Génesis Día 158

A las dos y media de este martes seis de diciembre, Día de la Constitución, comienzo a escribir el Blog. Lo hago mientras escucho por primera vez lo último de la malograda Amy Winehouse, doce canciones que ayer vieron la luz y que seguramente será uno de los discos de estas Navidades. Los fondos procedentes de los beneficios que resulten de su venta en principio irán a la Fundación que lleva el nombre de la cantante y que como podéis imaginaros tiene entre sus objetivo la lucha contra la droga en los más jóvenes.

Por hacer un poco de historia, del Día de la Constitución no de Amy Winehouse, este día se festeja en España para conmemorar el referéndum que allá por el 1978 se planteaba a los españoles en relación a la aprobación o no de la nueva Constitución española aprobada en las Cortes. En concreto la pregunta que se hacía era bien simple y directa: "¿Aprueba el Proyecto de Constitución?". El resultado final fue que un 88,54% dio su visto bueno con un 67,11% por ciento de participación. La pregunta que no puedo evitar hacerme es si de entre los más de diecisiete millones de personas que tomaron parte activa en aquel referéndum, muchos podrían siquiera llegar a imaginarse que treinta años después todavía en algunos casos no se hubiera sido capaz de restañar viejas heridas. Supongo que en cierto modo, ellos, que hicieron el mayor de los sacrificios por pasar página no dejarían de sentirse un tanto decepcionados o incluso frustrados.

Por lo que a mí se refiere, comentaros que ayer tuve un día sin contratiempos. Por la mañana tenía la analítica, de la que mañana en Consulta tendré los resultados, y posteriormente la sesión de radio. Todo fue tan rápido que a las nueve y media estaba plácidamente sentado en la cocina de mi casa desayunando. Veremos hoy qué tal se da el día porque viendo los precedentes, en teoría llego bajo mínimos de corticoides en sangre a la toma de los mismos -hoy día par sigo con los 60mg- y es cuando me afloran todos los síntomas del rechazo crónico, como por ejemplo la fiebre del pasado domingo. Luego es tomar los corticoides y como por arte de magia, minuto tras minuto todo va volviendo a la calma. No dejan de ser una droga a la que uno se engancha irremediablemente.

El resto de la mañana la dediqué a diversos menesteres, entre ellos uno que empieza a ser casi como una costumbre: discutir con el operador de turno de Movistar. Luego también estuve largo rato recabando información sobre los trámites a seguir para poder registrar como Propiedad Intelectual esa pequeña colección de escritos en los que he estado metido en los últimos meses. No es que albergue siquiera la esperanza de que alguien pudiera tener tan mal gusto o estar tan desesperado como para tomar alguno de ellos como suyo, sino más bien que me hacía ilusión en que en algún sitio figurara de forma oficial que para bien o para mal, todo lo que en el libreto aparece, salió de mi alocada cabeza.

Comimos Mónica y yo por primera vez en bastante tiempo tranquilos, los dos solos, en nuestra casa. ¡Y vaya cómo apetece de vez en cuando! Hoy sin embargo hemos quedado con unos amigos para hacerlo fuera, aprovechando que hay no sé qué jornadas gastronómicas en Colunga o por esa zona. A ver si por lo menos tenemos suerte con el tiempo, porque ayer no paró de llover en todo el día. Y por supuesto a ver qué tal ando, que tengo activada la alerta amarilla, si no naranja, por la posibilidad que antes os comentaba de que pueda tener una mañana complicada. Los picores que ahora mismo siento en las palmas de las manos son otro de los síntomas típicos que me causa el rechazo, y suelen ser preludio de otros más molestos.

Ayer de tarde, tras una breve siesta di buena cuenta de los periódicos que hasta entonces no había podido ni abrir, como de costumbre saboreando al tiempo una infusión, casi siempre un té para espabilar un poco. Después tenía cita con el Fisio para un nuevo repaso a mi dolorida espalda, que mira por dónde, ahora que caigo, en este preciso momento está perfecta.

Tras la cena anoche el protagonismo fue para Los Soprano; dos nuevos capítulos de la tercera temporada que está resultando más profunda y cruda en ciertos aspectos que las dos anteriores, pero igual de buena o más si cabe.

Y después de este día, que confío en que sea de absoluto descanso, mañana volveremos a visitar Oviedo, con primera parada concertada en radio, -quienes han vuelto a cambiarme la hora para evitarme la molestia de tener que ir dos veces en un día-, y posteriormente la consulta en Trasplantes donde veremos entre otras cosas, qué tal van las cifras en general, repasaremos con mayor detenimiento el escáner que hicimos la semana pasada y nos ocuparemos también de ver en qué estado se encuentra nuestro colega el citomegalovirus. Luego siempre salen cantidad de temas, sobre todo porque no me canso de preguntarles cualquier cosa que se me pase por la cabeza. En ese sentido reconozco que soy bastante pesado y que tienen mucha paciencia conmigo. Aunque también sé que están más que encantados viendo mi evolución, en un caso tan complicado como el que a priori representaba. Así que nada, lo que procede es seguir dándoles motivos para que esa satisfacción profesional, lejos de disminuir, aumente exponencialmente. Aunque como huelga decir, a mí lo que realmente me importa es procurar esa satisfacción multiplicada por mil a todos los que cada día estáis pendientes de mí.

Poco más que añadir por hoy, salvo que para los futboleros se reanuda esta noche la Champions con la disputa de la última jornada, y donde los equipos españoles no se juegan nada a excepción del Valencia que se enfrentará en Stamford Bridge al Chelsea en lo que será un partido a cara de perro para ambos equipos. Cierto es que para el conjunto ché no es obligatoria la victoria, ya que un empate con goles les conduciría igualmente a los octavos de final de la Liga de Campeones, pero el hecho de que el Chelsea también se juegue su clasificación y que necesite el triunfo para no depender de nadie, hace que el de esta noche vaya a ser uno de esos partidos no apto para enfermos del corazón. ¡Amunt Valencia!

Feliz Día de la Constitución para todos y por supuesto... "y mañana más..."