martes, 27 de diciembre de 2011

Génesis Día 179

Son las siete menos cuarto de de la mañana de este martes veintisiete de diciembre, cuando comienzo a escribir el Blog. Esta noche he dormido a pierna suelta -unas seis horas- después de acostarme pasada la medianoche realmente cansado. Al final lo cierto es que no fui a la cena que tenía programada con mi mujer puesto que no me encontraba con fuerzas, y bien que lo sentí, porque tenía muchas ganas de ver a algunos amigos a los que llevo tiempo sin ver. Pero por un lado me notaba bastante débil y por otro el estómago no se encontraba como para muchas aventuras. Así que tampoco quería ir con cara mustia y preferí así no forzar y quedarme en casa, cenando un humilde bocadillo de jamón, lo más sano en estos casos, y poco más. Luego, como Mónica no quería que me quedase solo, bajé a casa de mis tíos para estar un rato con ellos y con mis primos -que pasa la Navidad y casi no he estado con ellos-, con lo que estuve entretenido y en compañía hasta cerca de las once. Al volver a casa, no tuve mejor idea que ponerme a ver un “peliculón” por La Sexta: Soldado Universal Regeneration, con el "mítico" Van Damme. Bueno, no hace falta que os diga que la película era como para dar de comer aparte, pero también es cierto que uno se pone a verla y luego se engancha, aunque como digo sea bastante patética.

Al irme para la cama aproveché para leer un poco y comenzar de paso el nuevo libro que voy a afrontar: La Hija del Papa, de César Vidal. Se trata de una novela que parte de la Roma de finales del siglo XIX, donde un cavaliere es llamado para investigar un manuscrito del siglo XVI, introduciéndose así en la Italia del Renacimiento, donde los sacerdotes eran todavía guerreros y mecenas protectores y donde se buscaba de algún modo una Reforma que purificara a la Iglesia de sus pecados cometidos durante siglos. De momento apenas he leído unos capítulos, pero las primeras impresiones son buenas.

Del día de ayer comentar que fue uno de esos días donde no te encuentras mal, pero hay algo que te impide encontrarte bien del todo. Es una sensación extraña. De todos modos intenté pasarlo lo mejor posible. Para la comida volví a contar con la compañía de mis padres que subieron de nuevo a Quintes a comer. Luego, yo me eché una buena siesta, porque ya para entonces notaba que lo necesitaba más que el comer. Así dormí más de una hora y luego al levantarme, estuve con el ordenador interneteando y viendo al mismo tiempo un partido de la recién iniciada NBA hasta que llegó la hora de bajar a Gijón cuando Mónica volvió de un concierto que ayer se celebraba en la Iglesia de Quintes.

Para hoy, y si las fuerzas me lo permiten, comienza la sesión de Reyes. Esta semana es la mejor para dar cumplida cuenta de las cartas recibidas, puesto que la gente todavía no se ha repuesto –ni ella ni sus carteras- de las fiestas de Nochebuena y Navidad y mucha de ella además trabaja. Para la que viene volverán a surgir las grandes aglomeraciones en las tiendas que tanto odio.

Lo que voy a intentar también esta semana es cuidar un poco durante la alimentación, de cara a estar en buenas condiciones para la Nochevieja. Volveré así a mis arrocitos, pasta asciutta y alguna que otra legumbre ligera y a poder ser tamizada. Esta tarde de igual manera procuraré retomar el máster, que me ayuda a mantener la cabeza despejada durante el tiempo que le dedico.

Supongo que en parte este pequeño bajón que estoy sufriendo tiene que ver con que ya estoy con una dosis de corticoides estable, pero únicamente de 30mg, que no es poco, pero que es la mitad de lo que tomaba en los días de pico. Eso tiene la ventaja de que las crisis no son tan intensas los días en los que tomaba la cantidad mínima, pero también la desventaja de que no me encuentro tan cargado de energía -ficticia a fin de cuentas- los días en los que tomaba la dosis de 60mg. Digamos que la situación ahora es más estable aunque quizás todavía tenga que hacerme a ella. Tendré que estar así más o menos un mes para luego ir bajando poco a poco. Ya veremos si el rechazo lo permite.

Nada más, que lo bueno si breve dos veces bueno. Eso dicen, ¿no? Un fuerte abrazo, ánimo a los que hoy volvéis al tajo… “y mañana más…”

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