viernes, 10 de diciembre de 2010

Día LII

Son casi las cinco de la tarde de este viernes diez de diciembre, cuando comienzo a escribir el Blog, ya con el alta recibida, y por tanto, desde mi casa; en este caso desde la cocina donde con sólo girar la cabeza puedo ver el parque de la Iglesia de San Nicolás de Bari, donde tantas y tantas veces jugué con mi primos.

Por supuesto la primera reacción al estar de nuevo en mi casa, con mi mujer, es la de sentirme muy feliz por salir del hospital. Pero en esta ocasión quizás la ilusión no haya sido tanta como lo fue la última vez. Tal vez el recuerdo de tener que volver en aquella ocasión a los dos días al hospital todavía está demasiado reciente y el que yo no me sienta al cien por cien recuperado, hace que vea esto como algo que pudiera ser de nuevo pasajero y casi efímero. Habrá quien diga: vive el momento, Carpe Diem. Os juro que lo intento con todas mis fuerzas pero a veces estas mismas fuerzas parecen remar en mi contra.

Mi primera comida en casa, y siempre todavía bajo el condicionamiento de la dieta astringente que tengo que seguir, ha consistido en unos spaghetti blancos con un poco de ajito y unas lonchas de jamón york. De postre una rebanada de pan tostado acompañada de un dulce de membrillo espectacular que me acababa de comprar mi padre y que me trajo orgulloso porque con diferencia era el más caro de la tienda. En eso nos parecemos demasiado. Mi mujer siempre se ríe con ello.

Pero no era ésta la única sorpresa que tenía esperándome. Mi mujer, para alegrarme el regreso me tenía preparada ¡mi primera cesta de Navidad! Bueno, en realidad no era una cesta, sino la típica caja de cartón de El Corte Inglés que ella misma se había encargado de rellenar con productos que sabe que bien me gustan, de los de la tienda de El Gourmet. Ya os decía que mi padre y yo nos parecemos demasiado.

Volviendo al día de ayer, la verdad es que pasé una mala tarde, no el sentido físico, sino más bien en el mental. En realidad son ya dos o tres días los que llevo un poco más bajo de lo normal en el estado anímico. Espero de verdad que esta vuelta a casa sirva por lo menos para recuperarme también en ese plano, además de en el físico, donde ahora mismo, y después de tantos días a dieta –y en los que sigo inmerso- he perdido bastante.

Por la noche estuvo mi madre acompañándome otra vez, después de que fuera mi mujer la que pasara conmigo la tarde. La noche no fue mala, en parte porque me encontraba realmente cansado, con ganas de dormir y que tal vez en mis sueños me sintiera más arropado que lo que aquella cama de hospital me proporcionaba.

No quiero dejar de pasar este Blog para comentaros también que ayer falleció un Paisano como decimos aquí en Asturias, pero un Paisano con mayúsculas: Don Luis Antonio Menéndez Pérez. Era el abuelo de mi mejor amigo y padre de mi ahijada Águeda. Con noventa y cuatro años cumplidos había soportado con la mayor de las enterezas la muerte tanto de su mujer, como la de su hija. Uno, que no ha pasado por ninguna de esas experiencias, no puede ni llegar a imaginarlas, pero sí puede entender que si duro es perder un padre, mucho más duro tiene que ser perder a un cónyuge y no digamos ya a un hijo. Cuando se rompe el orden natural de las cosas uno se desgarra en su interior ante la impotencia y el dolor. Como digo, Don Luis, conservó su entereza, fe y tesón hasta sus últimos días. Le veía yo desde mi salón caminar con ambas muletas, con paso casi inapreciable pero perseverante, para dirigirse a la Misa de rigor, y para mí era un ejemplo y una lección de cómo afrontar con valentía la vida. Descanse en paz y un beso muy fuerte para toda la familia.

