jueves, 20 de mayo de 2010

Día 41

Hoy comienzo a escribir este Blog cuando son casi las nueve. Lo cierto es que a las siete de la mañana me levanté a tomar el antibiótico, pero luego me fui otro ratito a la cama, ya que me apetecía descansar un poco más. Esta noche no ha estado mal, aunque he sudado bastante –supongo que por la fiebre-. Ahora ya en pie, tras la ducha y el correspondiente desayuno, me siento más o menos como en días anteriores, por lo que me parece que tampoco va a ser el hoy el día en el que digamos adiós a las décimas de fiebre. Pero mientras siga estable no hay mayor problema salvo la incomodidad propia de estar todo el día entre 37,3 y 37,7.

Ayer por la mañana precisamente hablé a primera hora con mi médico sobre el tema. Me comentó en primer lugar que no me preocupara, que si no ha ido más allá de los 38 quiere decir que la tenemos controlada con los antibióticos. Es cuestión de un poco de paciencia y probablemente en los próximos días baje algo. Pero lo más importante de todo es que me confirmó que si sigo con los niveles de defensas –neutrófilos- que ahora mismo tengo, no habrá ningún impedimento para llevar a cabo el próximo lunes el tercer “chute” de quimio.

Tuve además con ella una conversación curiosa sobre las ventajas e inconvenientes -principalmente refiriéndonos a términos de fiabilidad- entre los termómetros tradicionales –esos de mercurio que ya no se venden pero que todos seguimos conservando en casa- y los digitales. Ella, al igual que otra mucha gente, prefiere los digitales. Sin embargo en mi caso, si pongo el digital dos o tres veces seguidas –con un tiempo prudencial de por medio- puedo tener diferencias de entre una y tres décimas. Pero es que si lo comparo con lo que me mide el de mercurio, el digital se queda normalmente por debajo entre cuatro y cinco décimas. Claro que en la exactitud tiene mucho que ver también dónde se toma la temperatura. Al tomarla en la axila la precisión ya no va ser nunca óptima. De hecho es la peor respecto a las otras dos vías más habituales: debajo de la lengua y en el culete. Como ésta última la descarto por razones “ideológicas”, la de la lengua como que no me parece muy higiénica, me queda tan solo la axilar. Así que nada, si quiero subir un poco la moral pondré el digital –que es maravilloso porque nunca tienes fiebre-, pero si quiero de verdad saber lo que tengo, aguantaré los ocho minutos de rigor con mi "amigo" Mercurio bajo el sobaco. No sé si vosotros, sobre todos quienes tenéis peques, preferís unos u otros. Por comodidad seguro que utilizáis los digitales.

Después de este "debate caliente", me fui a dormir una horita al sofá. Esto es algo que tengo que eliminar porque no podéis imaginaros cómo acabé el día con las cervicales deshechas. Estoy seguro que es por malas posturas cuando me tumbo en el sofá a dormir. Ya me lo decía siempre mi fisio: “el sofá es el peor enemigo para la espalda”. Así que esta mañana, la “siesta matutina” la haremos como se merece: en la cama.

Al levantarme luego, me dediqué a responder correos que tenía pendientes y a leer un poco la prensa por Internet. Llegó así pronto la hora de comer. No sé si sería la contundencia de la comida o el que tal vez comí con algo de desgana, pero lo cierto es que al acabar tenía un dolor de estómago que no me dejaba casi ni estarme quieto. Tras intentar bajar un poco la panzada a base de caminar por el pasillo, me tumbé –esta vez sí en la cama- y conseguí quedarme dormido algo más de una hora. Tomé entonces una infusión de manzanilla con menta y el dolor se fue ya por completo. ¡Mucho mejor!

De nuevo estuvo mi padre ayer todo el día conmigo hasta que por la tarde llega mi mujer. Ahora lo tengo enganchado a las televisiones y radios por Internet así que se pasa el día viendo la RAI y el resto de cadenas italianas a través de una página web que se llama CorvoTV. Vimos así juntos el desenlace de la etapa del Giro. Ayer fue tan espectacular como inexplicable por la circunstancia insólita que se dio con 50 escapados metiéndole una minutada a los que hasta ayer eran líderes de la carrera. De este modo por ejemplo, Carlos Sastre, que se encontraba perdido a más de nueve minutos de la maglia rosa, se ve ahora como máximo favorito a la victoria final, al situarse con una ventaja por encima de los dos minutos sobre los que supuestamente serán sus principales rivales. Lo que decimos siempre: ¡nunca, nunca hay que rendirse ni dar nada por perdido o imposible!

A eso de las seis y media comenzó el torneo de juegos y en esta ocasión se cambiaron las tornas, puesto que tras perder al Chinchón, infringí a mi mujer una derrota sonrojante al Parchís. El desempate lo puso el Dominó donde de nuevo me mostré intratable. Una buena sesión por tanto que hizo que me olvidara de la fiebre. ¡Lo que tengo yo es fiebre de victorias!

Llegó así la cena y tras ella el partido correspondiente a la Final de la Copa del Rey entre el Atlético de Madrid y el Sevilla. Fue un encuentro entretenido, marcado por el tempranero gol del Sevilla y la falta de acierto de los delanteros colchoneros. Me alegré por una prima que gracias a unas gestiones con gente del Sevilla que conoció en su visita a Gijón, consiguió entradas para estar anoche en el Camp Nou, animando por su puesto a “su” Sevilla. Aunque también lo siento por algunos miembros béticos de este Blog, y por otros colchoneros. Menos mal que esto no es un Blog de fútbol, porque seguro que saltarían chispas con tanta mezcla que hay.

Antes de acostarme pusimos el termómetro para controlar que la fiebre estuviera en sus niveles “normales” como así se confirmó. Cuando me acosté serían ya cerca de las doce y cuarto.

Hoy ha amanecido otro día espectacular. Puedo imaginarme cómo estará ya el Tostadero o la Cuesta del Cholo. Pensar en ello me llena de motivación para retomar esas “sanas” costumbres cuanto antes. ¡En nada estoy por ahí! Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

3 comentarios:

  1. Buenos días chatín,

    Que sepas que a la mayoría de los médicos el termómetro digital no les gusta por lo que tu dices, aunque es más cómodo y rápido cuando se usa con peques. Si puedes usa el de toda la via y póntelo en la lengua, luego le pasas un poco de alcohol con un algodón y listo, que no es tan antihigiénido hombre!! además así no serán 8 minutos lo que tengas que esperar va más rápido ;-)

    PD si te sirve de consuelo en julio nos vemos o sí o sí en la cuesta del cholo con unas pipas y una sidra.

    Besinos

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  2. Hola Fili. Como yo soy muy tradicional, sigo con el termómetro tradicional de mercurio. Y como soy tradicional, lo de meterlo por donde la espalda pierde su nombre ni se me ocurre. Una vez más coincido con Fili: al sobaquillo. Y en cuanto a la fiebre, no te preocupes. Igual es la proximidad del verano y tu imaginación...je, je. Y eso que dice Vir de vernos en julio, que sea también en Agosto en la cuesta del Cholo y al atardecer. Cuando fui la primera vez hace unos años quedé impactao y harto de pipas y sidra. Nos vemos allí Fili. HONOR Y FUERZA

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  3. veo que estamos todos como locos por ir de sidrinas, nosotros nos apuntamos tb, en agosto estamos ahi

    yo prefiero el termometro tradicional, y aunque se supone que no se pueden vender yo doy fe de que se venden pues yo compre un termometro de mercurio hace unos meses.

    besinos y cuidate

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