Día 57

A las diez de la mañana y ya con el televisor encendido viendo los libres de MotoGP, me dispongo a escribir el Blog. Esta noche dormí bastante bien. Aunque desperté varias veces no tuve problemas para volver a coger el sueño; calculo que al final habré dormido unas siete horas. No está mal.

Ayer me levanté un poco atascado de nariz. Creo que la causa fue que el día anterior, mientras estuve en el Centro Médico, cogí algo de frío porque en algunas salas, como la del escáner, tenían el aire acondicionado que entraban los pingüinos por la puerta. Yo siempre he sido bastante sensible para el aire acondicionado y de hecho, apenas lo pongo en el coche, y cuando viajo en avión, suelo llevar una botellita de agua para ir bebiendo y que no se me reseque la garganta. De todo modos con unos buenos vahos y unos lavados con agua salina, el problema parece haberse solucionado.

La mañana transcurrió tranquila, aunque es cierto que a pesar de seguir sin fiebre, no me notaba tan a gusto como el día anterior. Son sensaciones y tampoco es que te duela nada. Puede que el motivo sea que en estos últimos días del ciclo, es cuando la quimio está un poco bajo mínimos, y el cuerpo trata de producir a destajo defensas, plaquetas, etc.; así que tal vez todo venga por ahí. Tampoco le doy mayor importancia porque como digo, con todo, me encuentro bastante bien.

En cualquier caso, antes de la comida eché la cabezadita de rigor. Ayer se me fue un poco la mano y en lugar de los cuarenta y cinco minutos habituales me tiré más de una hora durmiendo. Poco más y me tienen que despertar para la comida.

Después de comer comenzaba lo que se presumía como una larga jornada de tenis. Habrían las semifinales de Roland Garros el sueco Robin Soderling frente al checo Tomas Berdych. El sueco, que en principio partía como favorito, no lo tuvo nada fácil. Prueba de ello es que tras ganar el primer set, el checo se impuso en los dos siguientes, obligando a Soderling a remontar un partido que se le había puesto realmente difícil. Lo hizo, y mañana se medirá en la final a Nadal, quien en la segunda semifinal se impuso al austríaco Jurgen Melzer, necesitando para ello únicamente tres sets, si bien es cierto que en el tercero, cuando todo parecía encarrilado para el mallorquín, Melzer reaccionó y llevó el set al tie break donde la mayor experiencia y clase de Nadal se impuso.

Para cuando acabaron las dos semifinales eran ya las siete de la tarde. Tuvimos tiempo no obstante para nuestro campeonato de juegos. Fue una jornada negra para mis intereses pues sumé sendas derrotas al Chinchón y al Parchís.

Como no hay nada mejor que una buena cena para limar el resquemor que las derrotas producen en mi orgullo patrio, mi mujer se encargó de que nada más dar el primer bocado, me hubiera olvidado de todas mis penas.

Anoche como viernes que era, tocaba nuestro particular Peliculón. La elegida para la ocasión fue Malditos Bastardos, de Quentin Tarantino y con Brad Pitt como principal protagonista. No nos disgustó en absoluto, aunque algunas escenas tal vez sean un poco crudas para ojos sensibles a ese tipo de excesos sangrientos típicos del director americano.

Al acabar la película, con la idea de irnos ya a la cama, vimos sin embargo que en La2 estaban en directo conectados con el festival de Rock In Rio, que como sabréis, se está desarrollando en Madrid. Justo a las doce y media de la noche era la hora marcada para el inicio del concierto de BonJovi, así que nos quedamos todavía un buen rato viendo la actuación del veterano rockero de New Jersey. ¡Cuántos recuerdos me vinieron a la cabeza! Tenía yo catorce años cuando temas como Runaway primero o Livin On A Prayer después, arrasaban en la radio. Recuerdo también el concierto que dieron años después en El Molinón y al que por su puesto asistí. ¡Nos hacemos mayores!

No me quedé hasta el final del concierto porque acababa a las dos y media de la madrugada, pero aguanté un ratillo, así que para cuando apagué la luz de mi mesita, eran ya casi las dos.

Hoy ha amanecido de nuevo nublado y no tiene pinta de abrir. Las previsiones para el fin de semana no son especialmente buenas en ese sentido y de cara a la semana que viene parece que tampoco veremos demasiado el sol. Como se suele decir en estos casos, pondremos al mal tiempo buena cara. Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”