jueves, 10 de junio de 2010

Día 62

A las ocho y media inicio hoy a escribir el Blog después de una noche tranquila, donde a pesar de despertar varias veces como ya es costumbre en mí, he podido descansar unas siete horas. De momento las sensaciones son buenas, y en principio no parece que hoy vaya a ser un día complicado.

Ayer como ocurriera el martes, tuve una jornada muy llevadera. Estos primeros días de cada ciclo al igual que ocurrió con los últimos, sin duda están siendo los mejores.

Tras publicar el Blog diario y poner en orden mi correo electrónico, lo primero que hice –ya veis cuáles son mis mayores preocupaciones- fue comprobar en Internet que la selección italiana, que había partido en la noche del martes hacia Sudáfrica, había aterrizado sin problemas en Johannesburgo. En GazzettaTV pude ver así el video de la llegada de la expedición azzurra, donde una vez más quedó patente el hecho de que jugar no jugaremos, pero a elegantes no nos gana nadie. ¿Qué otra selección si no la italiana, tras nueve horas de viaje descendería por la escalerilla del avión con su traje impecable, gafas de sol a la última moda y perfectamente acicalados?

Ver aquella escena también me trajo recuerdos de cuando con motivo de nuestra luna de miel, aterrizamos también nosotros en aquel aeropuerto, previa escala a nuestro destino final, Botswana. Un viaje inolvidable a la naturaleza del continente africano donde tuvimos la oportunidad de disfrutar entre otras cosas, de los paisajes y atardeceres más maravillosos que se puedan imaginar.

Volviendo al presente, tras ver en el mismo portal de Internet unos cuantos videos más sobre el Mundial que este viernes empieza, estuve pasando el tiempo jugando en el ordenador con el juego de transportes que os comentaba el otro día. No quiero pasarme con él, porque es sumamente adictivo. Cuando te das cuenta estás enganchado y puedes pasarte horas y horas haciendo y deshaciendo. Pero bueno, para desconectar un poco, está bien.

Así que lo dejé apenas comenzó la jornada de tenis por televisión. De nuevo la lluvia retrasó el inicio de la jornada en Queen’s, aunque por la tarde –y a pesar de una pequeña interrupción- no hubo problemas para que Nadal debutara en la hierba arrollando a su rival en menos de una hora.

Hacia las once de la mañana me tiré un poco en la cama a descansar, cayendo dormido casi una hora. Aproveché al levantarme que me encontraba realmente bien y relajado para dar un pequeño “paseo” en la cinta de andar. Otra media hora que añadir a las piernas para que poco a poco vayan cogiendo el tono muscular.

Se hizo así la hora de la comida, y al finalizar, llamé a Cabueñes para informarme sobre si tenían ya algún tipo de resultado en relación a la biopsia de este lunes. A falta de disponer de los datos definitivos, sí que me anticiparon que los primeros resultados parecen positivos en el sentido de que tal y como presuponíamos, el tratamiento estaría siendo efectivo. Necesitamos con todo saber ahora el porcentaje de linfocitos presentes todavía en la sangre para cuantificar esa mejoría. Por lo que se refiere al PET/TAC y también pendiente de un mayor estudio, cabría también deducirse de él esa recuperación, destacando la disminución en el tamaño del bazo, que como recordaréis, estaba inflamado antes de comenzar con el tratamiento. Probablemente para este jueves podamos ya conocer de forma pormenorizada los resultados, así que hasta ese momento prefiero ser cauto. Y sean cuales sean, no bajaremos en ningún caso la guardia.

Por la tarde fue mi hermano quien me acompañó mientras yo veía primero la contrarreloj de la Dauphiné Liberé –donde ayer Contador perdió el maillot amarillo- y después el mencionado partido de Nadal, al que seguía el de Djokovic que al igual que el mallorquín, se deshacía sin problemas de su rival.

Llegó poco después de mi mujer y de este modo, la hora de nuestro particular duelo en la mesa de juegos. Tras comenzar de forma arrolladora en el Chinchón, perdí sin embargo al Parchís, pero me resarcí de forma inmediata en el desempate establecido al Dominó. No estuvo mal por tanto, aunque la derrota al Parchís me dejó cierto resquemor. Hoy intentaré desquitarme.

Tras la cena, nos dispusimos a ver la película del día. Anoche tocaba Todo Incluido, una comedia con aires románticos, en la que cuatro parejas acuden a una isla paradisíaca con el fin de solucionar los problemas de una de ellas. Como suelo decir, sin ser nada del otro mundo, cumplió con su objetivo y sobre todo, no veáis los dientes largos que se me pusieron viendo aquellos parajes, que según los créditos finales, se situaban en la isla de Bora Bora.

Ya durante la película comenzó a llover de forma torrencial y por lo que se ve, siguió así durante toda la noche.

Esta mañana ha amanecido de igual modo lloviendo a mares. Por lo que he oído por la radio en Avilés hay inundaciones de cierta importancia y en otras zonas de Asturias, la situación podría complicarse aún más en las próximas horas. Cualquiera diría que estamos a cuarenta de mayo. ¡A ver quién es el guapo que se quita hoy el sayo! Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

3 comentarios:

  1. Hola Fili:

    Buenísimas noticias. Que un campeón supercompetitivo no se iba a amilanar y le iba a dar caña por arriba y por abajo al intrusoT, estaba cantado. Ánimo que estamos a punto de marcar el tercero. Un super abrazo.

    Santi

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  2. Hola cariño!! yo tuve buena noche; y ya ves, imposible dormir más de 3-4 horas cuando llego! a la una y media ya estaba danzando por casa. Así que con este día y el sueñín que arrastraré caerá una buena siesta, a que sí!!
    Qué buenas noticias! Este Sr. T no sabía dónde se metía!
    Muchos besinos y toditos los rayitos de sol para ti!

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  3. desde alicante te envio un monton de rayos de sol, por ahora aqui no llueve ni ha bajado la temperatura

    me alegro de que las pruebas esten arrojando datos positivos y seguro que los datos definitivos seran aun mejores

    un besin para monica

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