miércoles, 26 de enero de 2011

Día XCIX

Son las cinco menos cuarto de este miércoles veintiséis de enero cuando comienzo a escribir el Blog. El día ahora mismo está nublado, gris, de ese gris pesado que parece que el cielo en cualquier momento pudiera venirse abajo. Me resisto a que pueda contagiar mi estado de ánimo y subo así el volumen de mi portátil por el que los Status Quo con su música cien por cien rockera transmiten energía positiva a toda la habitación donde me encuentro.

Esta pasada noche no dormí demasiado bien. Desperté en multitud de ocasiones y por momentos tuve la sensación de que me estaba subiendo la fiebre. Así que nada más levantarme, lo primero que hice fue ponerme el termómetro y tengo que decir que tampoco me resultó una excesiva sorpresa el ver que tenía treinta y ocho. El día se presentaba duro.

Subimos a Cabueñes para la analítica correspondiente, aunque todo hacía indicar que sería complicado el poder llevar a cabo del tratamiento con esa fiebre. Cuando llegaron los resultados, en éstos no había nada fuera de lo común, sino que más o menos se mantenían los valores de la última realizada el lunes. El problema vino al conocer el resultado de la serología realizada también el lunes: había dado positivo en el test para detectar la presencia del citomegalovirus. Ahí estaba la razón de mi fiebre.

El citomegalovirus es uno de esos virus oportunistas de los que hablábamos que podían aparecer en estas semanas del tratamiento en las que nos encontrábamos. Es un virus que poseemos todas las personas en nuestro cuerpo, y que por lo general no ocasiona ningún problema, salvo que claro, se manifieste en una persona con el sistema inmunológico deprimido como es mi caso. Entonces la cosa puede ser más seria.

Las posibilidades que se planteaban en ese momento eran dos: el ingreso en el hospital o el poder realizar el mismo tratamiento para combatir el virus en mi domicilio a través de la unidad de Atención Hospitalaria en el Domicilio. La duración del tratamiento, de dos a tres semanas, hacían que por supuesto yo me inclinara por la segunda opción, pero para ello debía ser aprobado por los responsables de esa unidad, que como podéis imaginar, están muy sobrecargados de trabajo.

La respuesta la tuvimos a la una de la tarde: por fortuna habían aceptado. Fui a hablar con ellos para que me comentaran los detalles y tengo que decir que se portaron de forma sumamente amable conmigo. Me he quedado muchísimo más tranquilo porque la mera idea de tener que ingresar dos o tres semanas me producía pavor y no era además lo más aconsejable en mi estado actual. Así que a partir de esta misma tarde vendrán a mi casa todos los días, fines de semana incluidos, dos veces: una a primera hora y otra antes de cenar, para colocarme el antiviral con el que intentaremos acabar con el bicho. Sólo nos queda cruzar los dedos para que funcione y no tengamos que acabar ingresando.

Lo malo es que hasta que el citomegalovirus no desaparezca no podremos seguir con el tratamiento contra el linfoma, así que para entonces, habrá que volver prácticamente a empezar de cero, con las dosis iniciales para volver a acostumbrar el cuerpo a la tolerancia del medicamento. Pero bueno, eso ahora no es lo más importante. Ahora lo que toca es pensar en que tenemos que librarnos cuanto antes de este visitante oportunista que se ha presentado sin invitación. Así que pondremos los cinco sentidos en eso.

Bueno, pues ya veis que como siempre digo no se pueden hacer planes a medio plazo, porque a veces se pueden chafar. Pero aun así vamos a verle el lado positivo, que no es otro que al menos estoy en casa. Todo lo más habrá que tomar algún Paracetamol cuando me suba la fiebre. Y postres, muchos postres, que seguro que me ayudan también. Así que nada, a seguir peleando… ”y mañana más”.

4 comentarios:

  1. Hola Fili!!!

    Maldito bicho!!!! Cagoncoin!! Que bien estaba a tomar por...piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!! Bueno, qué vamos a hacer...Un poco más de paciencia :(

    Besinossssssssssssss

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  2. El citomegalovirus tiene enfrente a un duro competidor. Concéntrate en descansar en tu casa, toma tódos los paracetamoles y antivirales necesarios, y trata de reponerte de esta otra nueva batalla a superar en el camino. Esto es peor que las leyes de Murphy, pero no queda otra que seguir y seguir. Estamos contigo.
    Un abrazo a todos.

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  3. si hago postre este fin de semana no dudes que te lo mando no sera por dulce que tu no termines con el citalmegalovirus.... un besote enorme y forza

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  4. Tú lo has dicho: se presenta sin invitación; así que deje de hacer la puñeta prontito.
    Ánimo cariño!!

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