martes, 21 de diciembre de 2010

Día LXIII

Son casi las cuatro y media de la tarde de este martes veintiuno de diciembre cuando comienzo a escribir el Blog. Con respecto a los días anteriores el día ha cambiado notablemente en lo que al tiempo se refiere. Llevamos un día de lluvia continua aunque por otro lado han subido un poco las temperaturas, aunque tampoco es que lo hayan hecho de modo exagerado, ni mucho menos. Pero tampoco podemos pedir ahora veinte grados cuando justo hoy ha entrado el invierno.

Esta mañana como sabéis tenía revisión en Cabueñes conjuntamente con la biopsia de médula ósea. Por lo que se refiere a lo primero los análisis siguen en su línea: por un lado las defensas quizás sean las que más alegrías me están dando porque se mantienen en unas cifras aceptables, mientras que de la hemoglobina tampoco es que pueda tener queja, pues apenas ha bajado y eso que llevo un montón sin recibir una transfusión de sangre, si bien también es cierto que me pongo una inyección semanal de EPO. Las que siguen sin subir son las plaquetas, pero bueno, teniendo en cuenta de que tampoco bajan, esto quiere decir que aunque en poca cantidad, la médula produce algunas, que son las que suplen a las que el cuerpo va consumiendo.

Después de la consulta donde quedamos emplazados para vernos el próximo lunes y decidir ahí con los resultados de la biopsia el camino a seguir, me dirigí al Hospital de Día para recibir un par de bolsas de plaquetas. No es que fueran absolutamente necesarias, pero se quedaban más tranquilos en previsión de que en la biopsia pudiera sangrar demasiado. De todas formas fue todo muy rápido pues apenas hube llegado ya estaban esperando por mí para la transfusión.

Todavía enchufado a las plaquetas ya tenía a la doctora que me practicaría la biopsia. La conocía de la última vez que me la había hecho y ella a mí también, porque había sudado tinta china con mis huesos tan duros. Así que casi sin pausa comenzamos la biopsia. Para ello como siempre comienzan con anestesiarte un poco la zona por donde van a introducir el trócar, en este caso, un punto que dé acceso a la cresta ilíaca. La doctora pudo dar fe de que mis huesos siguen estando tan duros como la última vez y con bastante dificultad y esfuerzo pudo acceder al canal medular. Sin embargo, lamentablemente no fue capaz de extraer aspirado alguno de sangre. Esto nos había ocurrido siempre que la médula estaba fibrosada, o “empaquetada” como ellos dicen, y es consecuencia de la enfermedad, así que no eran muy buenas noticias en principio. La doctora intentó entonces repetir el proceso en otro punto, concretamente en un punto del esternón donde volvimos a encontrarnos con el mismo problema. Al final de la primera punción pudimos extraer al menos un cilindro de hueso con el que realizarán las pruebas más básicas, aunque al no disponer de sangre no podremos realizar otras más avanzadas y exactas. Como digo fue una pequeña decepción, aunque en el fondo, y después de los resultados del escáner, era algo que en parte ya me esperaba y estaba mentalmente preparado para que pudiera ocurrir.

A mediodía volvía a hablar con mi médico para comentarle lo que había sucedido, aunque ella por supuesto había sido ya informada. Quedamos no obstante en mantener la cita del lunes. Intentaría que para ese día pudiéramos tener los resultados -lo cierto es que tengo mis dudas con las fechas que se acercan- y valorará junto con el equipo de Oviedo y el de Salamanca la posibilidad de cambiar el tratamiento a ese medicamento especial que os había comentado ayer. Se trata de algo que ataca directamente a los linfocitos y que se los carga absolutamente a todos, buenos y malos, pero que por ello tiene el inconveniente de ser sumamente inmunosupresor, con los riesgos que ello conlleva. La parte buena es que no requiere de ingreso: se pone en el Hospital de Día y te vas para casa. Veremos en qué queda el tema.

De momento lo importante es que me encuentro bien. Bueno, ahora un poco dolorido por los dos rejonazos que me han dado. Para mitigar el dolorcillo que me ha quedado de ambas punciones me tomaré ahora con la merienda un paracetamol.

Lo que fue curioso es que en ninguna de las dos punciones apenas sangre nada, lo que hizo innecesario el empleo de ningún hemostático. Como dijo la médico “se ve que tienes pocas plaquetas pero que trabajan muy bien”. Tampoco me sorprendí demasiado porque bueno, no sé si lo sabéis –la mayoría sí- pero yo también me he dejé llevar en su día por la moda de los tatuajes, y tengo unos cuantos -cinco concretamente si no me dejo ninguno-, aunque ninguno de tamaño grande. Bueno, pues cuando me los hacía siempre me decían que era increíble lo poquísimo que sangraba, prácticamente nada. Para ellos aquello era una bendición porque les facilitaba muchísimo el trabajo. Mira por dónde me fui a acordar yo hoy de mis tatuajes cuando la médico también se sorprendía de lo poco que sangraba.

Bueno, que son ya las cinco pasadas y tengo que prepararme mi té con limón. Hoy creo que lo voy a acompañar de nuevo con esas riquísimas casadiellas de mi tía. Un fuerte abrazo envuelto por supuesto de espíritu navideño… “y mañana más”.

3 comentarios:

  1. Hola Fili: Leo que ha sido todo bastante rápido. Me alegro que no hayas tenido que sufrir esas largas esperas de otras ocasiones. Que la fiebre no aparezca, y que puedas comer todos los turrones de 1880, cantando algún que otro villancico. Un abrazo.
    HONOR Y FUERZA

    ResponderEliminar
  2. Felices Fiestas y Visca el Barça!!!!!

    ResponderEliminar
  3. ¿5 tatuajes???? ¿Y tú eras el que te daban miedo las agujas????? Joer Fili, ahi si que me has sorprendido, mira tú por dónde.
    Besitos.

    ResponderEliminar