turquía, y bueno, mejor me lo hubiera ahorrado. Desastre total de Alonso –ayer lo vi un poco despistado- y no mucho mejor Massa. Un resultado pésimo precisamente cuando conmemoramos hoy el que será el 800 GP disputado por nuestra Scuderia en la historia de la F1. Los ferraristas nos merecíamos algo más.

Con el gusanillo de ver tanto juego rodando por casa, y por romper un poco la tradición, después de la comida echamos una partidilla al Parchís. Mi mujer estaba que se caía de sueño, así que no me fue muy complicado derrotarla. ¡Al enemigo ni agua! O en este caso, ¡ni agua ni siesta!

Mientras mi mujer se fue ya a descansar un poco yo me dediqué a ver el final de etapa del Giro, que en este caso, quizás estuvo por debajo de lo esperado. Las fuerzas son ya mínimas y nadie quiere arriesgarse a perder lo que tienen conseguido. Si no pasa nada raro en la crono de hoy, el italiano Ivan Basso será el ganador, con el español Arroyo en segundo lugar.

Fue más o menos aquí cuando el riñón empezó a darme más la lata. Me encontraba además algo inquieto y nervioso, así que me preparé una infusión, que siempre me relaja un poco. Supongo que en todo esto influye mucho el coco. Tengo la experiencia de los dos primeros ciclos donde en el primer fin de semana tras la quimio me había revuelto en ambos, y quizás mi cuerpo esté ya esperando en alerta a ver qué pasa, cuando a lo mejor, al final no pasa nada.

Por supuesto también hubo de tarde tiempo para el tenis. Nadal y Verdasco cumplieron con sus partidos en Ronald Garros aunque con mucha más solvencia el mallorquín. Cayeron por el contrario Ferrer y Ferrero. Hoy siguen los partidos.

Del partido de la selección de fútbol la verdad es que vi muy poco porque me coincidía con la sesión de juegos, y estos partidos preparatorios nunca dicen nada. Pero a la vista del resultado final y de cómo se decidió el partido diría que España tiene mucho trabajo por delante, pero que tampoco hay que alarmarse en absoluto. Las grandes selecciones suelen de hecho perder con frecuencia sus partidos previos al Mundial y luego cuando éste da inicio, parece como si se transformaran por completo y fueran casi imbatibles. Cuestión de mentalidad.

Sobre los juegos decir que si el día anterior había vencido sorprendentemente al Trivial, ayer la que dio la campanada fue mi mujer al derrotarme a mi especialidad: el Monopoly. Menos mal que luego me resarcí con un triunfo al Chinchón.

Llegó la hora de la cena y tras ella, el Festival de Eurovisión, que a la postre nos lo tragamos de inicio a fin. Poco se puede decir ya de este Festival. Los que participan saben dónde participan y lo que resulta absurdo es luego quejarse. Otros países hace tiempo que decidieron no tomar más parte de esta farsa –véase Italia por ejemplo-. Por otra parte, sobre el presentador, el insoportable Uribarri, se ha metido tanto en su papel de superexperto que todo lo sabe, que resulta chirriante y hasta ofensivo en todos sus comentarios. ¡Parece que estuviera en un bar comentando las votaciones con sus amigotes! Se equivocó además en su principal predicción: que España quedaría entre las diez primeras. Tampoco estuvo nada iluminado por cierto a la hora de valorar la actuación de la que sería al final la canción ganadora. Pero si penoso fue lo de Uribarri, no menos lo fue la tertulia que se montó en el plató de TVE tras el Festival, donde por supuesto se calificó de injusta la clasificación final de la canción española. Como muestra un botón: una de las que se supone miembro del jurado afirmó sin inmutarse que “todos los participantes han desafinado; todos, menos nuestro David que ha sido el único que no lo ha hecho”. Pues vale: nos tienen manía.

Hoy ha amanecido un día despejado y con muy buena temperatura. Las predicciones para el inicio de la próxima semana siguen siendo halagüeñas, así que probablemente repitamos algún paseíllo por el parque. Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

4 comentarios:

  1. Hola pippo!

    hoy nos espera una carrera interesante, saliendo los feraris desde atrás, veremos de lo que puedan hacer ;)

    PD: si quieres averiguar quien soy, solo tienes que mirar tu blog de poesía un comentario mio y lo sabrás jajaj :P

    besos de tu vecina geograficamente hablando ;)

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  2. Yo no vi Eurovisión, pero o nos han cambiao al participante o no se llamaba David...Na, seguro que te despistaron los rizos de Bisbal :)Ten cuidao que igual en breve se convierte en pregunta de Trivial... ¿¿A ver si vas a tener que volver a verlo???? Hay que estar preparao!!! Al enemigo ni agua :)
    Forza MOOOOOO ;) !!

    Besinossssssssssssssssssssssssssssssss

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  3. Todos renegamos de Eurovision, pero acabamos viendolo! ja,ja,ja!!!
    En la próxima reunión, no quiero enviarte un sms, quiero verte!!!
    Un beso grande!!

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  4. Hola filippo,ahora te toca pasear,ya tendras tiempo de correr por el parque,playas,etc...;me alegro mucho que la temperatura haya bajado de los 37º.
    Besos

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