miércoles, 7 de diciembre de 2011

Génesis Día 159

A punto de ser las tres y media de este miércoles, siete de diciembre, es cuando comienzo a escribir el Blog. Hoy me apetecía como banda sonora para mis pensamientos algo preferentemente instrumental, así que me he decantado por un poco de Chill Out, en concreto se trata de una colección de canciones conocidas por todos adaptadas a ese estilo. Muy relajante.

Anoche fue otro de esos días donde de repente me entró tal sueño viendo la tele después de cenar, que me quedé absolutamente KO en el sofá sobre las diez y media. Antes había aguantado algo del partido del Valencia -tremenda debacle ché- y un episodio de Los Soprano. Pero tentar la suerte después con uno de Eureka fue demasiado para mí, que llevaba un día sin apenas descanso.

Y es que para empezar ayer madrugué de modo que hacia las ocho estaba ya desayunando, más que nada para tomar las pastillas. Me encontraba bastante bien y parecía que no se iba a repetir la crisis del domingo. Sin embargo, y sin llegar a los mismos niveles, a partir de las nueve volví a sentir alguno de los síntomas que parecen repetirse los días pares, cuando el nivel de corticoides está en sus mínimos. En esta ocasión no llegué ni de lejos a los 38, pero sí alcancé una febrícula de 37.4, amén de que volviera a notar los mismos dolores musculares y óseos. Pero bueno, al igual que el domingo, a medida que fueron transcurriendo las horas, me fui sintiendo siempre mejor.

Así que a la una estábamos según lo previsto en Casa Lalo en Quintes, donde habíamos quedado como punto de encuentro con otras tres parejas para irnos luego todos juntos a comer al Palacio de Libardón, en Colunga, donde estos días, del 4 al 11 de diciembre se están desarrollando las ya tradicionales Jornadas Gastronómicas de les Fabes. No conocía el lugar, pero he de decir que impresiona por su belleza. Comimos además en una mesa del salón principal pegada a la chimenea, con lo que tuve que quitar ropa como si estuviera en verano; una gozada para alguien como yo que debe tener en sus genes algo de gato, siempre pegado a las fuentes de calor. El menú, cerrado, consistió en fabes verdines con bogavante, setas con quesos asturianos fundidos, pitu de caleya en salsa de ciruela y de postre, arroz con leche bajo capa de compota de manzana. Por supuesto con vino, agua y cafés. Todo por 27 euros por persona. Relación calidad precio insuperable y no digamos ya si como yo acudes con buena compañía.

Acabaríamos a eso de las cinco y al despedirnos, Mónica y yo decidimos hacer un alto en Quintes para saludar a la familia. Estuvimos por allí entretenidos hasta que ya se acercó la hora de la cena -esto cada vez se parece más a un blog gastronómico- y hubimos de bajar a Gijón. Como os mencionaba al inicio, después de la cena disfrutamos de una relajada sesión de televisión hasta que mis ojos cayeron como dos persianas.

Habré dormido por tanto del tirón -cuando digo del tirón me refiero a no desvelarme porque despertar sí que despierto entre medias- unas tres horas y media largas más los tres cuartos de hora del sofá. No está mal. Ahora en cuanto acabe el post y lea los primeros titulares del día, seguro que añado una horita más por lo menos. Luego, si me noto cansado, camino de Oviedo, como voy de copiloto, siempre puedo dormitar otra media hora, que todo suma.

Hoy el planning es muy sencillo: a las nueve tengo la sesión de radio. He echado cuentas y me quedarían ya sólo la dell viernes y las de los tres primeros días de la semana que viene. El ganglio sí que ahora parece al tacto haber disminuido de tamaño, del mismo modo que los efectos secundarios se han hecho más evidentes. Por un parte tengo la parte tratada de la cara algo rojiza, como el típico quemazo que pillas tomando el sol, y lo más gracioso es que ya no me sale la barba por esa zona. Así que tengo que afeitarme únicamente la mitad de la cara si no quiero parecer al Barón Ashler, aquel malvado personaje de dibujos animados, que los más veteranos recordarán de cuando MazingerZ causaba furor entre los que por aquel entonces éramos unos niños. Ellos sabrán entender a qué me refiero con el símil.

Después de radio, a las diez y media tengo consulta en la Unidad de Trasplantes. Espero que ahí también todo vaya en hora, de modo que a la salida me dé tiempo a pasarme por el Ministerio de Cultura, sito en el Edificio Calatrava, para el tema de lo del Registro de la Propiedad Intelectual. Ahí ya ni idea de lo que puedo echar, pero vamos, no creo que sea precisamente un ministerio muy cargado de trabajo.

Y para el resto del día ya iremos programando conforme a cómo me encuentre y al tiempo que nos acompañe, que según se anuncia, sufriremos una bajada de temperaturas que nos obligará a salir bien abrigaditos. ¿Qué son unas Navidades sin pasar un poco de frío? Lo de la nieve por aquí en Gijón es algo que no recuerdo desde hace años, pero tampoco es que la eche en falta ni mucho menos.

En fin, que vamos a ver qué tal transcurre este día entre festivos, y si la nueva bajada que hoy empiezo con los corticoides no me provoca demasiadas molestias, sobre todo de cara al día de mañana. Ahora empiezo una semana con los 60mg de rigor los días pares y únicamente 7.5mg los impares. Al acabar la semana suspendería los corticoides los días impares y me quedaría en los pares durante algunas semanas más con la dosis máxima.

Con la versión Chill Out de la siempre inquietante Tubular Bells me despido de vosotros. Un fuerte abrazo, muchas gracias por seguir siempre ahí pendientes de mis idas y venidas... "y mañana más..."

1 comentario:

  1. Hola Fili: Menudo festín de fabes... Seguro que hoy te encontrarás mejor, como la mañana de hoy, que ha amanecido con sol. Un abrazo.

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