jueves, 22 de septiembre de 2011

Génesis Dia 83

Son justo ahora las once y media de esta mañana del veintidós de septiembre cuando comienzo con estas primeras líneas del Blog. Y lo hago enchufado a la máquina de infusión desde la que me administran el Rituximab. Descuidad, que ya vigilo yo para que la velocidad de infusión sea la adecuada y no incurrir así en retrasos inútiles. Que va a ser verdad eso de que cuando eres pensionista te entran prisas pa todo. Así que calculo, que si todo va según lo previsto, y con la consulta incluída, no debería irme más allá de las dos, pero bueno, esto son suposiciones mías, que luego lo mismo no salgo de aquí hasta las tres. Lo fundamental es no estresarse, y nada mejor para evitarlo, que tener puesto como yo ahora, echaos a temblar, los mejores cánticos gregorianos de los Monjes de Silos. Relajan al más hiperactivo.

Anoche no sé si sería la mala leche que me produjo el ridículo del Sporting, pero lo cierto es que esta madrugada el insomnio vino a darme los buenos días a las cuatro, cuando me había echado poco antes de las doce. Un poco pesado este tío, pero espero que ya desde hoy, que me toca bajar la dosis de corticoide, se vayan minimizando esos efectos secundarios. Lo que sí me he levantado es con el estómago algo más revuelto que ayer. La verdad es que ya no me privo de nada y tal vez simplemente se esté quejando un poco a la par que intento quitarle el carboncillo, como se hace con los coches que llevan mucho tiempo rodando por debajo de sus posibilidades. En cuanto a mi peso sigo bajando, y en esta mañana después de ducharme marcaba la báscula poco más de 65 kilos. Más ejercicio físico es lo que necesito. ¡Tengo unas ganas de poder empezar a trotar!

Del día de ayer la palma se la llevó la visita que con mi mujer, mis padres y mis suegros hicimos al Santuario de Covadonga. No hay lugar creo en Asturias donde me sienta más en paz conmigo mismo. Y eso que ya os he confesado en más de una ocasión mi extraño ateísmo católico. Pero la Santina es algo que traspasa para mí cualquier dogma de fe. Es la madre de todos los asturianos, nuestra Señora. La excusa para la visita, que tampoco hay que buscar ninguna, fue que para el cumple de mi madre le había regalado un broche de oro precioso con la imagen de la Santina. Así que tocaba bendecirla, y así lo hicimos. Como manda la tradición llevamos nuestra comida campestre, pero cuál sería nuestra desilusión al comprobar que el merendero donde solíamos quedar, justo pegado a los kioskos de camisetas, lo han transformado en un restaurante más. Cierto es que a su lado han abierto un nuevo merendero, pero la pinta no invitaba a hacer uso de él. Así que como estábamos en tiempo, decidimos volvernos a Quintes y dar allí, en casa de mis suegros, cumplida cuenta de la comida.

Y mira por dónde fue una gran idea, porque por primera vez en mucho tiempo, conseguí dormir una buena siesta tras la comida, y que en parte ayudó seguro a compensar mi falta de horas de sueño. Luego, nada más despertar, paseo por el pueblo. Son unos cuatro kilómetros que recorro en apenas cuarenta minutos. O sea que voy a un ritmo más que aceptable.

Para esta tarde voy a intentar solucionar algunos recados, que normalmente implican el tirar de tarjeta, ya me entendéis. Y no dejaré de echarle un ojo a ese Betis, que de ganar hoy se colocaría líder en solitario. ¡Mutxo Betis! Y si no, seguiremos echando manomdel disco duro multimedia. Sin ir más lejos, antes de ayer vimos nuestro primer capítulo de 24 horas, correspondienteba la primerabtemporada. Tengo ya bajadas las cinco primeras y me da por el buen sabor de boca que nos dejó el aperitivo del martes, que las vamos a fulminar sin piedad. Y lo que ya no dejo tampoco es la lectura de El Primer Hombre de Roma. Llevo apenas doscientas páginas, y aunque me costó al inicio, ahora puedo afirmar que estoy enganchado. La gracia es que el libro en cuestión es el primero de otros seis, de tamaño similar, así que tengo Roma para largo. Justo lo que yo buscaba...

Nada más que contaros, salvo que sigo a la espera de que me citen para la resonancia por el tema de la úlcera en la boca, si bien estoy tranquilo porque a simple vista parece ir mejorano. Supongo que esta semana tendré ya noticias en cualquier caso sobre la resonancia. Ahora os dejo: un fortísimo abrazo casi, casi otoñal... "y mañana más".

2 comentarios:

  1. Hola Fili: Yo leí el Primer Hombre de Roma un verano, por indicación de mi novia... Sólo leí el primero. Los otros seis mejor me los cuentas. Ayer pudimos empatar ante el todopoderoso Barcelona, con mucha emoción al final... ¿Extraño que no hayaMOS recibido ningún correo al respecto...? Un abrazo. HONOR Y FUERZA

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  2. Vaya decepción que acabo de llevar el "míticu merenderu" de Covadonga ya no ye merenderu!! Que fuerte! Tengo que poner esto en conocimiento de mi madre, aunque para mi padre será una alegría! ;-)

    1 beso.

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