Génesis Día 63

Son doce menos cuarto de este viernes dos de septiembre cuando comienzo a escribir el Blog. Seguro que muchos no sabréis que hoy es el Día de Ceuta, esa ciudad autónoma que allá a mediados de los ochenta, visité con motivo de mi viaje de estudios al acabar la antigua EGB. Lo cierto es que no tengo muchos recuerdos de ella. Es curioso que las autoridades ceutís hayan decidido dedicar su día a otra Comunidad Autónoma, en este caso Galicia. Es una costumbre, muy bonita por cierto, que cada año repiten, habiendo sido motivo de homenaje en anteriores ocasiones, su vecina Melilla, Andalucía, Murcia o Canarias.

Esta noche la pasé algo mejor que la anterior en el sentido de que por una parte me dolió algo menos la úlcera, pero sobre todo, desperté bastante menos, lo cual se agradece porque la noche pasa mucho más rápido. Aun así el dolor se mantiene y la pinta que tiene la úlcera es cada vez más rara, entiendo porque se está curando y poco a poco, esa especie de postilla o cosa rara que se ha formado tendrá que ir cayendo. ¡Qué se yo! Tampoco me lo han aclarado mucho.

Lo que sí tuve de nuevo ayer al echarme en la cama fueron esas decimillas molestas por encima de los 37. Con un Efferalgan –paracetamol- logré controlarlas y poder así descansar mejor. Luego, a eso de las cuatro, tomé ya un analgésico para intentar pasar el resto de la noche lo mejor posible. En parte lo logré.

Así que en esas estamos: dopándonos cada seis u ocho horas entre analgésicos y antiinflamatorios. De estos últimos, el típico ibuprofeno no puedo abusar. En realidad no debería tomarlo más que de forma puntual, puesto que con las plaquetas como las tengo no es muy conveniente. Esta mañana después de desayunar y de tomarme toda la carga de medicina habitual, me decanté por un Efferalgan. El ibuprofeno lo dejaré para por la tarde, a ver si me baja un poco la inflamación y puedo así comer algo en la boda.

Porque es que anoche prácticamente me fue imposible cenar nada que no fuera muy suave, en plan queso fresco o yogures. Cualquier cosa que me obligue a masticar, aunque sea por el lado opuesto a la úlcera, me hace ver las estrellas.

La idea que tengo hoy es pasarme por el Restaurante donde se celebrará el banquete para comentar con ellos cómo está la situación y ver si es posible alguna solución. Y si no, me llevo unos yogures de casa y me zampo uno a cada plato. Seguro que no hará falta… Además, el postre por ejemplo sí que supongo que podré comerlo. Veréis que ahora ponen unas marañuelas por hacerme la gracia.

No quiero que se me olvide que ayer de tarde me hicieron llegar un pedazo regalo que vale un potosí: un poster del señor Valentino Rossi, firmado por él y dedicado a mi persona. Entre eso, la gorra de Ferrari firmada y dedicada por Alonso y la camiseta del Sporting firmada por todos los jugadores y dedicada por Preciado creo que voy a tener que plantearme montar un Museo del deporte o algo así. O una cervecería llena de gadgets deportivos. Estaría bien, con un pantallón que no entrara por la puerta. Siempre ha sido uno de mis sueños. Creo que la mayoría de los hombres siempre hemos soñado con tener un bar. Será la influencia que en nosotros causó Cheers.

Y nada, que después de la cena, ayer como ya os había comentado teníamos pendiente la elección de qué serie comenzar a ver después de haber finiquitado a Castle. Os puedo asegurar simplemente que la elección fue insuperable. Para cuando acabó, todavía nos enganchamos a La Sexta que estaba con Rocky V, ¡qué clásico! Y ahí estuve en la cama viendo cómo Rocky le daba como para el zorro al novato engreído. Son esa clase de películas que yo por lo menos, puedo ver una y otra vez y no me aburro. Igual es que soy muy simple.

Bueno, que los que llorabais por el fin de semana, aquí lo tenemos. Nosotros de momento no nos podemos quejar por el tiempo. Tenemos a estas horas buena temperatura, más claros que nubes, y con la previsión de que todo el fin de semana será más o menos igual. Así que nada, a disfrutar de él toca. Un fuerte abrazo… “y mañana más”.