viernes, 16 de diciembre de 2011

Génesis Día 168

Son las dos de la mañana de este viernes dieciséis de diciembre cuando comienzo a escribir el Blog. La voz de Michael Stipe y la música de su grupo R.E.M. me sirven de entretenimiento. 

He despertado libre de molestias salvo la habitual revoltura de estomago y un pequeño dolor que ya me había aparecido otras veces y que se sitúa en uno de los costados, como si fuera uno de los riñones que pide ayuda. Hablando de riñones, ayer no sabría decir lo que bebí, pero de cuatro litros no bajé. A ver si esta mañana la analítica premia el esfuerzo.

Ayer por la mañana como os había anticipado tenía cita con el podólogo. Lo cierto es que tenía la uña del dedo gordo del pie derecho tan encarnada que costó liberarla, no sin poder evitar que sangrara, aunque nada fuera de lo común. Peor ha sido el renegrón que me ha salido en mi mano izquierda al golpear con ésta una de las manillas de las ventanas. RIdículo, ¿no? Pero es que con menos de veinte mil plaquetas que tengo, cada golpe o corte es un poco odisea. 

Después, mi padre y yo estuvimos haciendo unos recados -léase redistribuyendo la riqueza, vamos, gastando dinero...- hasta que a las once y media nos pusimos a ver el sucedáneo de partido que el Barcelona jugaba como semifinal del Mundialito. El cuatro cero logrado -hasta el Sporting hubiera marcado alguno más- quedó eclipsado por la noticia del día, la grave lesión de Villa. Que no se engañen los seguidores del Guaje: Del Bosque echará más de menos a Villa de lo que lo hará Guardiola, quien lo había relegado a la suplencia.

Comí en casa de mis padres y después, ya se nuevo en la mía, disfruté de una pequeña siesta interrumpida por la llamada de uno de mis mejores amigos. Me apetecía matarlo, pero a un amigo como a un hijo, se le perdona todo: hasta que te revienten una siesta...

Pero como no hay mal que por bien no venga, tras prepararme un buen té, y dado que tenía toda la tarde por delante, opté por echarle un ojo a aquel Máster que tengo de lo más olvidado. Estuve así una hora y media larga leyendo documentación hasta que alcancé el primer test de Autoevaluación. Ahora se trata de intentar hacer de esto una rutina, que todos los arranques son complicados.

Recibí por otra parte la llamada de un primo italiano, otro de los Filippo Priore de la familia, porque antes era lo habitual que cada primogénito llevara el nombre del abuelo paterno. En mi caso fui la excepción, pues mi hermano, mayor que yo, se quedó con el de mi padre y por consiguiente a mí me cayó el del nonno. Me agradó mucho charlar con él, tanto que estaríamos más de media hora poniéndonos al día de todo. Quedamos en volver a charlar la próxima semana para darnos i auguri di buona Pascua.

Lo que hubo ayer también fue tiempo para la venganza del Duque del Parchís, quien con pasmosa facilidad se deshizo de la Reina del Cubilete, que no obstante, domina por tres a uno los enfrentamientos de esta semana.

Después de ver un nuevo episodio de Los Soprano llegó el momento de elegir nuevo libro para su lectura al haber acabado el anterior durante mi visita al podólogo. Al final me he inclinado por El Constructor de Pirámides, de Santiago Morata, y que comienza su novela en el antiguo Egipto allá por el 2.600a.C. Ya llovió desde esa época... y hasta nevó.

Para hoy nieve no tendremos, pero las temperaturas experimentarán un fuerte descenso, además de que según parece, las lluvias serán también protagonistas durante todo el fin de semana.

Me toca irme a primera hora a Oviedo para hacerme la analítica que dictaminará si necesito alguna transfusión de glóbulos rojos y/o plaquetas. A ver si tenemos suerte y libramos. Si no, tampoco pasa nada: más gasolina para el cuerpo. En función de lo que me digan y de cómo me sienta decidiré si finalmente voy a la cena de mi empresa. Me apetece mucho, pero si me encuentro débil y si las defensas siguen sin remontar, lo más aconsejable sería quedarme en casa. Veremos...

Un fuerte abrazo... "y mañana más..."

1 comentario:

  1. Hola Fili: Cuidado con el frío... yo ya he pillado un trancazo, y es el segundo. Lo de Villa lo sentimos todos los seguidores de la Roja, y los valencianistas especialmente. Aquí lo venerábamos, y lo seguimos venerando. No tengas compasión de la Reina del Cubilete, y no te confíes por la fácil victoria de ayer... puede obedecer a una sibilina estrategia... Un abrazo. HONOR Y FUERZA

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