domingo, 22 de mayo de 2011

Día 530_7

Son las once menos cuarto de este domingo veintidós de mayo cuando comienzo a escribir el Blog. Hoy se cumple de este modo mi primera semana en el hospital, así que una menos que nos queda para salir. El día sigue como ayer nublado aunque la temperatura en la habitación está perfectamente controlada y se mueve entorno a los veinticinco grados. El aire de la habitación entra filtrado para evitar que se puedan introducir cualquier tipo de bacterias y del mismo modo el agua de los grifos es estéril.

La noche no ha sido en este caso tampoco demasiado buena. Debido a la retención de líquidos que estaba manifestando me dieron algo para que fuera al baño con más asiduidad, de modo que prácticamente me pasé la noche en danza de la cama al baño. Eso sí, esta mañana había bajado como dos kilos y medio de peso, sólo en líquido.

Por lo que se refiere a los problemas estomacales ahí sigo con ellos. Persisten tanto la diarrea como las náuseas, aunque confío en que una vez acabada con la quimio poco a poco vayamos mejorando. Lo que ocurre es que como todos sabéis, en estos casos uno queda como si le hubieran dado un paliza.

Yo de todos modos, intento en cuanto me siento un poquito mejor moverme algo. Porque igual que reconozco que soy muy quejón –siempre lo he sido-, luego en cuanto me encuentro mejor, lo mismo me subo a la bici y me pongo a subir el Angliru. Ayer sin ir más lejos, entre la sesión de la mañana y de la tarde cubrí veinte kilómetros. Hablando de bici, ¡menudo recital que está dando Contador en el Giro! Intratable. No os voy a negar que tenía mis esperanzas en que Nibali pudiera ponerle en aprietos, pero cuando uno es así de superior, es imposible luchar contra él. Me está recordando a aquel Pantani que en cada cumbre se iba como un águila en pos de la cumbre, dejando a todos sus rivales rumiando su frustración.

Hoy lo que nos toca es poner una serie de globulinas para culminar el acondicionamiento del trasplante. Se trata de una bolsa que pasará en unas dieciocho horas, o sea, que va gotita a gotita. Ha de ponerse doce horas antes del trasplante, que como sabéis, será mañana. En principio no debería darme ningún efecto secundario salvo tal vez un poco de fiebre, para lo que me han administrado ya paracetamol, que además servirá para aliviar mis dolores de tripa.

Por otro lado según me he enterado, el crío de nueve años recibirá mañana el alta. ¡Qué alegría! Todo ha ido perfecto y seguro que en nada estará disfrutando del verano con sus amigos. Por lo que me han comentado en el caso de los niños, el ingreso es todavía más largo porque los tratamientos tienen que administrarse de forma más lenta. Pero bueno, todavía me queda la cría de tres añitos al lado de mi habitación, que esta mañana ya estaba cantando y riendo a primera hora. Sólo espero que a ella también le vaya todo lo bien que se merece una ricura como ella, que al parecer tiene a todas las enfermeras cameladas. No sé si celarme…

Ayer por supuesto nos dimos una mega-ración mi padre y yo de fútbol. Comenzamos a las seis con el partido del Barca, luego a las ocho con el Sporting, para acabar con el plato fuerte que eran los partidos que a las diez dirimirían qué equipo sería finalmente quien acompañaría a Hércules y Almería a Segunda. Y al final el drama se vivió en La Coruña. Tras veinte años en primera, con una Liga en sus vitrinas, el SuperDepor se va al pozo de la Segunda. Una lástima, porque era un viaje precioso para las peñas sportinguistas.

Del tute deciros que ayer mi padre, en un alarde máximo de fortuna, me cantó Tute de Reyes, que como sabéis consiste en tener los cuatro reyes en la mano y que al hacer baza te otorga la partida completa. Ni siquiera luego en la escoba pude desquitarme. Día para olvidar en ese sentido.

Y nada, que ahora a mediodía a ver si podemos ver un poco la F1. Alonso se defendió del dominio de RedBull colándose justo por detrás de Hamilton, de modo que hoy podría optar de nuevo al podium. La cita a las dos. Y como siempre no faltará tampoco el final de etapa del Giro.

Así que con esto se acaba esta primera semana de ingreso. Le daremos de nota un seis. A ver si para la próxima podemos optar al notable. ¡Ah!, y como os habríes dado cuenta -raro para mí- hoy de política ni pío. No está el horno pa bollos. Un fuerte abrazo… “y mañana más”.

2 comentarios:

  1. ánimo cariño!!

    Seguro q esas enfermeras están loquitas con esas chiquitina pero tú eres el príncipe del castillo!y además tienes a tu enfermera personal q por mucho q la camelen tiene a su paciente preferido y punto en boca!!
    Va quedando menos para llegar a la meta y celebrarlo todos juntos.
    Miles de besinos

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  2. Mucho ánimo Fili, tu no eres quejica eres un campeón. Con lo que llevas y encima nos escribes puntualmente!!! Muchos no podrían ni pensar con claridad y tú como un reloj. Un abrazo y a por otra semana menos en el hospital.

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