viernes, 14 de enero de 2011

Día LXXXVII

Son casi las cinco de la tarde de este catorce de enero cuando comienzo a escribir el Blog. Aunque os resulte difícil de creer ahora mismo he acabado de comer, así que como os podéis imaginar, la mañana por el hospital fue más larga de lo esperado.

Vayamos por partes: para empezar como de costumbre a las ocho había quedado, en este caso con mi hermano, para subir al hospital. Me sacaron la sangre como siempre muy rápido, sin apenas esperas. El primer problema vino luego, ya que la consulta se retrasó más de lo habitual, de modo que para cuando entré eran casi las diez de la mañana.

Los resultados de la analítica no han sido malos. Por un lado ha habido una ligerísima subida en el nivel de hemoglobina, mientras que las plaquetas también han experimentado un discreto incremento. Los que más han aumentado con diferencia han sido los neutrófilos, o sea, las principales defensas contra bacterias y hongos. Esto guarda relación con las inyecciones de Neupogen que me había puesto en los días anteriores, aunque por supuesto es una buena señal en el sentido de que el Neupogen no se saca las defensas de la manga si éstas no se encuentran presentes en la médula. Lo que hace es obligarlas a salir al sistema circulatorio periférico, pero nada más. De modo que si aparecen es porque mi médula las está fabricando, y eso como digo, es bueno. Ahora sólo falta que además de neutrófilos comiencen a fabricarse glóbulos rojos y plaquetas.

Aun así conviene distinguir los neutrófilos de los linfocitos, que son los que ahora mismo tengo prácticamente a cero como consecuencia del tratamiento. Éstos son los que se encargan de proteger al cuerpo de posibles infecciones causadas por virus tanto externos como internos. En estos momentos podríamos decir que estoy completamente inmunosuprimido, como si de un enfermo de SIDA por ejemplo se tratara. Por ello, a pesar de que mi nivel de neutrófilos sea alto, sigo en alto riesgo de contagio por lo que tengo que mantener la guardia más alta que nunca.

En el Hospital de Día todo fue más o menos como cualquier otro día, salvo que tuvimos que esperar también un poco más de lo habitual para que desde Farmacia enviaran el medicamento, con lo que acumulamos otra media hora de retraso. Al final, cuando acabamos eran las tres y media pasadas. No estuvo mal. La buena noticia es que ahora tengo todo un fin de semana para desconectar y relajarme. Las sensaciones son además buenas. Me encuentro muy bien tanto a nivel físico como mental, por lo que creo firmamente que vamos por el buen camino. Siento que es así.

Es una pena cómo ha cambiado el día. Después de una mañana con un sol espléndido y con una temperatura casi primaveral, ahora que os escribo el cielo está completamente gris, aunque se mantienen unos dieciséis grados inusuales para la época en la que estamos. A ver si con un poco de suerte tenemos buen tiempo para el sábado y el domingo. ¿Quién sabe? Lo mismo me hago una escapada. Hay que disfrutar el momento.

Bueno, por hoy me despido, que tengo un montón de mails a los que dar respuesta. No me gusta dejar atrasado el correo; es una manía como otra cualquiera que tengo. En fin, lo dicho, que tengáis todos un muy buen fin de semana… ”y mañana más”.

1 comentario:

  1. Hola Fili

    bien!!! Vamos bien!! Esas son buenas noticica!! Poco a poco vamos hacia la meta!!!!

    Besinosssssss

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