lunes, 17 de mayo de 2010

Día 38

Hoy comienzo a escribir este Blog cuando son casi las doce y media de la mañana. No es que se me hayan pegado las sábanas -¡qué más quisiera!-. La razón ha sido por un lado que esta mañana tenía analítica de control de Cabueñes –seguimos en la buena dirección según los resultados-, y por otro, que esta noche la pasé realmente fastidiado, sin apenas dormir nada, con lo que según volví esta mañana de Cabueñes, me tiré en el sofá y habré dormido casi un par de horas del tirón. Ahora sí me encuentro mucho mejor. Y para después de comer tengo programada otra siesta de las buenas, de las de pijama.

Yo no sé este Sr. T qué religión practica –si es que practica alguna- pero tengo claro que los domingos le gustan muy poco. Si en el primer ciclo fue justo en domingo –pasados los siete primeros días- el día que peor estuve, para este segundo ciclo ha vuelto a repetirse la situación, aunque en este caso, más que malestar como en aquella ocasión, el principal problema fue la fiebre.

Por la mañana, nada más despertar, al poner el termómetro –todos los días lo pongo mañana, tarde y noche- me di cuenta que la temperatura era algo elevada para lo habitual, pues estaba en 36,8, cuando por lo general a esas horas de la mañana casi ni sobrepaso los 36,5.

Aun así pasé una mañana bastante relajado entre el Blog, algo que dormí también entremedias y poco más a la espera de que llegara la hora de comer. Coincidiendo entonces con la salida del GP de F1 de Mónaco a las dos de la tarde, puse de nuevo el termómetro y para entonces ya nos habíamos ido a 37,3. Así que podíamos decir que habíamos pasado de un código verde a un código amarillo. Esto de los códigos y los colores es algo que me he inventado pero que queda muy "profesional" y luce mucho

Intenté así ver la carrera sin estresarme demasiado con ella –tampoco es que diera para mucho- e intentando estar relajado en el sofá. Al acabar, pasé al final de etapa del Giro D’Italia con la intención de recuperar también algo de sueño para ir preparándome para lo que sería el plato fuerte de la tarde: el desenlace de la Liga.

Pero antes hubo tiempo para una partidita al Chinchón, con victoria para El Niño de la Cabeza Pelá, y se concluyó la sesión de juegos con un Parchís donde ahí sí mordí de nuevo el polvo. Culpa de la fiebre sin duda.

A las siete me encontraba por tanto de nuevo delante del televisor haciendo zapping entre la pachanga que el Sporting jugaba en Santander frente al Racing –nos deben una los cántabros- y el partido del Barcelona, que era el que echaban por el PlusLiga. No creo que fuera lo "caliente" que estaba el tema, porque muy pronto se vio que estaba todo resuelto, pero a las ocho –justo al descanso- al poner el termómetro, éste me señalaba la máxima temperatura que había tenido hasta entonces: 37,7. ¡Código naranja!

Como soy bastante maniático para estas cosas, mantuve a partir de ese momento el control de la temperatura hasta la hora de irnos a dormir, con la esperanza de que en las últimas horas de la noche, y como había ocurrido otras veces, al menos bajara algunas décimas. No fue así en este caso, así que tras la película –ayer volvimos a las de animación viendo Kung Fu Panda- el tema seguía para nuestra preocupación estable, con lo que estaba ya seguro de que me esperaba una noche larga, como finalmente fue. Habría que estar también pendientes de que la fiebre no subiera por encima de los 38, porque entonces hubiera tocado excursión nocturna a Cabueñes. Un código rojo, para entendernos. Al final no fue necesario.

En realidad lo peor no fue la fiebre en sí con su correspondiente malestar general, sino que por si éramos pocos –yo creo algo de relación guardan-, a la temperatura alta se le unió el dolor en forma de pinchazo en el hígado. Podéis entender que entre lo uno y lo otro, apenas conseguí dormir cuatro horas.

Hoy cuando me levanté seguía por encima de los 37,5. Sin embargo tras pasar por el Hospital -donde me han añadido a todo el tratamiento unos nuevos antibióticos-, parece que ahora me encuentro mejor. El día despejado que hace seguro que me ayuda a recuperar las fuerzas de nuevo cuanto antes. Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

5 comentarios:

  1. Hola Fili. Toca apretar los dientes, como en el ciclo anterior. Ánimo, que si Fernando Alonso pudo alcanzar el 6º puesto en Mónaco saliendo el último, seguro que tu superas al Sr.T, pero nadie dijo que fuera fácil. La peli de Kun Fu Panda es una de mis preferidas de animación. De hecho, mi sobrino dice que soy como el Kunfu Panda porque tenemos un perfil parecido... Descansa, aliméntate, y a por todas. HONOR Y FUERZA.

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  2. Espero que esos nuevos antibióticos, controlen rápidamente lo que sea, y mejores. Descansa todo lo que puedas, ya se que cuando se está mal no encuentras ni postura como dormir, ni estar sentado, pero piensa que seguramente sólo fue una mala noche, y esta no tiene por qué ser igual de mala. Así lo espero. La batalla va a ser durilla, eso ya lo sabíamos. Muy valiente al contarlo, y todo mi sol Malagueño, ojalá te transmita calor, pero no te suba la fiebre. Achuchones para todos. Forza!!!!

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  3. saludos fili: Estoy haciendo pruebas.

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  4. Esta noche ya nos venía de lao...pero bueno, al menos no subiste a los 38!! Aprovecha para dormir una buena siesta!! besinos

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  5. Que buena pinta tienes en las fotos. No me extraña, con esas tripadas que te metes entre pecho y espalda.....
    Me quedo con esto: "Seguimos en la buena dirección según los resultados". El tratamiento va cumpliendo su objetivo y nos pone en una inercia positiva. Parece que los nuestros han tomado el control del balón en el centro del campo. En el camino queda un mal sexto día después de cada ciclo (como dice Pepe se resuelve "rucando los dientes") y unos resultados cada día mejores. Cojonudo
    ¡Vamos...!

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