lunes, 21 de junio de 2010

Día 73

Recién llegado de Cabueñes de la sesión de quimio –la quinta y penúltima si todo va según lo previsto-, cuando son poco más de las doce y cuarto, comienzo a escribir el Blog. Esta noche he vuelto a dormir bastante bien, y de hecho, apenas desperté un par de veces. Me levanté así descansado y con la alegría de saber que hoy empezamos un nuevo ciclo. ¡Y ya llevamos completados cuatro! En los análisis de que hoy hicimos, todo sigue aparantemente bien, así que no podemos quejarnos en absoluto.

Ayer domingo fue un día bastante similar al sábado en cuanto a sensaciones. Me levanté con las ligeras molestias en el abdomen con las que me había acostado el sábado, pero se me pasaron a lo largo de la mañana. Por la tarde de nuevo me encontré algo cansado, pero aun así puedo decir que el día en general fue bueno. En resumen podríamos afirmar que este cuarto ciclo ha sido bastante similar al tercero, quizás un pelín menos bueno, pero más por lo mental que por lo físico. A veces cuesta mantener la concentración en el único objetivo y uno se pierde en tonterías que no conducen a nada. De todos modos con el inicio de este nuevo ciclo, recupero otra vez todas mis energías positivas.

Ayer por la mañana me había levantado un poco más tarde de lo habitual, así que todo se mi hizo un poco más corto. Desde primera hora estuve viendo las motos y estuve con ellas entretenido hasta que llegó la hora del primer partido del mundial, el que jugaban Paraguay frente a Eslovaquia. No dejé tampoco de cumplir con mi sesión en la cinta de andar, aunque tampoco pasé de los quince minutillos de rigor.

Tanto la comida como la cena corría ayer domingo a cargo de mi tía, así que probablemente haya ganado algún kilillo con sus raciones XXL. Una de las cosas precisamente que me preguntaron hoy en la consulta fue si estoy manteniendo el peso, y lo cierto es que desde que comencé con el tratamiento no he perdido un gramo. Si acaso lo habré ganado. Eso es lógicamente algo bueno de cara a mantener el cuerpo con fuerzas para afrontar lo que nos queda por delante.

Tras el primer partido venía el que de verdad a mí me interesaba, que era el Italia Nueva Zelanda. Parafraseando a Jesulín, el partido lo podríamos resumir en dos palabras: des-esperante. Lo mejor de todo –o lo peor según de mire- es que después del ridículo que supone empatar con una selección amateur, Italia sigue dependiendo de ella misma para clasificarse -a esto me refería con "lo peor"-. De todos modos o mucho cambia en su juego o muy pronto los veremos hacer las maletas. ¡Arrivederci Sudáfrica!

Antes del tercer encuentro del mundial, hubo tiempo para jugar al Parchís unas partidas, en esta ocasión con mi padre. Hacía mucho que no lo hacía, así que no recordaba lo que eso significaba: sucesión casi infinita de seises –pero nunca tres seguidos-, fichas comidas unas tras otras… En fin, que le duré menos que un caramelo a la puerta de un colegio. Tres a cero. ¡Ojalá hubiera sido ese también el resultado del Italia Nueva Zelanda!

Durante todo el día hablé varias veces con mi mujer, y si todo va bien, hoy es probable que vuelva a casa. ¡Habrá que celebrarlo con una buena sesión de juegos! Tengo que aprovechar a ver si la pillo flojilla y me desquito de las últimas derrotas.

Justo cuando iba a comenzar el Brasil Costa de Marfil llegó mi madre, así que estuvimos un rato juntos. Luego ella se fue a preparar la cena para mi padre, que volvió apenas comenzada la segunda parte. Del partido poco que decir: Brasil con la ley del mínimo esfuerzo ganó con solvencia. Peligro para el resto de favoritas.

A pesar de que era domingo y que hoy tocaba madrugar, aguantamos viendo la tele hasta las doce como en días anteriores. Yo aun así, y por no perder las rutinas, todavía leí un buen rato hasta que noté que ya me podía el sueño.

Hoy ha amanecido un día soleado para celebrar el inicio del verano y parece que lo vamos a mantener unos cuantos días. ¡Genial! Si encima hoy por la tarde entra por casa mi rayito preferido, ya ni os cuento… Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

2 comentarios:

  1. Ánimo, no pueden flaquear ahora las fuerzas. Este último ciclo ha tenido la falta de tu mujer, y el cansancio de estar en la mitad pero pensar también que queda otra mitad. A partir de ahora los días serán cuenta atrás para finalizar ciclos. Asi que llénate de energía mental. Y a por los últimos ciclos... Besotes.

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  2. Ánimo amigo
    Aunque no lo notes, estamos ahí contigo.
    Un abrazo

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