domingo, 9 de enero de 2011

Día LXXXII

Son las diez y media de la mañana de este domingo nueve de enero cuando comienzo a escribir el Blog. El día ha vuelto a amanecer lluvioso y las temperaturas parecen también haber descendido. Esto hace que la gente se vuelva un poco más remolona a la hora de salir de casa, algo que compruebo por las pocas personas que en estos momentos veo pasear por la calle desde mi ventana. La mayoría de ellas lo hacen con la fiel compañía de un perro, por lo que intuyo que probablemente sea más por obligación que por ganas.

Hoy me he vuelto a levantar bastante temprano para ser un domingo, aunque he dormido muy bien. Así a las nueve y media ya estaba preparándome el desayuno. Mis sensaciones son muy buenas lo que me hace concebir esperanzas para los análisis de mañana. No me siento cansado ni fatigado, aunque eso normalmente suele ser más bien al atardecer. Debe ser que las pilas no me dan para todo el día.

Ayer pasé toda la jornada en casa, algo que repetiré hoy, pero no penséis que tuve tiempo para aburrirme. La mañana pasa volando entre que te pones a contestar el correo, escribes algo y lees cuatro noticias. También estuve viendo la tele, deportes invernales, lo normal a estas alturas de temporada. La suerte que tengo es que en tema de deportes me vale cualquier cosa.

Después de comer y de la correspondiente siesta, mi mujer y yo –más ella que yo- nos pusimos a preparar una tarta de queso. Debe ser que hemos comido pocos dulces estas Navidades que todavía nos hace falta “fabricar” alguno más. Pero bueno, a una tarta de queso uno no se puede resistir. Hoy le hincaremos el diente para ver qué tal ha salido.

Justo cuando acabamos con la tarta, llegó la “visita” de mi ahijada con sus padres. Digo visita entre comillas porque mis visitas sociales se reducen a que piquen al timbre, que mi mujer baje a abrir, les acompañe hasta el parque situado frente a nuestra casa, y yo desde ahí asomado les salude. Pero aun así merece la pena, y ayer más si cabe. Teníamos que darle a la pequeña Águeda los regalillos que los Reyes habían dejado para ella debajo de nuestro árbol. Así que aunque desde la ventana, pude ver con qué satisfacción los abría y cómo jugaba con ellos. Y cómo miraba hacia arriba buscándome cuando sus padres le decían que me dijera hola y me mandara un besín. Y aquellos besos, los sentía llegar a mí como si los estuviera recibiendo de verdad en mi cara.

Luego nos llegó la hora de la cena y tras ésta la correspondiente película del sábado, nada del otro mundo pero suficiente; una bastante antigua de Bruce Willis. Con decir que en ella todavía lucía flequillo…

Para esta tarde por supuesto la cita ineludible es a las cinco con el partido que el Sporting juega en Santander. Como gritaban las legiones romanas antes de entrar en lucha: vencer o morir. Sin llegar a ese radicalismo la situación es que de no ganar en Santander y con toda una vuelta por jugarse, el equipo tendría ya pie y medio en Segunda. Vamos a darles el enésimo voto de confianza. No sé si merecen tanto.

Bueno, pues nada más, que aunque sea domingo seguro que más de uno estará pensando en irse a aprovechar que la mayoría de los comercios abren por las dichosas Rebajas. Así que por hoy me despido… ”y mañana más”.

2 comentarios:

  1. Hola Fili: Siempre has sido una mezcla de Papá Noel, Befana o Rey Mago, haciendo regalos a todo el mundo... Gracias por tu generosidad. Yo te regalo mucha fuerza y mucho ánimo para que este año 2011 sea fabuloso. HONOR Y FUERZA

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  2. HOla Fili!!
    Ya estoy de vuelta y puesta al día en tus 'aventuras' :)
    No sabía yo eso de que la figurita del roscón diese suerte todo el año, pero me gusta :D; a mi también me tocó, así que adopto tu interpretación y te la dedico :)La unión hace la fuerza :)
    Besinosssssssss

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