miércoles, 19 de mayo de 2010

Día 40

Hoy comienzo a escribir este Blog -cumplimos la cuarentena- un poquito antes de lo habitual. He dormido aceptablemente y preferí levantarme primero para tomar así el antibiótico con el desayuno pronto y que de este modo, no se junte tanto con la toma del mediodía. Luego de todos modos echaré una buena cabezada. Por lo que se refiere a la fiebre parece que me ha cogido cariño y no quiere abandonarme porque a primera hora ya estoy en los 37. Así que habrá que seguir teniendo paciencia –se cumplen hoy 48 horas del inicio del tratamiento- y confiar en que al final logremos eliminar la placa presuntamente causante del problema.

Ayer cuando me levanté, más o menos tenía las mismas sensaciones que hoy. Sentía que había descansado aceptablemente, pero que sin embargo, la temperatura no era todo lo baja que hubiera querido.

De este modo, me puse a escribir el Blog aprovechando esas primera horas de la mañana que son en las que menos fiebre tengo y en las que mejor me encuentro. Apenas lo acabé –serían las nueve y media- me tiré a dormir en el sofá acompañado de un poco de buena música relajante. Caí como un bendito cerca de dos horas. Me desperté otra vez genial, aunque al poner el termómetro a las doce, éste parecía querer contradecirme, puesto que ya se situaba en los 37,7. Sin embargo, ya no pasaría de ahí en el resto del día.

Después de comer a eso de la una, estuve haciendo un poco de tiempo para no echarme de nuevo con la barriga llena. Me hice así unos cuantos “largos” por el pasillo y estuve escuchando la radio hasta que el sueño me volvió a vencer. Tampoco es que yo le oponga mucha resistencia, para qué vamos a engañarnos.

Dormiría así como otra hora antes de que llegara mi padre, que venía de tarde –ya había estado por la mañana- para hacerme un poco de compañía. Estuvimos viendo juntos el final de etapa del Giro y después él siguió con su portátil y sus historias mientras yo pasaba el tiempo a la espera de que llegara mi mujer.

Uno de mis entretenimientos preferidos para relajarme en esos tiempos muertos, a parte de la música que antes comentaba, es tirarme en el sofá y fijar mi atención en el cuadro que preside nuestro salón. Se trata de una copia de la conocida obra de El Beso de Gustav Klimt. Contemplar esa escena cargada de ternura y placidez me da sosiego y consigue que me olvide de todo.

Cuando llega mi mujer por las tardes, la verdad es que siempre me pilla en las horas más bajas, puesto que si ya sin fiebre os comentaba que era entre las seis y las nueve cuando me encontraba más flojillo, ahora podéis imaginaros cómo me siento después de todo un día con fiebre. Aun así, no renunciamos a nuestras partidas más tradicionales y ya obligadas: el Chinchón y el Parchís. Después de vencerla sin piedad a las cartas, perdí al Parchís en un partida increíble en la que rocé la victoria –me quedé a falta del típico uno- cuando nadie hubiera dado un duro por mí, con dos fichas por dar la vuelta completa mientras que ella tenía sus últimas tres fichas a tiro ya para acabar. Pero ahí estuve; creyendo en la victoria hasta el final –ese es siempre tiene que ser el concepto-. En esta ocasión perdí, pero ¿y si hubiera ganado? Nunca hay que rendirse. Ni al Parchís.

Cenamos y nos pusimos a ver una peli un poco particular, Hancock, de Will Smith y Charlize Theron. Siendo una película de superhéroes –que no son de mis preferidas precisamente- tengo que decir que no me disgustó. Al contrario: pasamos un rato entretenido, porque además Will Smith está genial en el papel de superhéroe borracho y odiado por todo el mundo.

Antes de acostarme volví a poner el termómetro para ver si la fiebre seguía estable, y me llevé la sorpresa de que en contra de lo esperado, me había bajado unas décimas. Habrá que confiar en que esta noche vuelva a repetirse, y si es posible, mejore.

Hoy ha amanecido otra vez con un sol espléndido y cielo completamente despejado. Con un poco de suerte la calefacción dormirá apagada una buena temporada. Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

4 comentarios:

  1. Buenos días Fili. El superhéroe tienes que ser tú. Así que aplícate en rebajar la fiebre. Esta noche es la final de la Copa. Yo apuesto por el Sevilla. ¿Y tú? Un abrazo. HONOR Y FUERZA.

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  2. Recuerdo lo que te fastidiaba perder aunque fuera en los billares... eres muy competitivo,y tienes fuerza psíquica para aguantar... De todas maneras, me gusta más tu parte "humana y sensible" que en absoluto se contradice con la otra, y es lo que te hace una persona excepcional. Por eso... mañana más.

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  3. Hola Fili:

    ¡Jo macho!, con fiebre y aún no perdonas la derrota al parchís. A eso le llamo yo ser super competitivo ( bueno lo llevamos en los genes ). Así debe de ser, luchar, luchar y seguir luchando, que la derrota es una posibilidad pero no una opción. Ánimo CAMPEÓN y como siempre, seguimos atacando.

    Un abrazote rompecostillas de tu primo.

    Santi

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  4. Buenas tardes Filippo,veras como con el tratamiento que te han puesto te baja la fiebre, seguro que es de esa placa que hay que invitarla a irse pero ya!!!
    Besos

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