Día 23

Hoy es domingo, concretamente 2 de Mayo, Día de la Madre, por lo que mi primer pensamiento hoy al levantarme ha sido para mi madre, quien estoy plenamente convencido de que desearía poder ser ella quien en estos momentos estuviera escribiendo este Blog, en lugar de su hijo. Así son las madres. Como si no hubiera hecho bastante ya por mi durante toda mi vida.

Ayer pasé una mañana bastante tranquila. Las molestias tanto en la garganta como en los oídos siguen controladas, así que de momento no parece que vayan a ir a más. Como me encontraba bien, me dediqué entonces a andar por casa dedicado a tareas sin mucho valor, pero que me mantuvieran entretenido para no estar todo el día colgado del televisor y del portátil.

A pesar de ello, por supuesto cumplí religiosamente con mi Blog y además estuve viendo los entrenamientos del GP de Motociclismo de Jerez que hoy se disputan en la capital andaluza. ¡Qué diferencia con respecto al año pasado! ¡El año pasado nosotros estábamos ahí viendo las carreras! Hoy cuando las vea por la tele cerraré un poco los ojos –sólo un poco, no vaya a perderme algo bueno- y pensaré que estoy en pleno final de línea de meta, con la camiseta quitada del calor que hace, y animando con mi bandera a Valentino Rossi rodeado de un montón de chiflados por las motos.

Como ayer era sábado, comimos un poquito más tarde. Un buen plato de pasta con solomillo de segundo es lo mejor para luego poder echar una siesta con propiedad. Así que dicho y hecho. Con la comida sigo tomando los antibióticos que en principio creo que habrá que mantener durante todo el tratamiento. Ahora mismo probablemente son los que están logrando que no tenga fiebre y que las molestias sean por tanto menores. Lo que no sé es si para el segundo ciclo seguiremos con los mismos o si tal vez cambiemos a otros para que el cuerpo no se acostumbre a ellos.

Después de la siesta nos tocaba esperar a que empezara el partido del día: el Málaga Sporting. Típico partido lamentable de nuestro equipo en el que curiosamente se logra un empate que provoca que la diferencia holgada que teníamos con respecto a los puestos de descensos se encoja a los tres puntos, y aun así, parece que casi tengamos que celebrarlo. Ya veremos si es el clásico punto que luego se dice que vale su peso en oro. De momento lo dejaremos en plata.

Tanto por la mañana como por la tarde realicé un pequeño par de tandas con la cinta de andar. Las piernas -y el corazón- siguen respondiendo, aunque estaría bueno que se quejaran con el ritmo tan paupérrimo al que las someto. Pero bueno, no hay que confiarse, que soy el primero en reconocer que el cuerpo no está ahora para muchos excesos.

Por la noche después de cenar nos pusimos a ver un poco el partido del Barcelona, aunque viendo que al descanso se llegó con cero tres, y que me encontraba muy cansado, decidí irme para la cama. No fue ni mucho menos una de mis mejores noches. En realidad tardé mucho en dormirme y sentía algunas molestias puntuales que cuando parecía que iba a caer vencido por el sueño, hacían que me desvelara de nuevo. Así estuve peleando hasta cerca de las dos de la mañana. Luego conseguí dormir aunque despertaba cada poco, principalmente porque no hacía sino sufrir pesadillas. Parecía como si todos mis miedos se hubieran dado cita anoche para venir a saludarme -¿no tendrían nada mejor que hacer un sábado?-. Uno a uno los fue echando a todos hasta que las pesadillas se fueron tornando en sueños más felices, con los que ya desperté esta mañana.

De todos modos sí que es cierto que hoy me vuelvo a notar bastante cansado, y es más que probable que el día se me vaya a hacer un poco “largo”. Intentaré ahora descansar algo más por la mañana y sumarle una buena siesta de tarde. En cualquier caso no me alarmo porque sé que era más que previsible que esta segunda semana bajo tratamiento fuera más complicada que la primera. Así que nada, como ya dijimos muchas veces, habrá que echarle lo que haya que echarle y tirar para adelante. Tenemos además mañana la cita a primera hora en Cabueñes donde me realizarán una analítica que nos vendrá de perlas para ver cómo están las defensas –no sea que se hayan ido de vacaciones- y si la fatiga que ahora parece poder conmigo, puede deberse a que el hematocrito tan bajo que ya tenía, se ha ido definitivamente por los suelos. Con eso supongo que sabrán qué hacer para al menos tratar de mitigarlo y que pueda llevar la semana con tranquilidad, ¡y alegría!

Hoy ha vuelto a amanecer nublado y la temperatura sí que parece que ha bajado un poquito. A ver si para la semana que viene nos vuelve el sol, ¡que ya estamos en Mayo! Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”