jueves, 9 de diciembre de 2010

Día LI

Son las cinco en punto cuando comienzo a escribir el Blog en este jueves nueve de diciembre, así que es más que probable que en breve entren por la puerta con la merienda y con alguna de las medicaciones que me corresponden a estas horas.

Anoche, como era de prever, me fue imposible evitar que viniera mi madre a hacerme compañía por la noche por más que lo intenté. Así que nada más marchar mi mujer llegó ella y se quedó ya conmigo tota la noche y hasta bien entrada la mañana. La noche fue bastante buena, aunque el cambio en el horario de los antibióticos fue un bastante molesto a la hora de tratar de coger sueño. Baste decir que a la una y cuarto de la mañana todavía estamos tanto mi madre como yo leyendo, esperando a que vinieran a ponerme el primero de los dos que me tocaban a esa hora, cuando lo normal es que hubieran adelantado un poco la administración para que así pudiera acabar antes y descansar mejor el resto de la noche. Porque aunque tú puedas estar durmiendo mientras tienes conectado el gotero -cosa que yo hago-, lo que nadie te va a quitar es que te despierten primero al entrar a conectártelo y después al venir a quitártelo. Y a esas primeras horas de la madrugada, esas interrupciones en el sueño son las peores. Por eso prefiero aguantar siempre despierto por lo menos a la primera entrada en la habitación.

De lo que me sirvió tanta espera fue para acabar el libro que tenía entre manos, La Traición de Roma, con el que se concluye la triología completa que conformaban El Hijo del Cónsul, Las Legiones Malditas y este último que os menciono. Han sido casi tres mil páginas pero que me han tenido absorto en la lectura durante horas, y como siempre ocurre cuando se acaba algo que uno entiende como bueno, no puedes evitar un sentimiento de tristeza. ¿Por qué no habrá un cuarto libro?, te preguntas. Ahora haré un pequeño break en lo que a lecturas sobre Roma se refiere, aunque tengo a la espera ya preparados otros dos libros, y me dedicaré a algo totalmente distinto que todavía no tengo decidido; aunque para esta noche mi mujer ya ha quedado en traerme dos libros de los que habré de elegir uno. Ya os contaré por cuál me decanto finalmente.

Hoy por si fuera poco tocó también madrugar, pues a las siete entraron para realizarme la analítica, y luego, a partir de esa hora, ya sabéis por lo que os he contado otras veces que el desfile es continuo.

La visita del médico esta mañana ha servido para reafirmarme en mis convicciones de que la medicina no es matemática, y ni siquiera los hechos ni los síntomas son igualmente percibidos y tomados en consideración según los mire una persona u otra. De este modo según mi médico, mañana si no hay novedad me darán el alta. El tema de los neutrófilos no supone para ella mayor impedimento para que pueda irme para casa siempre que no aparezca la fiebre, una vez que hoy mismo ha decidido retirarme todos los antibióticos. Ya sería mala pata que reapareciera cuando no la he tenido desde el jueves pasado que ingresé, aunque siendo lógico, buena parte de la culpa de ello la habrán tenido precisamente los antibióticos.

No obstante para tratar de cubrirme en cierta medida durante el fin de semana, y dado que mis valores siguen siendo muy bajos, me ha programado sendas transfusiones de sangre, una para hoy y otra para mañana, además de otra de plaquetas. A estas horas sigo esperando la de sangre correspondiente al día de hoy, y que supongo, estará al llegar. La de plaquetas todavía no está decidido si será hoy o mañana, pues como digo, será una única. Además, sigo con el Neupogen y me acaban de pinchar mientras os escribía la dosis semanal de EPO.

Si os soy sincero ahora mismo lo que más me preocupa es el estómago. A pesar de todos los cuidados que le hemos dedicado durante los últimos días sigue tocado y no sé por qué me da que parece que en cualquier momento puede hacer acto de presencia de nuevo la diarrea aguda que ya me tuviera en jaque. Parece claro que la mucositis no está del todo curada, o mejor dicho, apenas está curada porque de lo contrario es imposible que siga todo tan verde.

