domingo, 23 de enero de 2011

Día XCVI

Son las doce y cuarto del mediodía de este domingo veintitrés de enero cuando comienzo a escribir el Blog. El día ha amanecido con predominio de claros, pero pronto han aparecido las nubes que nos han dejado ya algunas lluvias. Para el resto de la jornada no sabría bien qué vaticinar, salvo que seguirá haciendo mucho frío.

Ayer tuve una tarde noche perfecta. En primer lugar logré vencer al Parchís -si no lo escribo reviento-. Después disfruté de unos excepcionales spaghetti a la crema de oricios preparados por mi mujer. Y todavía tuvimos tiempo de ver una peli antes de irnos a dormir. En realidad, yo todavía estuve leyendo un cuarto de hora para ver si acabo el libro con el que estoy ahora, que ya tengo ganas de empezar con algún otro, no porque éste no me guste, sino porque tengo en cartera unos cuantos a los que tengo muchas ganas de hincar el diente.

Os comentaba ayer que me había levantado con algunas décimas de más. Sin embargo éstas fueron desapareciendo a medida que transcurrió el día. Aun así me sentí quizás un poco más de lo cansado de lo habitual, por lo que opté por echar una buena siesta después de comer. Incluso antes de la comida ya me había tirado una hora en la cama para reposar. Como digo, esas décimas fueron yéndose de modo que a las ocho me di un pequeño paseo en la cinta.

Hoy me he vuelto a levantar con algo más de temperatura de lo habitual. A mediodía tenía 37,2. Pero espero que al igual que ayer vaya remitiendo. De todas formas no me siento tan cansado ni con el ligero dolor de cabeza que ayer sí sentía. Además mañana tenemos consulta en Cabueñes, así que podremos comentarlo. Yo creo que es algo normal dentro del tratamiento y que no hay motivos para preocuparse, porque cuando hay algo serio la fiebre sube de forma mucho más brusca y acentuada. Esto lo mismo es que mi médula la pobre está fabricando como una loca plaquetas y glóbulos rojos y se ha recalentado más de la cuenta. Es broma claro, pero me gusta imaginarme que pudiera ser algo así. A veces le hablo a mi cuerpo como si pudiera darle órdenes del estilo: “¡venga médula!, ¡a trabajar!, no me seas vaga…” Es una forma que tengo para desdramatizar todo esto.

Para esta tarde además de la cita con la siesta nada más acabe de comer, el acontecimiento ineludible será el partido del Sporting contra el Atlético de Madrid a las cinco de la tarde. Después de la victoria de la semana pasada llegamos con la moral por las nubes, lo que siempre está bien, si sabe manejarse adecuadamente. Soy optimista de todos modos para el partido de hoy.

En fin, que se nos va poquito a poco este fin de semana, uno más. Para el próximo casi nos tocará arrancar la primera hoja del calendario, cuando hace nada estábamos brindando por el Nuevo Año.

Así que nada más, disfrutad de lo que queda de domingo… ”y mañana más”.

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