lunes, 26 de septiembre de 2011

Génesis Día 87

Recién llegado a casa, cuando son poco más de las doce del mediodía, comienzo a escribir este Blog en un lunes, veintiséis de septiembre por más señas. La mañana ha transcurrido hasta ahora de lo más apacible y si estuviera en activo –laboralmente hablando me refiero-, diría aquello de que he cumplido los objetivos que me había marcado anoche al echarme en la cama. Esa es otra de mis reconocidas manías: planear en la medida de lo posible qué es lo que tengo que hacer al día siguiente. Yo solito me encargo de llenarme el día, a veces he de reconocer que con chorradas, pero de modo que no siento que pierdo el tiempo.

Lo cierto es que la mañana, o mejor decir madrugada, comenzó a eso de las cuatro y media, cuando desperté totalmente despejado como en los últimos días. Así que me entregué al insomnio -paso de discutir con él- y me puse a escribir cosillas mías. Entre eso, leer algunos mails retrasados y ver cómo el 99% de la población normal a esas horas no está por el Facebook, llegó la hora de ponerse en marcha.

En el hospital apenas estuve tiempo, porque hoy únicamente se trataba de realizar la analítica. La consulta y el tratamiento con el Rituximab queda para el miércoles. Quizás a última hora les llame para ver si me dan algún adelanto. Después, nada más salir del HUCA, mi padre y yo nos fuimos a desayunar como auténticos marqueses. Bueno, miento; en realidad fui yo el que se pidió un pincho de jamón york con queso, un yogurt con miel, un canapé de tortilla, todo acompañado del clásico café con leche mediano templado y la botellita de agua de rigor. Casi os puedo asegurar que quedé con ganas de darle también al bizcocho que acababa de salir de la cocina, pero uno tiene que cuidar sus modales, no le vayan a tomar por un glotón insaciable.

Con los estómagos relajados nos fuimos dando un paseo hasta el Colegio de Ingenieros donde sigo inscrito para resolver algunas dudas que me habían surgido en relación a mi cambio de situación laboral. Todo ha quedado aclarado y el miércoles les llevaré los papeles que me han pedido cubrir. Con paciencia, y con todo el tiempo del mundo, no hay problema que no se resuelva, si es que llega siquiera a la categoría de problema lo que os estoy contando.

El siguiente hito en el camino era ya en Gijón, concretamente en el concesionario de FIAT -¿esperabais otro concesionario?- donde tenía pendiente recibir una pieza para reparar el aire acondicionado que llevaba ya con él como dos meses estropeado, pero que por pereza, y por no estar para esas menudencias, lo tenía aparcado –nunca mejor dicho-. Y claro, una vez que estábamos mi padre y yo por la zona, ¿qué mejor forma de culminar la mañana que irnos de compras por Alcampo los dos solos? Y es que cuando nos juntamos los dos en un supermercado, tenemos más peligro que Berlusconi en una despedida de solteras… Vamos, que nos hemos venido de vuelta a casa con el coche lleno como el de aquellos marroquíes que cuando íbamos a Italia, los veías por la autopistas cargados de bultos hasta dos metros por encima de la baca. ¡Qué recuerdos!

Así que ya veis lo que puede dar de sí una mañana bien aprovechada. Y aún son las doce y media…

Del día de ayer resumirlo en que tuvimos un tiempo espléndido –como el que vuelve a hacer hoy-, lo que hizo que las celebraciones en honor a San Antonio que tenían lugar en Quintes fueran un éxito. Como exitosa fue la siesta que ayer me marqué -no merecía menos la comida-, con un tiempo de dos horas, estableciendo así un nuevo récord desde que estoy con los corticoides. Bajamos a Gijón ya con el tiempo justo para llegar al partido de El Molinón, del que prefiero que sean otros los que opinen.

Y para esta tarde, como siga el tiempo así, no nos quita nadie de dar un buen paseo, eso sí, cuando no caliente demasiado. Hoy me llevé además una pequeña alegría al declarar mi báscula que he recuperado un kilito. ¡Medio mundo con la dieta esa de nombre de actor de serie B y yo buscando ganar kilos hasta relamiendo las tapas de los yogures!

Por este lunes nada más. Al ritmo de los barbudos musicales más famosos de la historia, los ZZTop y con la energía positiva que transmiten, os envío un caluroso saludo…”y mañana más”.

2 comentarios:

  1. Hola Fili: Cuánto dinamismo desprenden tus últimos escritos... Ya nos cuentas el resultado de la analítica. Cuídate, no bajes la guardia. HONOR Y FUERZA

    ResponderEliminar
  2. ¿A ti no te han dicho nunca que perder el tiempo no es pecado???? Me parece fantástico tu hiperactividad y mucho más que aproveches cada segundo que te encuentres bien para disfrutar haciendo lo que te de la gana, pero chico... que no hacer nada y sentirse bien tampoco es perder el tiempo, es disfrutarlo!!!. Como sigas a este ritmo todavía te matriculas en alguna carrera nueva o algo parecido ya lo verás. Qué subidón madre mía qué subidón!!! Besotes Fili, vaya chutes de "espabilina" que te están metiendo jajajajajjajaja

    ResponderEliminar