Vamos por ello a ver cómo paso la tarde de hoy y el día de mañana hasta la hipotética alta. No sé por qué me da que no va a ser todo tan fácil. Son de esas sensaciones que uno a veces tiene. Ya sé que hay que pensar siempre en positivo -eso es fácil decirlo, complicado es hacerlo-, pero quien mejor conoce su cuerpo es uno mismo y a mí me da que el problema del estómago no está resuelto y que irse así para casa es una tontería para tener que estar de vuelta otra vez a los dos días si se complica de nuevo. Ellos sabrán. Yo diría que ahora mismo mi barriguita está comenzando a sonreír maquivélicamente para decirme que ella sigue en sus trece de tenerme por aquí algún día más.

Y por lo que se refiere a la flebitis, ésta sí que sigue mejorando, aunque lo que es el cordón que se ha formado alrededor de la vena ya me han dicho que tardará lo suyo en desaparecer. Lo importante es que la herida que produjo la entrada de la vía parece curada y seca, y el color en general de toda la zona está mucho mejor. No creo que por ahí vayamos a tener problemas.

Bueno, os dejo por hoy. Un fuerte abrazo… “y mañana más”.

3 comentarios:

  1. Hola Fili: Paso a paso se van cerrando problemas. La flebitis ya es historia. Y lo de tu estómago... para mí que lo que está deseando es un plato de fabes y por eso se irrita. De todos modos, si no hay fiebre, mejor pasar una diarrea en casa que en el hospital ¿no? Llévate esos sobres de "tang" del que nos hablaste días atrás por si tienes que limitarte a ingerir líquidos. Lo que espero es que al Sporting no le entre "diarrea" ante el partido contra el Levante. Se juega media Liga. Me alegra saber que vuelves a casa por el fin de semana, para cargar las pilas. Ánimo Fili. HONOR Y FUERZA

    ResponderEliminar
  2. La verdad que lo de pensar en positivo es una porquería sobre todo cuando empiezas a no encontrar cosas positivas en las que pensar. Joer, que encima se siente uno culpable por quejarse de que las cosas no le salen bien, cuando encima es verdad... pues es normal que no te apetezca pensar en positivo cuando están encontrándote mal y notas mal tu estómago. Yo creo que más que pensar en positivo o negativo, lo mejor es intentar NO PENSAR. Es la única vía que encuentro... no pensar. Te animo a no pensar y no hacer planes ni de altas ni de nada. Pero ya se que no es fácil hacer eso, cuando se está agotado de luchar y luchar... No pienses Fili, no pienses y sigue adelante..
    BESOTES gordos.

    ResponderEliminar
  3. Hola Fili, aprovecho el blog para transmitirte todo el ánimo del mundo. En los últimos días he leído muchas de tus entradas y supongo que habrás recibido mil mensajes de apoyo. Yo quiero sumarme tío , quiero que sepas que somos muchos los que nos acordamos de ti aunque no estemos por aquí por el foro de continuo. Eres un tío muy fuerte Fili, y eso es clave para todo en la vida, pero sobretodo para superar baches como este. Vas a poder con todo y el año que viene la cena de la Uni va a ser una celebración por todo lo alto .
    Vi que devoraste los libros de Santiago Posteguillo , a mí también me engancharon, y si me permites, te voy a recomendar un libro que a mí me encantó y que espero que a ti te guste. Es un libro que cuenta una historia de escalada, se llama Sobre los cielos de Asia y es de un escalador navarro que se llama Iñaki Ochoa de Olza. A mí me gustó mucho , espero que a ti también te enganche.
    Me despido como empecé, dándote todo el ánimo del mundo y también todo mi apoyo. Vas a poder con todo esto seguro.
    Un fuerte abrazo Fili, nos vemos muy pronto

    ResponderEliminar