lunes, 10 de enero de 2011

Día LXXXIII

Son las cinco y cuarto de la tarde de este lunes diez de enero cuando comienzo a escribir el Blog. Acabo de levantarme de dormir una siesta porque realmente la necesitaba después de sentirme muy fatigado a la vuelta del hospital, y eso que me había pasado allí buena parte del tiempo dormitando mientras me iban administrando el tratamiento.

¡Qué contraste con el día de ayer! Me sentí muy bien durante toda la jornada y de hecho hasta me atreví a caminar un cuarto de hora en la cinta. Mis padres vinieron a comer conmigo a casa y luego estuvimos viendo juntos el partido del Sporting, con el resultado que todos sabéis: otro empate in extremis y un solo punto cuando lo que necesitamos con urgencia es sumar de una vez por todas de tres en tres. En fin, peor habría sido venir derrotados.

Esta mañana como sabéis tocaba subir a Cabueñes a primera hora. La analítica ha mostrado un descenso en las defensas, los neutrófilos, lo que ha llevado a mi médico a recetarme nuevamente las inyecciones de Neupogen. Por lo que se refiere a la hemoglobina y las plaquetas apenas han sufrido variaciones, es decir, que siguen un poco bajas. ¿Podemos asumir como normales estos resultados? Bueno, si algo he aprendido en todo este tiempo es que hablar de normalidad o anormalidad en una enfermedad como la mía es muy complicado. Basta considerar que existen no menos de treinta tipos de linfomas no Hodgkin, de entre los cuales, casi la mitad corresponden a los de células T, si bien su incidencia (un 10% de los linfomas totales), mucho menor, y su agresividad, por el contrario mayor, los diferencia claramente de los de células B, algo más previsibles y con mejor pronóstico a medio plazo.

Es por eso que cuando uno lee estudios en los que se analizan grupos de casos, se encuentra en primer lugar con que se trata por lo general de grupos muy reducidos y bastante heterogéneos, sobre todo en el caso de los que se refieren a linfomas de células T. Y en segundo lugar, una y otra vez todos los estudios llegan a la misma conclusión que suena como un anhelo: sería necesario un tratamiento específico para cada paciente porque es imposible predecir con exactitud los resultados que de aplicar un tratamiento u otro pueden generarse en un mismo paciente, del mismo modo que no es posible extrapolar resultados positivos en un paciente a otro incluso cuando este tuviera similares características, tanto físicas como asociadas a la enfermedad.

Así que volviendo a la pregunta: ¿son normales los resultados de mis últimas analíticas? Podrían serlo, pero tampoco podemos afirmarlo con seguridad. Hay que tener en cuenta que mi médula se encuentra un poco saturada con tanto tratamiento, después de los seis ciclos de CHOP de quimioterapia recibidos antes del trasplante, del propio trasplante y del posterior intento nuevamente con quimio con ciclos de ESHAP/IFE una vez sufrí la recaída. Es probable por ello que requiera un poco más de tiempo para salir a flote y que tengamos que esperar todavía alguna semana para saber si vamos por el buen camino.

Como os comentaba al inicio, después de pasar la mañana en el hospital llegué muy cansado a casa. Tanto que a la hora de comer noté que me faltaba casi el aire. Tuve que echarme un rato así en el sofá por lo que seguramente fue una bajada de tensión unida a la taquicardia con la que llego cada vez que me suministran el tratamiento. Ahora me encuentro mejor, y espero pasar una tarde y noche tranquilas. Hasta el miércoles no toca volver al hospital y de lo que se trata ahora es de aprovechar este tiempo en casa para desconectar un poco, aunque no siempre es fácil.

Bueno, comienza con esto una nueva semana que a pesar de todo, espero sea tan llevadera como la pasada. Un fuerte abrazo… ”y mañana más”.

2 comentarios:

  1. Que descanses Fili, tómate todo el tiempo para ello. Besines.

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  2. Hola Fili: Pues yo creo que la botella está medio llena, así que ahora lo importante es descansar, y mañana miércoles será otro día. Un abrazo. HONOR Y FUERZA

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