miércoles, 8 de diciembre de 2010

Día L

Son las dos menos diez de la tarde de este miércoles ocho de diciembre cuando comienzo a escribir el Blog, justo después de haber dado cuenta de un buen plato de arroz tres delicias y un trocito de tortilla francesa de jamón. Sigo con la dieta astringente aunque esta mañana al ir al baño, he tenido la sensación de que el problema de la diarrea que tanta lata me dio la semana pasada, vuelve por sus fueros. Y eso después de haber estado tres días enteros a dieta absoluta y luego de ir progresivamente durante otros tres días introduciendo alimentos como arroz caldoso y poco más. Parece que la mucositis no está del todo curada y por más que yo intente olvidarme de ella, ella no está por la labor de hacer lo propio conmigo. Vamos a ver cómo transcurre la tarde para ver si al menos no es tan aguda como la de la semana pasada y puedo deciros si ha habido alguna mejoría, aunque de momento las sensaciones que tengo no es que sean muy prometedoras.

La noche fue bastante tranquila, aunque tampoco estuvo exenta de su dosis de emoción. De forma absurda, simplemente con un minicepillo bucal, me hice una ínfima herida en una encía que dado mi nivel de plaquetas, no quería dejar de sangrar. Estuve un buen rato con una gasa impregnada en Amchafibrin –un hemostático líquido para detener pequeñas hemorragias- apretando para ver si aquello era suficiente, pero al final decidieron que lo mejor era recurrir a matar moscas a cañonazos, es decir, a realizarme una transfusión de plaquetas. Entre eso y que yo seguía apretando, por supuesto el problema se solucionó.

A partir de ahí estuve leyendo un buen rato. Estoy apenas a cien páginas de concluir la famosa trilogía de Africanus. Ya sabéis que tenía en mi mente acabarla antes de recibir el alta, por lo que le di bastante caña al libro estos días, aunque ahora me parece que lo que me va a faltar es libro, puesto que hoy me han comentado que casi con toda seguridad pasaré como poco el fin de semana en el hospital.

El tema es el siguiente: ahora mismo tengo un nivel de neutrófilos de risa. Como sabéis los neutrófilos son un tipo de glóbulo blanco cuya misión fundamental es la de comerse cualquier bicho en forma de bacteria u hongo. En una persona sana podríamos estar hablando de un nivel de neutrófilos entre 2000 y 7500 por mililitro de sangre. En mi caso apenas llegan a los 200. Y eso que están subiendo, porque antes de ayer estaban todavía más bajos. ¿Qué ocurre? Que lógicamente si estuviera en casa con ese nivel, es probable que ni me dejaran salir de mi habitación, pero estando ya en el hospital ingresado, lo que no van a hacer tampoco es darme el alta con esas cifras que suponen un riesgo elevado de contraer cualquier tipo de infección.

Por otra parte mi tasa de hemoglobina está también en unas cifras paupérrimas, en torno a siete y medio, cuando lo aceptable sería estar por encima al menos de los nueve o diez, y lo ideal, sería superar los doce o trece. De momento no me van a realizar más transfusiones por el exceso de acumulación de ferritina que ello comporta, y seguirán con las inyecciones de EPO, a razón de una por semana. Mañana por cierto me toca una nueva dosis. El hecho de tener la hemoglobina tan baja hace que me sienta cansado y un poco cabizbajo en general; desganado, en una palabra.

Y de las plaquetas poco que añadir a lo que ya sabemos: que son de por sí las más remolonas a la hora de remontar, y que vista la situación del resto de parámetros, es lógico que ellas sean las que con todo se lleven la palma. De todos modos mientras no haya sangrados graves podemos estar relativamente tranquilos, si que es la palabra tranquilidad puede encontrar un lugar adecuado en un contexto como el que nos rodea.

¿Alguna noticia buena que daros? No sé, creo que Preciado para este domingo igual encuentra el once ideal y conseguimos de una vez ganar un partido, que falta nos hace. No, en serio, lo cierto es que parece que aun teniendo los valores tan bajos, hay indicios de que estoy saliendo de la aplasia; una aplasia que por las razones que conocéis me ha tocado pasarla en el hospital en lugar de en mi casa, donde hubiera sido lo más indicado. La fecha de alta que inicialmente estaba prevista para este jueves ahora parece que podría demorarse al próximo lunes, siempre que continuemos sin fiebre y sin diarreas, y por supuesto, que no aparezca ningún otro tipo de complicación.

La flebitis en el brazo izquierdo parece que va mejorando muy poquito a poco, y esa es otra de las razones por las que estiman más oportuno el que siga en el hospital bajo observación. No me vaya a ir para casa y me lleve una sorpresa desagradable al segundo día y tenga que volver de nuevo. Viendo cómo va su evolución no sería lo más probable, pero aquí nunca se sabe. De momento me acaban de comentar que aumentaremos un poco más la dosis del antibiótico que me estaban administrando por vía venosa. Es una verdadera faena porque paso de dos dosis que me tocaban a las nueve de la mañana y a la misma hora por la noche, a cuatro –por supuesto de menor cantidad cada una de ellas-, cada seis horas: a las siete de la mañana –tocará que me despierten por tanto-, a la una de la tarde –justo en plena comida-, a las siete de la tarde –la única que no me molestará-, y a la una de la mañana –ni os cuento la gracia que me hará esta en concreto-.

Para mañana volverá mi médico y realizaremos una analítica que desvelará si seguimos remontando de verdad la situación de aplasia, y si se hacen necesarias más transfusiones. Seguramente ella pueda ser más específica en cuanto a los tiempos que estima de cara a un posible alta. Sé que insisto mucho con este tema, pero de verdad que noto que cada día que paso aquí dentro, mi estado tanto físico como mental se ve mermado. Y eso ya sin pararme a pensar que en menos de quince días me tocará volver otra semanita para iniciar el tercer ciclo. Porque si lo pensara entonces me apetecería coger la puerta y marcharme para casa.

Cambiemos mejor de tema. Para esta tarde vendrá mi mujer a hacerme compañía. Hoy no se quedará a dormir porque mañana le toca la vuelta al curro. Además llevaba ya tres noches seguidas y sé que está desecha. Si puedo evitarlo hoy no se quedará a dormir nadie conmigo. Necesito un poco de tranquilidad y no sentir a la gente tan pendiente de mí todo el día. Además hay fútbol en la tele con lo que estaré entretenido, luego leeré hasta la una que me pongan el antibiótico y para cuando me dé cuenta ya tocará levantarse para el desayuno.

Bueno, os dejo hasta mañana. Este Puente, al menos aquí, parece que se despedirá de nosotros entre lluvias. De todas formas aprovechad lo que queda de él. Un fuerte abrazo… “y mañana más”.

3 comentarios:

  1. Hola Fili: Espero que la flebitis y la diarrea vayan desapareciendo poco a poco, y te permitan descansar con más tranquilidad. Bueno, si hoy no se queda nadie contigo tampoco pasa nada, si ya te encuentras mejor y tus visitas al baño van desapareciendo. Como en casa en ningún sitio, pero dadas las circunstancias, por ahora toca hospital. Espero que tu médico confirme la remontada. Hoy ya desde Valencia, un abrazo Fili. HONOR Y FUERZA.

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  2. Nada hombre, vete planificando las vacaciones del próximo verano, no repares en gastos e iros a Bali , que la cosa ya la tienes chupada.

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  3. http://fundacionbascopev.blogspot.com/2008/01/aa_16.html

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