sábado, 3 de diciembre de 2011

Génesis Día 155

A las tres menos cuarto de este sábado tres de diciembre comienzo el Blog a la par que escucho los grandes éxitos de The Roxette. Justo ahora la guitarras y el martilleoe dell ritmo de la contagiosa The Look hace que vuelva atrás muchos años. Más o menos a los de los viajes en bus los fines de semana a jugar con nuestro equipo. No es que fueran muchos viajes, pero alguno sí que de vez en cuando caía. Escuchar de nuevo aquella música es como mirar de reojo por el espejo retrovisor de mi vida. Pero como en carretera nuestra mayor atención debe estar siempre en el frente.

Ayer como os había advertido fue un día de lo más normal, salvo por dos detalles: el primero, el tiempo. Hacía meses que no veíamos unas nubes que dejaran tanta lluvia. El segundo por contra, tiene que ver con una masa mucho más complicada de apaciguar y que provocó la batalla dentro de los muros de Roma, entre facciones disintas, allá por el 100 aC. Pensaréis que me he vuelto loco, pero nada más lejos de la realidad; simplemente es que anoche por fin acabé el libro El Primer Hombre de Roma, y lo hace precisamente describiendo los turbios enfrentamientos en el interior de Roma y que desembocaron en el ajustamiento sin previo juicio de Lucio Apuleyo Saturnino, quien fuera tribuno de la plebe y que mediante tácticas demagógicas consiguió hacerse con la voluntad de las clases más desaforecidas de Roma. Y no os compadezcáis del tal Saturnino, pues si estaba detenido era por ser el asesino directo de su mayor rival de cara a la consecución del consulado.

Pero volvamos al presente. Para empezar, el tiempo tan despacible que hacía ayer no invitaba a nada que no fuera permanecer en casa. Así que aproveché para maquetar el archivo digital correpondiente a ese pequeño proyecto literario del que os había hablado hace tiempo. Creo que antes de Navidades tendremos algo, pero ya anticipo la decepción que a algunos le producirá al tener quizás sus pretensiones un pelín disparadas.

He de reconocer por otro lado que durante toda la mañana me sentí un tanto revuelto, mezcla de un fuerte dolor de espalda y de las ya habituales molestias. Sin embargo a medida que fueron transcurriendo las horas me fui sintiendo cada vez mejor. No digamos ya cuando me encontré plácidamente leyendo la prensa en Quintes, donde ayer comimos. Luego una siesta de las buenas sirvió para cargarme las pilas de forma definitiva. Lástima que no fuera sino para irme con Mónica a Oviedo para la sesión de bronceado, en la que no hubo ninguna novedad. Las chicas siguen siendo sumamente encantadoras no sólo conmigo, sino con todos los que acudimos día tras día al Serivicio. A mí de hecho me han aceptado sin problemas el que el lunes vaya por la mañana, dado que tengo analítica a primera hora, evitando así tener que volver por la tarde. Lo que no habrá serán sesiones los días festivos, por lo que no acabaré con la radio hasta dentro de dos semanas.

Cuando volvimos de Oviedo tenía cita con mi Fisio, un crack que nunca tiene problemas para recibirme a la hora que sea, y que no sé si es mejor tipo o mejor fisio. Para que no se le suba a la cabeza diré lo primero. Lo cierto es que después de una hora de masaje salí con la espalda totalmente repuesta. Tuvimos luego la enorme suerte de que mi tía nos esperaba en casa fuente en mano con la cena, unos sabrosísimos calamares fritos. Con todo, cuando acabamos de cenar eran cerca de las once. Vimos entonces un capítulo de Eureka, serie de lo más fácil de seguir y que cumple con su misión de hacerte olvidar los problemas que hayas podido tener durante el día, arrancándote alguna que otra sonrisa.

Por supuesto no pensariáis que iba a dejar pasar por alto el enfrentamiento que el sorteo de grupos para la próxima Eurocopa celebrado ayer nos ha deparado: un Italia España, concretamente el próximo diez de junio. Serà divertido y mucho mejor para mí el que se enfrenten en la liguilla que no en unos cruces a eliminación directa como la última vez. No me gusta eso sí que sea en el primer partido para ambos. Hubiera preferido sin duda que hubiera sido el último. Croatas e irlandeses del sur tratarán de no ser meras comparsas del Grupo B.

Y por hoy es bastante. Que hay que estar descansado para esta tarde acudir al Molinón. Si el tiempo lo permite, claro está, porque si hiciera demasiado fresco o lloviera más de la cuenta, me quedaría en casa a verlo. ¿Un pronóstico? Palmamos con toda seguridad, pero espero que con honor y sin entregar nunca el partido. Un empate sería un fantástico premio y no digamos ya una victoria. Juro que brindaría con champagne si esto se produjera. Que hay que ir haciendo el estómago para las próximas cenas y celebaraciones que en nada comienzan.

Feliz fin de semana, puente, acueducto o lo que sea que cada uno se haya montado con las fiestas de la próxima semana. Un fuerte abrazo... "y mañana más..."

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