miércoles, 28 de septiembre de 2011

Génesis Día 89

A punto de ser las tres de la tarde, pongo en sintonía mi emisora favorita en la radio, Rock&Gol, y me dispongo a comenzar el Blog correspondiente a este miércoles veintiocho de septiembre, en el que el sol vuelve a lucir por todo lo alto.

Empezaré por decir que nuevamente me he despertado muy pronto; eran poco más de las cuatro y media cuando tenía los ojos como platos y como de costumbre aproveché para hacer alguna cosilla por Internet –que nadie piense mal, que cree el ladrón que todos son de su condición-. A las siete tiré de las sábanas y como dice la canción me levanté dando un salto mortal disponiéndome así a comenzar de forma oficial el día, que prometía venir también cargado de temas que resolver.

Para comenzar, y ya una vez fuera de casa antes de las ocho, parada estratégica en la pescadería para tener una buena cena esta noche. Creo que no me defraudará. Después mi padre y yo probamos suerte en el Ministerio de Sanidad por un asunto de papeleos, pero como hasta las nueve no abrían –pensábamos que tenían el típico de ocho a tres- nos fuimos entonces directamente a Oviedo, donde tenía en teoría que pasar el resto de la mañana por el tema del Retixumab.

Sin embargo no fue así y os cuento el motivo: después de sacarme la sangre para el correspondiente estudio en el que participo de forma voluntaria desde que estaba ingresado en la Unidad de Trasplantes, me dispuse a esperar a que llegara la medicina, cosa que por lo general, y si Farmacia no tiene el día torcido, suele ser hacia las diez y media, cuarto de hora arriba, cuarto de hora abajo. ¡Cuál sería mi sorpresa cuando la enfermera de mi médico me vino a comentar si prefería ponerlo hoy o dejarlo para mañana! ¿Cómo? Pues eso mismo: que siendo ya las once bien pasadas, por lo que se ve, aún tardaría otra hora y media en llegarme el medicamento. Típico problema de saturación en Farmacia o de fallo en los circuitos hospitalarios de reparto, que todo puede ser. Por supuesto ni lo dudé: mañana vengo, respondí. Porque si tenía que esperar esa hora y media, que tampoco era segura, me plantaba en las doce y media como mínimo, a lo que habría que añadir otras tres horas para la infusión del medicamento. Y francamente, con el día que hacía lo que menos me apetecía era llegar a Gijón pasadas las cuatro y sin haber comido. Así que nada, mañana si la Providencia está conmigo, espero tener el tratamiento en hora. Otra anécdota que contar en ese hipotético libro que algún día lo mismo escribo, aunque me da que no.

En cualquier caso sí que tuve noticias de los resultados de la analítica del lunes y como me esperaba todo sigue más o menos en los mismos valores: un poco más alta la hemoglobina –y eso sin EPO-, bien las defensas, y algo más mermadas las perezosas plaquetas. El riñón está un puntito peor que la semana pasada, pero vamos, que eso es lo mismo que no decir nada. En cuanto al nivel de inmunodepresor parece entrar dentro de la normalidad por lo que no será necesario cambiar de momento la dosis.

Lo que sí estoy ya disminuyendo es la dosis de corticoide. Hoy he pasado de los 50mg –había empezado si recordáis en 65mg- a los 40mg. Espero que eso no influya en mi estado actual, que no me canso de repetir (porque no me canso de hacerlo de verdad), que es francamente bueno, si no fuera porque luego las analíticas dicen que bueno, lo que se dice bueno, no lo es todavía.

Por último me han llamado por fin para citarme este viernes para la resonancia que tenía pendiente, cuyo fin era ver hasta qué punto la úlcera en la boca pudiera haber afectado a otras zonas próximas. Sigo sin dolores así que tampoco es que esté demasiado preocupado que digamos por ese aspecto.

Aun así, sí que me intriga el que todavía falten algunos resultados de la biopsia de la mencionada úlcera. Supongo que algunos de los procesos a los que la someten son bastante lentos, pero es que vamos ya para dos semanas… Bueno, seguiremos pensando que todos los resultados serán positivos.

Así que ya veis: mañana y pasado paseo por el HUCA. Hoy la verdad es que con todo, mereció la pena estar por Oviedo puesto que coincidí con una compañera de la empresa, de fuera de Gijón, que como gran parte de los comerciales se encuentran estos días asistiendo y acompañando a sus clientes dentro del Congreso Nacional de Ortopedia y Traumatología cuyo escenario escogido para esta edición es precisamente el Calatrava de Oviedo, al que cariñosamente yo me refiero como el sillón de Gabinón. Fue como siempre muy agradable reencontrarte aunque fuera por unos minutos con una persona a la que llevaba sin ver más de un año y medio.

Todavía tuvimos tiempo antes de regresar a la capital de la Costa Verde, mi padre y yo, de pasarnos por el Colegio de Ingenieros a resolver un tema referido a mi afiliación a dicho Colegio, y relacionado con mi nueva situación laboral. Y para completar la mañanita, nos detuvimos en la FIAT a recoger el Alfa que tenía ahí por un problema con el climatizador.

Y del día de ayer nada especial. Por la tarde la pasamos por Quintes, que con el día que hacía no estaba para quedarse metido en la ciudad. Luego por supuesto no me perdí la victoria del Napoli frente al Villarreal. Para esta noche más partidos de Champions, con especial atención a lo que haga el Milan, porque vamos, lo del Barcelona está más que cantado y empiezan –si es que no han empezado ya- a aburrir con su abrumadora superioridad.

Por hoy nada más. Mañana espero que todo salga ya como tiene que salir y que os pueda contar más en detalle mi estado después de haber pasado por la correspondiente consulta. Un fuerte abrazo…”y mañana más”.

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