miércoles, 28 de diciembre de 2011

Génesis Día 180

Cuando van a ser las seis de la mañana de este miércoles veintiocho de diciembre, comienzo a escribir el Blog. De nuevo esta noche, y a pesar de las veces que he despertado entre medias, he vuelto al menos a dormir mis cinco horas largas, casi seis. Y la verdad que es algo que empiezo a notar a nivel físico, donde ya ayer me encontré mucho mejor que el día anterior. Esta mañana como acompañamiento musical he escogido un clásico de la música italiana que en mi época de adolescente triunfó también aquí con alguna de sus canciones: Mango. ¿Os acordáis de su peculiar voz? De aquella época destacaron sin duda Flor de Verano y Estrella del Norte.

Esta mañana me toca volver a Oviedo –casi había olvidado lo que eran los viajes al hospital-. Vamos en primer lugar a sacar un poco de sangre para ver qué tal van las cosas y luego, en teoría a las nueve y media, tengo la consulta para analizar los valores. Me extraña que para esa hora tengamos ya algo, pero bueno, quizás lo más urgente pueda estar. Lo bueno de tener la hora tan pronto es que tienes la garantía –siempre relativa- de que si nada se tuerce a media mañana estás de vuelta en casa con tiempo todavía para hacer tus cosas.

Ayer como os decía fue un día sin duda mucho mejor que el que tuve el pasado lunes. Supongo que las buenas horas que dormí durante la noche me ayudaron a levantarme con energías renovadas. Aproveché para finiquitar el 95% de las cartas a los Reyes Magos. Como ya os había avisado soy de los que en ese sentido tiene las cosas claras en cuanto a lo que busca y es cuestión de organizarse un poco y de rentabilizar el tiempo para no perderlo inútilmente. Así que ahora apenas me quedan algunas tonterías pero lo verdaderamente importante ya está solucionado a falta de diez días para que sus Majestades de Oriente nos visiten.

Lo más curioso de ayer fue un email que recibí del departamento de Marketing y Publicidad –o algo parecido- de Google, o de que quienes tienen que ver en concreto con la plataforma del blog. En su día ya me había llegado de forma automática supongo, lo que era el ofrecimiento para que pudiera colocar en mi página la publicidad que deseara. Entiendo se guían por número de entradas diarias. La verdad es que no le hice el menor caso. Para eso soy un poco como esos equipos de fútbol –cada vez menos-, que no quieren “manchar” su camiseta con publicidad, aunque también es cierto que luego van cayendo todos a medida que las ofertas suben y las necesidades económicas apremian. Bueno, a lo que voy: ayer fue un email lo que recibí, dirigido exclusivamente a mi persona –a mi pseudónimo, claro-, en el que me ofrecen de forma directa la posibilidad de incluir publicidad, pero en este caso la que ellos elijan. No sé, no acaba de convencerme, y menos viendo el tipo de anuncios que como muestra me han enviado. No voy a entrar en detalle pero son los típicos que vemos todos los días rondando por Internet sobre citas a ciegas para solteros y cosas por el estilo. En fin, que las condiciones que ofrecen son buenas pero que casi paso. Os tendré informados para que no os llevéis una sorpresa si de repente os encontráis con ello al abrir el blog.

Bueno, dejando aparte ese tema, que ciertamente no me preocupa, y volviendo a mi estado, ayer como seguía un poco revuelto del estómago, opté por comer un arrocito blanco, acompañado de un pescado como el lenguado, típico cuando uno quiere hacer un poco de dieta saludable. ¡Qué falta me hacía! Siempre he dicho que si tuviera que sobrevivir a base de un determinado tipo de comida, en mi caso con arroz y pasta podría hacerlo durante meses sin cansarme de ello.

Tras la comida, de nuevo una siesta antes de mi primera infusión de la tarde. Porque ahora con el tema del riñón lo cierto es que suelo tomarme unas tres o cuatro a lo largo del día. Auténticos tazones de infusión que me sirven para llegar a los tres litros mínimo de líquido que sigo teniendo que ingerir. También hoy veremos qué tal llevamos lo de la creatinina.

Por la tarde, ya en Gijón, quedamos para vernos antes de la cena con una pareja que hoy se vuelven para su casa en Madrid. Me alegró un montón el poder verles porque lo mismo no surge de nuevo la oportunidad hasta dentro de unos cuantos meses. Y como siempre digo, hay que aprovechar los días en los que te encuentras bien para este tipo de encuentros, porque sirven para hacerte sentir todavía mejor.

Después la cena, de nuevo bastante ligera, un par de capítulos de Los Soprano –seguimos en la Cuarta Temporada- y después algo de lectura de La Hija del Papa para conciliar el sueño, que no tardó en llegar. Día en definitiva redondo.

Hoy confío en que siga por la misma tónica, aunque las visitas al hospital suelen dejarme un tanto cansado, tanto a nivel físico como mental. Pero bueno, luego me queda toda la tarde para recuperarme. Y lo importante es que los resultados que tengamos sean positivos. De ser así es probable que hasta la semana que viene no tenga que volver. Si por el contrario el hemograma siguiera tan bajo como la Bolsa, es más que factible que me hagan volver este mismo viernes para una nueva analítica.

Nada más por este post. ¡Ah!, que por poco se me olvida, y mira que lo tenía en mente. Aunque quizás le chafe a alguno sus maquiavélicas intenciones, recordaros que hoy es el Día de los Inocentes, así que ojo a los graciosos que quieran aprovecharse de vuestra inocencia. Yo para eso siempre he sido un poco serio y nunca he sido de los que gastan inocentadas, aunque también reconozco que apenas las he sufrido. Avisados quedáis y ya me diréis si os ha tocado padecer alguna… o organizarla. Un fuerte abrazo a todos… “y mañana más…”

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