jueves, 23 de diciembre de 2010

Día LXV

Son casi las cinco de la tarde de este jueves veintitrés de diciembre, víspera de Nochebuena, cuando comienzo a escribir el Blog. Parece increíble que después de todo el agua que cayó ayer todavía hoy sigamos entre chaparrones. Encima ha enfriado de nuevo, así que las fiestas se presentan con un tiempo más bien revuelto. Bueno, al final de lo que se trata es de pasarlas con la familia y los seres queridos en casa, y el tiempo que fuera haga tampoco es que sea demasiado importante, ¿no?

Ayer por la noche me molestaron para dormir algo menos las punciones, aunque por otra parte anduve un poco más molesto con la garganta reseca, así que al final, desperté también bastantes veces. Llevo ya un par de días donde se me seca mucho la boca y me queda la lengua como pastosa, por lo que tengo que andar bebiendo con frecuencia. Son efectos secundarios de la quimioterapia a los que uno tiene que acostumbrarse. Por lo demás sigo bien, con pocas molestias, sin fiebre y con muy buen apetito. Estos son los días que he aprendido a aprovechar. Sólo espero que duren todavía un poquito más; por lo menos hasta este lunes.

Cambiando de tema, esta mañana he podido comprobar que de verdad un año más no rasqué nada en la lotería. Recuerdo de pequeño cuando el día de Lotería por la tarde, bajaba corriendo a hacerme con uno de los periódicos que sacaban una edición especial con los números de la lotería. Y con la lista en la mano empezaba a revisar las papeletas que mis padres hubieran comprado. Ahora con las nuevas tecnologías lo de la lista ha quedado un poco obsoleto y quien más quien menos tira de Internet para comprobar de forma rápida si sus décimos o papeletas tienen premio o por el contrario podemos tirarlos a la papelera. En mi caso más bien ha sido lo segundo, porque curiosamente, únicamente llevo una pedrea en un décimo que me regaló mi hermano y lo jugado en otro que me regaló también un primo. Al final va a resultar que es mejor que te regalen lotería que comprarla para que te toque. En fin, que como lo último que se pierde es la esperanza, estoy decido a que en El Niño mi suerte cambie, que ya será 2011, y no sé por qué me da en la nariz que este próximo va a ser un gran año para mí. No en vano toda la vida jugué con el once, como extremo izquierda que era. Y no puedo decir que me trajera mala suerte.

Esta tarde ya estamos en casa con algún preparativo para la cena de mañana. Tampoco es que vayamos a preparar ningún menú espectacular, pero bueno, siempre hay bastante que hacer. Comida seguro que como en todas las casas sobrará, ¡y qué deciros de los postres! Quedarán como siempre rodando unas cuantas semanas todavía después de pasadas las fiestas.

Hablando de postres, no sé por qué estando echado reposando un poco, me vinieron a la cabeza los nombres de las marcas de turrón de toda la vida. Ya veis en qué cosas ocupo mi mente. Y me acordé entonces que en mi casa mi madre siempre fue de El Almendro. Luego a lo mejor caía alguna tableta de 1880 pero era algo excepcional. Y para el cava por supuesto Freixenet Carta Nevada. Lo del Cordón Negro fue siendo yo ya un chaval. Pero luego ibas al súper o simplemente veías los anuncios y te dabas cuenta del montón de marcas que había; en turrones Delaviuda, Picò, El Lobo, 25, Anitù Xixona… Y en cavas más de lo mismo, Rondell, Castellblanch, Codorniù, Delapierre… Supongo que en cada casa habría preferencias o quizás más bien tradición por unos o por otros.

Ahora seguro que todos nos hemos vuelto un poco más exquisitos. Yo al menos lo reconozco. Será un pecado de esta bonanza en la que llevamos viviendo unos cuantos años y que siempre nos hace querer algo mejor.

Bueno, que hoy se me ha hecho un poco tarde para tomarme la infusión y la merienda. Luego me toca ponerme la inyección de Neupogen, que hay que mantener las defensas altas para no tener sorpresas inesperadas. Un afectuoso abrazo… “y mañana más”.

3 comentarios:

  1. En mi casa turrón 1880 que costaba un huevo y parte del otro, pero mi padre para eso era inflexible, o ese o ninguno. Y de bebida ya variaba... eso sí, para los chicos siempre sidra el Gaitero, famosa en el mundo entero.
    En mi casa la Nochebuena no se ha caracterizado por nada especial, cada año como saliera, mi madre trabajaba algunas noches o por la mañana... no lo recuerdo como algo demasiado especial. Me han entrado los nervios, no tengo nada preparado, ni siquiera comprado... como siga así, en navidad terminamos en el Mc Donald's ajjajajja. Feliz Navidad, y mucha mucha esperanza para ese 11 que será genial.

    ResponderEliminar
  2. Hola Fili: Que bien que pases la Noche Buena y la Navidad en casa. Me alegro mucho. En mi casa lo único que ha sido fijo durante toda mi vida, ha sido el plato de alubiasque mi madre le prepara siempre a mi padre: con hierba buena y patata. Yo no sé que tiene ese plato, pero mi padre lo ha tomado siempre, compartiendo mesa con mariscos, corderos y otras viandas de máxima calidad. Se ha convertido en una tradición entrañable, y todos los que cenamos juntos en Noche Buena sabemos que una año más, gracias a Dios, ese plato volverá a estar en la cena. Por lo demás, en mi casa el cava ha sido siempre (o se ha intentado) que fuera valenciano: Torreo Oria, Dominio de la Vega... No compramos cava catalán. Pero ahora lógicamente, también tomamos sidra, como no. Espero que sigas manteniendote en la línea de estos días. Y gana peso. Un abrazo. HONOR Y FUERZA.

    ResponderEliminar
  3. Hola Filippo: Tu amigo el perfeccionista debe de estar intuyendo algo, verás está llevando a su hija Águeda que es mi nieta y tu ahijada a unos cursos de natación,
    ayer casi le montan una piscina natural delante de sus casa, por la tormenta de agua el reguero entubado que pasa por detrás de su domicilio no llevaba el agua y se desbordó, bajaba por la carretera hacia su casa formó delante un gran charco y luego fue desaguando hacia el otro camino, cualquier día les entra el agua en casa y no será por lo que yo quise prevenir pero.. recuerdo que cuando vivía allí entraba por la puerta como un metro y salía por las ventanas y a salir corriendo, ahora pueden salir nadando. en cuanto a los pinchazos a la espina dorsal, cuando lo recuerdo me respigo y fue en Octubre de 1949, con 12 años por unas fiebres tifoideas me hicieron una punción y no se me olvidó el dolor y la mala sensación y ya llovió desde entonces, sobre todo ayer en Deva,. Saludos extensivos a todo tu entorno, se te olvidó el turrón de El Gaitero y los mazapanes de Toledo.

    ResponderEliminar