sábado, 25 de diciembre de 2010

Dïa LXVII

Son las once y media de este día de Navidad de 2010 cuando comienzo a escribir el Blog. No es que tengamos un sol radiante como habían anunciado las previsiones, pero por lo menos se ven algunos pequeños claros que ya veremos si son capaces de desplazar a las nubes.

He pasado una noche muy buena. De hecho me levanté cerca de las diez y media, aunque también es cierto que ayer nos echamos a las dos de la mañana. Podéis así deducir que la cena en nuestra casa fue todo un éxito. Lo mejor de todo fue, a parte de por supuesto poder cenar mi mujer y yo con nuestros padres, el que en ningún momento me sintiera cansado ni con ninguna molestia. Fue realmente perfecto tal y como había deseado. Así que en ese sentido puedo considerarme muy afortunado.

Como en cualquier casa, anoche en la mesa no faltó de nada, sino que como ya había previsto, más bien sobró. De todos modos como todo estaba insuperable lo que sobró lo hemos guardado para cenar esta noche y comer mañana. Lo de los postres fue ya el más no poder. Ahí creo que a todos se nos fue la mano. ¡Qué manera de comer turrón, mazapanes, trufas de chocolate, almendras rellenas…! Como vas tomando trocito a trocito parece que no te llenas, pero cuando te das cuenta, estás que revientas. Y por supuesto me tomé primero mi copita de vino blanco con la comida y luego también, a los postres, un buen sorbo de champagne.

Hoy no ha habido regalos. Mi mujer y yo nunca nos hemos regalado nada para Papá Noel. Nos gusta mantener las tradiciones y de este modo son los Reyes Magos quienes se encargan de poner nuestros regalos debajo del árbol en la madrugada del cinco de Enero. De todos modos ayer como excepción, Papá Noel picó a la puerta justo al acabar de brindar con los postres, y me entregó un regalo que de ningún modo podía esperarme: una camiseta del Sporting firmada por todos los jugadores de la plantilla, por su entrenador, y por supuesto por Quini. Todo un detalle logrado gracias a la Peña Casa Kilo de la que era miembro antes de caer enfermo. Desde aquí mi reconocimiento y agradecimiento para ellos porque es uno de esos regalos que emocionan a cualquiera. Ya estoy pensando en enmarcarla. Es demasiado valiosa como para que pudiera deteriorarse por ponerla.

Y bueno, para hoy tenemos previsto comer en casa de mis suegros, donde también acudirán mis padres y mi hermano y su mujer. Será así de nuevo una comida familiar reducida, pero seguro que lo pasaremos muy bien igualmente. Lo que ya no sé si seremos capaces de comer tanto. El menú que me han comentado que tenemos es para echarse a temblar. No sé si seré capaz siquiera de pasar del primer plato y menos después del desayuno que acabo de tomarme, en el que he dado cuenta de un buen trozo de Panettone de chocolate. ¡Qué vicio!

Poco más que contaros en este día de Navidad, salvo mis deseos de que seais muy felices,… “y mañana más”.

1 comentario:

  1. Yo llevo día y medio desconectada del mundo, entre preparativos cena, papa noel y resacón resacón... y temblando porque toca empezar a hacer maletas para ir camino al paraíso, a ver si puedo achuchar un poco a la familia para fín de año. Besos y seguimos Fili, SE-GUI-MOS.

    ResponderEliminar