Esta mañana no tuve que esperar demasiado para que me dieran la noticia del alta. Hacia las diez vinieron del Banco de Sangre para anticiparme que traían una bolsa de plaquetas y otra de sangre, porque me iba para casa. La médico llegó algo más tarde y confirmó la noticia. Tampoco me dijo mucho más. La evolución parece la correcta y aunque la decisión no está exenta de riesgos, considera que es mejor para mí irme para casa. El lunes no obstante tengo que ir para controlar qué tal siguen mis valores, que a día de hoy, siguen remontando muy despacio la aplasia, en especial como siempre las plaquetas.

Lo que ya tenemos confirmado es para el próximo miércoles quince el escáner. Será la primera prueba que hagamos –la segunda sea la biopsia de médula- para ver qué tal ha ido de verdad esta primera serie de ciclos. A partir de los resultados se decidirá si someterme a otros dos ciclos, o valorar con Oviedo la posibilidad de afrontar ya mismo el transplante alogénico.

De momento lo importante es que estoy en casa, y aunque la flebitis no ha remitido del todo, y que el estómago sigue bastante revuelto, creo que todo esto, se lleva mucho mejor en casa que en un hospital. Que de hospitales todavía me queda mili que pesar.

Bueno, y aquí estamos ante un nuevo finde. ¿Qué más queremos? Si hasta parece que vamos a tener sol. Pues a disfrutarlo… “y mañana más”.

5 comentarios:

  1. Hola Fili!! Que alegría que estés en casa...Sin duda es un buen remedio para sentirse mejor a todos niveles, sobre todo anímico, importantísimo...Que guay la sorpresina de Mo :) Ummmm...Ya me estoy imaginando esa caja...Les cosines riques que no habrá ahí :P
    Bueno Fili...espero que pases el finde tranquilín y sintiéndote cada vez mejor...Pasito a paso vamos pa'lante!!!!!! Sí!!
    Un besín!!!!!!!!!!!!!!!!!

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  2. Fili, acaba de llamarme mi padre para decirme que habías escrito sobre mi abuelo, tengo que decirte que le has emocionado, y me dice que te cuente que en los 44 años que le conoció y más aún, en los últimos 4 años que vivió con él y le cuidó como el hijo que sentía que era, nunca han tenido una palabra más alta que otra.
    Yo, personalmente no tengo palabras para agradecerte que te hayas acordado de mi abuelo, él siempre será un ejemplo para cualquier persona que intente pasar por esta vida haciendo felices a los demás . Para ello no necesitaba grandes gestos, pero todos sus pequeños detalles nos mostraban día a día su preocupación por los demás.
    Tengo que agradecer también infinitamente a toda tu familia, tu mujer, tus padres, los suyos y tu hermano que hayan sacado tiempo para acercarse al tanatorio para acompañarnos en el mal trago.
    Me gustaría darte todos los ánimos del mundo, cada día te leo y formulo para ti uno de esos pensamientos positivos que dicen que atraen , sin ninguna duda, la fortuna y la felicidad , espero que en ti se cumplan

    Un beso muy grande para ti y para tu familia y de nuevo muchas gracias

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  3. Después del anterior comentario de Siliva, poco más se puede decir. Disfruta de tu estancia en casa y no te agobies pensando si va a ser más o menos corta o larga. Disfrútala y ya está. Me alegro mucho por los dos. Feliz fin de semana Fili!!!

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  4. Cómo nos alegramos Fi!, en casa seguro que te sube un poquitín el ánimo antes, además no me imagino la cesta de delicatessen que te habrá prepardo Mo :)

    Un besín muy fuerte a los dos.

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  5. Hola Fili. En casa. Qué bien. Claro que entendemos que tengas la mosca detrás de la oreja, pero eso no te ha impedido volver a casa y disfrutar del dulce de membrillo, de la caja de Navidad y de la tranquilidad que proporciona estar de nuevo en tu casa. Si hay que volver al hospital --que volverá-- se vuelve, y ya está. Pero estos días en casa serán la mejor medicina para elevar el ánimo. Y si además nuestro Sporting gana, habrá que disparar unos cohetes ¿no? qué digo cohetes, una mascletá... Me has alegrado la tarde. Un abrazo. HONOR Y FUERZA.

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