martes, 4 de mayo de 2010

Día 25

Hoy me he levantado media horita más tarde de lo que tengo por costumbre. Me encontraba a gusto en la cama; así que hay que aprovechar cuando al cuerpo le apetece dormir un poco más, porque otras veces no es así, curiosamente sobre todo cuando no has pasado una buena noche, y parece que es entonces cuando más ganas tienes de levantarte y poner punto y final a tu batalla contra la almohada.

Después del día malo que había tenido casi todo el domingo, ayer pensaba que se podría repetir pero para mi sorpresa no fue así. Bueno, para ser exactos no fue así del mismo modo. Lo cierto es que ayer comencé la mañana con muy buenas vibraciones y pleno de fuerzas, pero a medida que fue transcurriendo el día volvieron poco a poco las molestias y el malestar que había sufrido el domingo, aunque a un nivel un poco menor. Está claro que aquí no hay horarios que valgan, y lo mismo te puedes levantar como un Miura y acabar por la noche tumbado como un becerro, que a la inversa. Será cuestión de acostumbrarse. A fin de cuentas no dejo de ser un novato en todo esto, ¿no?

Lo primero que hice ayer fue subir con mi hermano a Cabueñes para la prueba que teníamos programada en vistas a analizar nuestra compatibilidad en previsión de un hipotético transplante medular, que como ya os he hablado en más de una ocasión, si el tratamiento va bien, es algo que con toda seguridad habrá que hacer para enterrar definitivamente a Mr. T, y que luego no nos vaya a aparecer de nuevo en cualquier momento transformándose esto en una de esas infumables películas de terror con cien mil secuelas a cual peor. La idea aquí es que "mi película" tenga un final grandioso, hacer un taquillón con su enorme éxito y retirarnos a una isla dorada. No soy muy ambicioso, creo.

Volviendo a la prueba, los resultados no los tendremos hasta dentro de un par de semanas más o menos, que esto no es CSI. Quiero dejar constancia aquí de que mi hermano se portó como no esperaba menos de él, como un valiente, aunque conociendo su animadversión por la agujas, he de reconocer que tuve mis momentos de dudas pensando en si tal vez tendría que acabar bajando yo el coche de Cabueñes. No fue necesario y ahora sólo queda esperar que los resultados sean positivos. En caso contrario tampoco sería ni mucho menos el fin del mundo: aquí sí hay plan B, y hasta C y D.

Aprovechando esta prueba, me realizaron una analítica para ver qué tal van mis defensas y demás parámetros sanguíneos, y según palabras textuales de la Dra. están “aceptablemente bien”, lo que según ella he de entender como una buena noticia. Dicho esto, la analítica verdaderamente importante es la que te realizan justo antes de cada nueva sesión de quimio, porque es la que indica si se puede seguir con el tratamiento, si hay que variarlo en algún aspecto, o si directamente conviene demorarlo unos días.

Por la tarde como os decía, empecé a sentirme un poco peor. Primero fueron ligeros pinchazos en la zona del bazo y del hígado, pero luego lo que más me molestaba era un dolor de espalda que no sabía si estaba mejor echado, sentado o caminando por el pasillo. De hecho, apenas pude dormir la siesta porque no era capaz de encontrar una posición donde no me doliera la espalda.

Pero bueno, intentamos pasar la tarde lo mejor posible, y por supuesto hubo revancha a las cartas con mi mujer, donde como no podía ser de otra forma, fui yo esta vez quien venció con un espectacular Chinchón. Debería haberme retirado en ese momento, pero como mal jugador de casino, decidí tentar la suerte retándola a un Parchís, y ahí ya perdí con todas las de la ley.

La fiebre sigue estable, es decir, me levanto perfecto, pero luego va subiendo la temperatura, aunque no supera nunca las dos o tres décimas en su momento máximo. Nada serio, así que seguimos dentro de lo previsible y sería fantástico poder mantenerse así hasta el próximo lunes para que no haya problemas con la segunda sesión de quimio.

Después de cenar –sigo con un pequeño bajón en lo que apetito se refiere- nos pusimos a ver una peli, Planet51. Supongo que conocéis la película porque tuvo mucho bombo al ser la película de animación española de mayor éxito internacional. A nosotros nos sirvió para reírnos un buen rato e irnos a dormir más relajados después de una tarde algo cansada.

Hoy parece que seguimos con el tiempo nublado y lluvioso. Espero que por Getafe, donde juega hoy nuestro Sporting, las ideas estén más claras que aquí el tiempo. Falta nos hace para no llegar a las dos últimas jornadas al borde de un ataque de nervios. Por mi parte, ahora mismo, en cuanto publique este Blog veré qué hace mi padre con su portátil y luego ya me echaré en el sofá a escuchar algo de música e intentar dormitar un poco. ¡Es la dura vida del enfermo! Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

5 comentarios:

  1. Para que os vayáis a la cama con una sonrisa en la cara y alegrando la vista, os recomiendo la peli: "La cruda realidad". Se trata de una comedia romántica donde el ingrediente principal es la guerra de sexos. Eso si, no tiene nada que ver con las comedias de los años 60, de hecho si Doris Day levantara la cabeza.....

    FOOORZAAAA!!!

    ResponderEliminar
  2. aunque no todos los dias escribo aqui me tienes enganchada a tus blogs, me alegro de que te encuentres "aceptablemente bien" y que continues con la moral muy alta.

    cuidate mucho y besinos para monica

    ResponderEliminar
  3. Quien tiene un hermano tiene un tesoro. Ya tenemos otro talismán. ;-) Bravo por los Priore!!!

    ResponderEliminar
  4. Sigo leyéndote cada dia y mi corazon esta con vosotros. Un beso muy grande desde Metz, "et beaucoup de courage"

    ResponderEliminar
  5. Hola Fili. Sigo intentando acceder al blogg, aunque con ciertas dificultades. No pierdas el apetito. Un abrazo

    ResponderEliminar