sábado, 26 de junio de 2010

Día 78

Son poco más de las nueve y cuarto de este sábado, primero del quinto ciclo, cuando comienzo a escribir el Blog. Esta mañana me he despertado un poco primero de lo que tenía pensado, sobre las siete y media, y a partir de ahí me ha sido imposible coger de nuevo el sueño. Habré dormido apenas seis horas pero me encuentro descansado para afrontar el día. Ya habrá tiempo más tarde para recuperar el sueño si hace falta.

Ayer viernes fue un día de esos típicos en la primera semana de cada ciclo: cero molestias, temperatura corporal casi perfecta y con buenas sensaciones en general. No puedo negar el que sienta un poco de fastidio al saber que a partir de mañana, y si se repite la tónica de los ciclos anteriores, entremos en esos días un poco menos llevaderos; pero bueno, a fin de cuentas ya sabemos lo que son y trataremos de pasarlos lo mejor posible.

Por la mañana ayer, tal y como había hecho en días anteriores, nada más que llegó mi padre, me fui con él a dar un paseo. El día estaba para ello puesto que a una temperatura genial se unía la práctica ausencia de viento. Además, a esas horas –no serían todavía ni las diez- se percibe un aire puro en el parque que parece que con solo respirarlo uno se encuentra en la gloria. Al final, caminaríamos cerca de treinta y cinco minutos, así que poquito a poco vamos subiendo. Me sigo encontrando muy a gusto y para nada noto cansancio al caminar, pero tampoco quiero excederme.

Al volver a casa y después de la correspondiente ducha, estuve echándole un ojo al correo mientras en la tele tenía puesto primero los libres de F1 –este finde tenemos carrera en Valencia- y luego las motos. Entre el motor y el mundial estaré más que entretenido estos próximos dos días.

Tras la comida me relajé un rato en el sofá –quiero decir que caí dormido- y cuando me quise dar cuenta, ya eran casi las cuatro, o lo que es lo mismo: la hora de inicio del primer partido de la jornada, todo un Brasil Portugal. Mucho ruido y pocas nueces, de tal modo que mi padre y yo, estuvimos casi más tiempo charlando del desastre de Italia y de las posibilidades de España, que atendiendo al partido.

Al acabar y para hacer tiempo hasta que llegara mi mujer, decidí intentar tomarme la revancha de la paliza al Parchís que el otro día me había propinado mi padre, así que le lancé el reto en toda regla, a lo cual, por supuesto aceptó. Fueron tres partidas rápidas –con mi mujer las partidas son a ocho fichas y duran mucho más- pero conseguí mi objetivo: empate a uno tras las dos primeras y victoria para mí en la decisiva y última.

Como me sentía en racha, nada más que mi mujer entró por la puerta ya tenía yo dispuesto de nuevo el tablero de juego. He de reconocer que la cosa estuvo bastante reñida aunque al final logré llevarme la victoria. ¡Menudo día!

Casi sin darnos cuenta llegó la hora de cenar, y al mismo tiempo, la del partido de España. Tal y como se preveía, España consiguió no solo clasificarse sino además ser primera de grupo. Ahora es cuando de verdad comienza el mundial.

Al acabar el partido y como al día siguiente en teoría no tocaba madrugar –digo en teoría porque ya veis que al final para mí ha sido igual-, nos pusimos a ver el primero de los dos capítulos que componen una miniserie para la televisión sobre la vida de Albert Einstein, y en especial, sobre su relación con su primera mujer. Después, todavía estuve leyendo un rato hasta que hacia las doce y media, apagaría la luz.

Hoy ha amanecido nublado aunque sigue haciendo una buena temperatura. Lo importante es que por lo menos no nos llueva, que no parece que vaya hacerlo. Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

1 comentario:

  1. Hola Fili:

    Veo que estás en racha y no das tregua ni a tu padre, nunca mejor dicho. Cualquiera se va a atrever a jugar contigo después de las presentes vacaciones. Un fortísimo abrazo y SEGUIMOS ATACANDO.
    Santi

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