viernes, 24 de diciembre de 2010

Día LXVI

Son las diez y cuarto de la mañana de este veinticuatro de diciembre, día de Nochebuena, cuando comienzo a escribir el Blog. Hoy prefiero hacerlo en sesión matinal, que por la tarde seguro que hay un montón de cosas que apurar para que todo esté apunto para la cena de esta noche. El tiempo, sin haber mejorado sustancialmente, sí que parece querer darnos un respiro y es probable que para esta noche nos hayamos librado de las lluvias. De hecho, si los pronósticos no se equivocan, para mañana día de Navidad, podríamos tener un día de sol espléndido. Pero eso sí, que nadie se olvide el abrigo en casa, que frío va a seguir haciendo.

He pasado una noche bastante buena aunque sigo con los problemas que os comentaba ayer en la garganta. Tengo la lengua en ciertas zonas de un color un poco extraño, oscuro, pero si me pongo a pensar en todas las tonalidades en las que la he tenido durante mis tratamientos me daría para un arco iris. Son en ocasiones pequeños hongos que van apareciendo y desapareciendo en apenas unos días y en otras ocasiones simples reacciones pero que tampoco duran mucho. Así que no me preocupa lo más mínimo. A lo único que me obliga es a estar todo el día bebiendo agua, infusiones, Acquarius, zumos… que por otra parte me viene muy bien, puesto que tengo que seguir bebiendo entorno a dos litros y medio de líquidos diarios.

Las molestias en las punciones han prácticamente desaparecido, mientras que los pinchazos en el bazo y en el hígado apenas dan señales de vida. Así que de momento vamos a cruzar los dedos y esperar que todo siga así. Me siento cansado, eso es cierto, pero aun así ayer por ejemplo caminé treinta minutos en la cinta, y hoy espero tener oportunidad de repetirlo. Quiero aprovechar estos días hasta el lunes porque todavía no sé lo que decidirán ese día: podría ingresar el mismo lunes y quedarme una semana de nuevo metido en un hospital sin apenas moverme, o empezar con un nuevo tratamiento del que os había hablado y que no requiere ingreso. Es la incertidumbre con la que ahora jugamos.

Hoy sin duda es un día en el que se agolpan cantidad de recuerdos que sería imposible escribir en un solo blog. Quizás lo más reciente que se me viene a la cabeza es que justo hoy hace un año, y más o menos a estas horas, corría en la Carrera de Nochebuena que se disputa en el estadio de atletismo que hay en Las Mestas. Cuento esto porque esa misma tarde y durante la noche, me noté cansadísimo, mucho más de lo que era normal para mí. Era cierto que llevaba tiempo sin correr y que me había esforzado a tope, pero aquello era un poco extraño. Me puse el termómetro y para mi sorpresa tenía fiebre. A partir de ese día esa fiebre que no sabía a qué achacar me acompañó ya hasta el día de mi ingreso allá por el mes de marzo. Pero fue la Nochebuena pasada donde la enfermedad me dio su primer aviso. ¿Quién podía imaginarse todo lo que vendría después?

Pero prefiero no pensar en eso, y quedarme con los buenos recuerdos. Como los brindis con cava que organizábamos antes de la cena donde nos juntábamos un montón de amigos y algunos primos. Era ya una cita obligada desde hacía años que espero que hoy repitan aunque ni mi mujer ni yo estemos. De hecho la primera vez que la montamos fue un poco en plan medio botellón: entramos en una tienda de ultramarinos, compramos una botella de Codorniù con unos vasos de plástico, y nos pusimos a brindar en la calle. Y así de aquello tan simple surgió el resto. Luego ya nos juntábamos en un bar, el que fuera y que íbamos cambiando conforme pasaban los años, y donde las botellas de cava no paraban de correr. La verdad es que alguno llegaba luego a la cena familiar con algo más que una sonrisa de oreja a oreja en la cara.

Recuerdo precisamente en una de esas llegadas a casa, que cuando estábamos llegando mis primos y yo, nos encontramos nada menos que con el camión de los bomberos delante de mi portal. Algunos vecinos estaban fuera de sus casas, y mi padre junto con mis tíos estaban también comprobando la situación. El tema es que por sobrecarga se había fundido el cuadro de corriente del edificio. Así que estábamos completamente sin luz y sin posibilidad de arreglo alguno al menos hasta el día siguiente. Menos mal que en mi casa la cocina es de gas y pudimos así calentar la comida sin mayores problemas. Y la cena, fue de lo más especial, bajo la luz de las velas. Fue algo divertido y que recuerdo con cariño.

Bueno, pues nada, que no me queda más que desearos a todos que paséis una feliz Nochebuena, que comáis mucho turrón… “y mañana más”, mañana Navidad.

2 comentarios:

  1. Hola Fili: Feliz Nochebuena. Yo la pasaré en casa de mis tíos. Cenaremos, beberemos un poco de cava, y cantaremos villancicos y canciones populares, y recordaremos tiempos pasados de la juventud de mi padre y de mis tíos. Por aquí luce el sol, aunque con frío. Y mañana Navidad. No creo que abra el ordenador (así que muchas felicidades a los dos) porque iremos acasa de mis padres a comer, y luego vendran mis primos, para acabar cenando en un restaurante italiano Feliz Nochebuena, y feliz Navidad. HONOR Y FUERZA

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  2. hola fili


    desearte que pases una feliz noche en compañia de tu familia, nosotros la pasaremos con mi padre y mi hermana.

    si has sido bueno igual papa noel te deja algun regalito, en casa papa noel le traera algun detallito a julia pero los regalos de verdad llegaran en reyes que es una fiesta mucho mas entrañable para nosotros


    muchos besos

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