martes, 6 de septiembre de 2011

Génesis Día 67

Son las nueve y media de la mañana de este martes seis de septiembre, soleado, y en el que celebramos en la familia el cumpleaños de mi hermano. No voy a decir cuántos cumple, porque eso de que sólo las mujeres ocultan su verdadera edad llegadas a un punto, es absolutamente falso. Con esta moda metrosexual que ahora parece calar un poco, cada vez son más los hombres que se resisten a confensar sus años, en especial cuando se acercan más a los cincuenta que a los cuarenta, con lo que no estoy diciendo que mi hermano esté en esa situación, ni mucho menos.

Además, creo que un minicumpleaños también me toca a mí, puesto que llevo su sangre –y no dicho de forma metafórica sino absolutamente real- en mi interior. Así que habrá que celebrarlo como es debido.

Ayer como sabéis tuve un día bastante revuelto. Es uno de esos días donde tienes un malestar general que no sabes a qué achacar. Por lo que se ve han bajado un tanto las cifras, pero tampoco me han concretado y podría tener algo que ver también con el riñón. Mañana en la consulta confirmaré los detalles. Lo peor, aparte de la úlcera –que algo ha mejorado, pero muy, muy poco-, son las náuseas y los escalofríos que me dan cuando tengo un día de estos. Te deja con ganas de no moverte del sofá o la cama. A pesar de todo, por la tarde dimos un pequeño paseo porque me resistía a quedarme encerrado todo el día en casa.

La noche la pasé regular, sobre todo hasta las tres de la mañana, quizás también porque ayer fue el primer día en el que no tomé absolutamente nada ni para el dolor ni para esa ligerísima febrícula –una décima o dos a lo sumo- que últimamente me afecta con el pasar del día. A partir de las tres, me despertaba cada poco con la boca muy seca y dolor punzante en la úlcera que me obligaba a beber de forma casi continua.

Aun así esta mañana, cuando desperté a las ocho para tomar las pastillas, me encontré mejor de la revoltura general y casi sin dolor en la úlcera, con lo que opté por aprovechar el momento –así funciono: aprovechar los momentos buenos- y levantarme a desayunar. Y una vez desayunado, y viendo que seguía “en forma”, pues a seguir palante y nada de volver a la cama. De momento he aprovechado para cortarme con mucha precaución las uñas de las manos. Las he tenido un buen rato, antes y después, en remojo con agua y sal. A ver si consigo minimizar la aparición de padrastros, aunque parece increíble, mientras estoy escribiendo el blog, ya siento alguna molestia en algún dedo. Volveré a sumergirlas otros veinte minutos en cuanto acabe con esto.

Poco más que deciros en este martes. Espero seguir en situación de "tregua", y que mañana en la consulta pueda tener muchas respuestas a otras tantas preguntas que me abordan la cabeza. Hasta entonces, os envío un fuerte abrazo… “y mañana más”.

1 comentario:

  1. Feliz minicumpleaños. Según esto, entonces también debes tener un nuevo minihoróscopo jajajaaja eres un minivirgo. Dios qué mal suena esto :) Felicidades a tu hermano de sangre y esencia.

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