martes, 20 de diciembre de 2011

Génesis Día 172

Cuando son las cuatro y diez de la mañana de este martes veinte de diciembre, con la música de Pink Floyd, concretamente su célebre Hey You, doy inicio al Blog. Lo primero que tengo que señalar es que no he dormido del todo mal, aunque todavía me cuesta dios y ayuda el pasar de cuatro horas seguidas. Anoche apagaría la luz a eso de las doce y antes de haberme decidido ahora a escribir este post, habré despertado tres o cuatro veces. Lo que ocurre es que hay veces en las que despierto y soy consciente que apenas con darme la vuelta conseguiré volver a dormirme, y otras, como esta última, sientes como si se hubiera acabado ya la noche.

Ayer tal y como estaba previsto a las ocho y media estaba en el Hospital de Día de la Unidad de Transplantes para sacar sangre. Después, me fui con mi padre a desayunar,  dado que hasta las once y media no tenía la consulta. En cualquier caso a las once y cuarto entraba de nuevo por la puerta de la Unidad cuando para mi sorpresa, la enfermera viéndome llegar, me llamó a la consulta. A eso se le llama llegar y besar el santo. No veáis cómo agradecí el detalle.

De los resultados, como de costumbre y como si del típico chiste se tratara, hubo noticias buenas y otras no tanto. Empezaré por estas no tan buenas: en primer lugar la creatinina sigue por encima de los dos puntos, por lo que mi médico ha decido interrumpir tres dosis del inmunosupresor para ver si de este modo mejora mi función renal. Por otro lado, la hemoglobina volvió a bajar colocándose entorno a siete y medio, una cifra bastante pobre. Fue por ello que decidimos no esperar más y proceder a la transfusión de un par de bolsas de sangre, para lo que acordamos que volviera por la tarde para ponerlas tranquilamente.

Pero también hubo buenas noticias, en especial la que se refiere al virus, del que hemos obtenido dos resultados negativos, lo que indica que ha vuelto a quedar eliminado. Seguiré tomando no obstante la mitad de medicación que tomaba hasta ahora durante otras dos semanas como tratamiento de precaución, mientras esperamos además el resultado de las pruebas de mutación del virus, para ver si éste se ha hecho en parte resistente a dicho medicamento.

Además, las plaquetas han experimentado, aunque mínima, una subida. Como siempre os digo, todo lo que no sea bajar siempre es positivo. Por último, las defensas, animadas por las inyecciones de Neupogen, se encuentran en unos valores bastante seguros. Eso sí, de momento seguiremos con la administración de una dosis cada cuarenta y ocho horas.

Por lo demás, me siguen viendo en buen estado. Tampoco dan mayor importancia a mis molestias generales continuas. Aun así, y teniendo en cuenta mis crisis como la del domingo, hemos decidido cambiar lo previsto en la reducción de los corticoides, de modo que en lugar de mantener la dosis pico de 60mg los días pares y no tomar nada los impares, pasaré a repartir la dosis de forma equitativa, es decir, 30mg todos los días, lo que llevaré a la práctica a partir del día veinticuatro de este mes hasta el próximo veinte de enero. 

Básicamente eso fue todo. Quedamos en realizar una nueva analítica el jueves y luego ya el próximo miércoles día veintiocho volveré a repetirla teniendo además consulta. Así que esta semana añado un nuevo viaje a Oviedo al que ya tenía programado mañana para la revisión en Salud Bucodental.

De modo que de tarde, después de comer un ligero arroz blanco para darle tregua a mi maltrecho estómago, me fui de vuelta a Oviedo con mi padre para lo de las bolsas de sangre. Había quedado en estar ahí a las cuatro y así lo hice. Con todo hasta las cinco y cuarto no llegó la primera de las bolsas. Luego son unos cincuenta minutos por cada una de ellas, así que acabé poco antes de las siete. Me entretuve como es habitual con el iPad pero tampoco renuncié a una pequeña siesta una vez me hubieron colocado la correspondiente vía. 

Fue llegar a casa, con el alivio de poder estar ya tranquilo, y al poco tener la cena encima de la mesa. Es increíble cómo me pasó el día casi sin darme cuenta. Después, un par de episodios de Los Soprano, media hora de lectura de El Constructor de Pirámides y giorno finito, o sea, día acabado.

Hoy me sentiré un tanto extraño sin tener que ir a Oviedo, pero vamos, seguro que no supondrá ningún trauma para mí. Procuraré si el tiempo lo permite salir a dar una vueltecilla para probar si el chute de hemoglobina ha surtido efecto y no me fatigo tanto al caminar. Por lo general dos bolsas se sangre producen en mí una subida de entre punto y punto y medio en la hemoglobina.

Para la noche tenemos el partido de vuelta de Copa del Sporting que se disputará a las ocho en El Molinón, y que veré tranquilamente en casa. Con un resultado a favor en el partido de ida, a la hora que es, jugando con los reservas y teniendo que pasar los socios por taquilla, no sé la entrada que habrá esta noche en el centenario estadio gijonés, pero me da que muy pobre. A ver si por lo menos despedimos el año con una pequeña alegría. 

Que tengáis una feliz jornada. Un fuerte abrazo... "y mañana más..."

1 comentario:

  1. Hola Fili: Con las buenas noticias que nos cuentas, seguro que el día será genial. Sólo espero que la Copa del Rey no nos generé ningún disgusto... que ya se sabe. A ver si hoy ganas un parchís, que al final no sabemos si la semana pasada remontaste. Un abrazo. HONOR Y FUERZA

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