Día 30

Hoy es domingo, y cuando son poco más de las nueve, comienzo a escribir este Blog. Esta noche he dormido muy bien, supongo que en buena parte gracias también a la tranquilidad que por fin nos ha dado nuestro Sporting, que ayer lograra de una vez por todas la permanencia. ¡Y mira que le ha costado! Pero lo dicho: me despierto una vez más con muy buenas sensaciones, que serán todavía mucho mejores después de una ducha y sobre todo, de un desayuno a lo grande, Continental que llaman en los hoteles.

Como ya os había ayer anticipado, este fin de semana se presentaba cargado de eventos deportivos, lo que significaba -y significa pues seguiremos hoy- muchas horas delante de la televisión. De este modo ayer, apenas hube finalizado el Blog, me enchufé con la tercera sesión de libres de F1, donde los RedBull con Vettel y Webber, dejaron muy a las claras lo que luego se vería más tarde en la calificación: que a día de hoy son insuperables. Va a ser verdad aquello de que RedBull te da alas.

Aprovechamos luego –como el día parecía que no amenazaba lluvia- para hacer algo de limpieza y poner la lavadora. Después mi mujer se fue para Quintes –su pueblo- donde ayer tocaba corchar el último de los toneles de sidra de los que habíamos llenado este año. ¡No sabéis la pena que me da el haberme perdido esta temporada semejante evento “social”!; porque siempre que se corcha un tonel se acaba montando una buena fiesta. Pero bueno, ¡no dejará de haber sidra el año que viene y toneles que corchar!

Mi mujer volvió justo para la hora de comer, que coincidía con la calificación de la F1. Pudimos así los dos ver cómo se cumplían todos los pronósticos: doblete de RedBull, con un cuarto puesto de Ferrari con Alonso que invita a pensar que tal vez en la carrera se pueda luchar por el podium. Mucho más atrás el otro Ferrari, el de Massa, quien está claro que lo tendrá mucho más complicado para escalar posiciones.

Después de la comida tocaba una buena siesta de fin de semana. ¡Y qué mejor para ello que hacerlo acompañado por la retransmisión de la primera etapa del Giro D’Italia! Este año, para quien le interese, el Giro únicamente puede verse en España a través de la cadena Veo7. Ayer curiosamente la crono que abría la ronda italiana se disputaba por las calles de Amsterdam. La victoria fue para un especialista, el británico Wiggins, mientras que los favoritos a la victoria final se mantuvieron más o menos en los mismos tiempos; quizás un poco más atrás de lo esperado el español Carlos Sastre.

Entre la siesta y el Giro estuve así entretenido hasta las cinco y media, hora de la merienda, que he vuelto a retomar estos días. De hecho estoy recordando también aquí los tiempos de mi niñez, porque últimamente me preparo algo que solía hacerme mi madre de pequeño. Se trata de mezclar un yogur, un plátano y unas galletas María. El resultado es como el de esos potitos que se dan a los bebés. No, si de esta acabó todavía rejuveneciendo unos años, ya veréis.

Después de la merienda vino la sesión juegos de mesa. Como en el Chinchón venció mi mujer, mientras que en el Parchís la victoria fue para mí, decidimos desempatar introduciendo un tercer juego en el que me creía invencible: el Tute Español. Y la cosa pintaba bien; de hecho debía estar cinco a uno cuando mi mujer me cantó en la cara un tute de reyes con lo que se da por concluida la partida. Como no puede ser de otro modo ya tengo la revancha solicitada para esta misma tarde sin falta.

Tras la cena, llegaba el momento del día: el partido del Sporting. Mi mujer acabó después de mucho dudarlo, yendo a verlo al estadio. Este año por todo este tema nos habremos perdido casi un cuarto de temporada en El Molinón, y me sabía mal que no fuera al último partido, en el que habría además un ambietazo en vistas de celebrar la salvación, que finalmente se produjo. Así que yo me vi el partido en casa por la tele, acompañado por mi padre. ¿Qué decir? Alegría enorme de ver al equipo salvado, aunque con el amargor de que ni siquiera ayer fueran capaces de derrotar a un equipo plagado de suplentes, al que no le iba nada en el resultado, pero que por momentos, parecía jugarse más que nosotros. El empate nos bastó gracias a resultados en otros campos, que de no haberse dado, nos habrían obligado a jugárnosla toda en el último partido. En fin, disfrutemos de la salvación, que ya habrá tiempo para las críticas y la reflexión.

Como podéis imaginaros, mientras duró el partido del Sporting, estuve siempre al tanto de lo que ocurría en los otros estadios, sobre todo en lo que se refería a la lucha por el título, donde parece que el Barca, con su victoria en Sevilla, tiene tres cuartos de Liga en el bolsillo. De todos modos que no se confíe, no vaya a ser que el Valladolid de Clemente en la última jornada, les dé el disgusto del siglo.

Habréis vuelto a comprobar que no he hablado nada sobre mi enfermedad ni sobre cómo me siento. De verdad que a veces se me olvida que estoy enfermo. ¡Y esa es mi mayor felicidad! Estos últimos días en general han sido muy buenos y prácticamente “clavados”. Me levanto a tope, aunque ya después de la comida, empiezo a notar un cierto bajón, coincidiendo con las horas donde me sube un poquito más la temperatura, que en ningún caso ha sobrepasado las dos o tres décimas. En esas horas me siento algo cansado y con algo de dolor de cabeza. Luego, a partir de las nueve o diez de la noche, parece como si me recuperara, y de hecho, para cuando me voy para la cama a las once y media o las doce, la temperatura nunca sobrepasa los 37 grados.

Hoy cuando levanté la persiana estaba despejado, pero sin embargo ahora al concluir este Blog, parece que ya se ha nublado de nuevo. Como sigamos así llegamos a Junio más blancos que la leche de burra. Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”