martes, 15 de junio de 2010

Día 67

Cuando son las ocho y media de la mañana de este martes, segundo del cuarto ciclo, comienzo a escribir las primeras líneas de este Blog. Esta noche he dormido bastante bien habiendo despertado únicamente un par de veces, lo que no veáis cómo agradezco. Me he levantado así con muy buenas sensaciones y como siempre, con bastante hambre, por lo que nada más ducharme me he lanzado a desayunar a lo grande.

Después del domingo “movido” que habíamos tenido, ayer fue un día mucho mejor. Es cierto que desde mediodía y hasta acostarme mantuve la temperatura en los 37, pero sin embargo, durante toda la jornada me encontré muy bien y sin apenas molestias en la espalda, que eran las que me habían dado más fastidio el domingo.

Ayer tocaba análisis de control en Cabueñes, por lo que a las ocho y media ya estábamos en el hospital para la extracción de sangre. Si me pongo a contar las veces que me han pinchando en los últimos meses lo mismo tengo más agujeros que un queso gruyere. No se encontraba en la consulta mi hematóloga habitual, así que me atendió una compañera suya. No hubo novedades respecto a lo importante, es decir, respecto a los resultados definitivos de la biopsia de la médula ósea. Siguen a la espera de que el patólogo les remita su informe puesto que de él podría derivarse el procedimiento a seguir a partir de ahora.

Sé que no me puedo quejar en absoluto de cómo estamos llevando el tema hasta ahora, pero aceptando luego lo que pueda venir, de mano quiero ser ambicioso y pensar que mi cuerpo ha sido capaz no sólo de asimilar la quimio, sino de aniquilar de la mano de ésta a nuestro enemigo común.

A la vuelta, a pesar de encontrarme bien preferí no tentar la suerte por lo que no realicé mi paseo en la cinta, que fue sustituido por algunos “largos” por el pasillo durante la mañana.

Como en jornadas anteriores, a la una y media comenzaban los partidos del mundial. En este caso jugaban Holanda frente a Dinamarca, en un encuentro que a priori prometía. Pero como no siempre las cosas responden a las expectativas que sobre ellas se crean, en realidad el partido fue un tostón en el que Holanda se impuso con una suerte que para sí quisieran muchos.

Debido al horario de este primer partido, lo que vengo haciendo estos días es retrasar un poco la comida –solía antes comer sobre las dos menos cuarto- para hacerla coincidir con el descanso. Así, nada más acabar de comer, retomo el partido en su segunda parte. Hay que optimizar el tiempo.

Por la tarde a las cuatro regresó de nuevo mi padre –quien ya me había acompañado por la mañana- y juntos estuvimos viendo el segundo partido –y segundo tostón- del día: Japón Camerún. En este caso era más previsible a la vista de quienes jugaban, pero me esperaba más del equipo de Etoo. Al final sorprendentemente fueron los nipones los que se llevaron el gato al agua –león en este caso- con un solitario gol.

Llegó entonces mi mujer y ya tenía yo preparado el “terreno de juego” para tratar de vengar mi derrota del día anterior al Parchís. No hubo manera. Llevaba una partida redonda desde el punto de vista táctico, pero como me ocurre últimamente, de repente todo se torció y ya no hubo forma de levantar la partida. ¡Ni al Parchís se puede confiar uno! Lo volveremos a intentar hoy.

Mi mujer, con la sonrisa de la victoria en los labios –es broma, ella en ese sentido no se parece en nada a mí- y yo, con el cabreo de la derrota –esto sí es cierto- decidimos entonces aprovechar que había tiempo para preparar la cena antes de comenzara el partido del día, el Italia Paraguay.

Me había propuesto no agitarme con el partido pasara lo que pasara, y aunque pensaba que lo estaba logrando, bastó que marcara Paraguay cuando mejor lo estaba haciendo Italia, para que se desencadenaran todos los truenos que hasta entonces había permanecido aletargados en mi interior. Respiré un par de veces y ya durante el descanso traté de convencerme de que aquello no iba conmigo, que no merecía la pena agitarse. ¡Vaya si no! Con el empate di un salto que casi pego con la cabeza en el techo. Lo cierto es que fue un partido entretenido, en medio de un diluvio universal –debe ser el primer partido en el que llueve en el mundial- y donde el empate se puede considerar como justo. Tengo que decir además que Italia me gustó más de lo que me esperaba. Los octavos parecen alcanzables.

Estuve luego viendo los resúmenes de la jornada –por si había tenido ya poco fútbol- y para rematar, me dediqué a leer por Internet las primeras crónicas del partido de Italia. Me iría para la cama sobre las once y media y todavía estuve leyendo media hora hasta que bostecé por primera vez, circunstancia que aprovecho siempre para apagar la luz. No se puede desperdiciar un bostezo a esas horas.

Hoy ha amanecido lloviendo otra vez a mares. Parece ser que un nuevo frente frío entra por el Norte. Se antojaba algo impensable hace un par de semanas, pero lo cierto es que hemos tenido que volver a encender la calefacción para que la temperatura dentro de casa no baje de unos confortables veintidós grados. Y mientras escribo estas líneas, os prometo –me prometo- una cosa: “y mañana más…”

3 comentarios:

  1. Como Italia llegue a la final, y sea con España te cargas toda la tranquilidad de estos meses. Fili por favor que es sólo futbol!!! A ver si ahora te nos escojonas contra el techo, en la tanda de penaltis... jejeejejejj

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  2. Hola cariñín!! tu tranquilo que mañana la roja te da una alegría ya verás. Saca la vena cañí que llevas dentro!!

    A ver si esi patólogo nos da una alegría esta semana!!

    Milloooooooooooones de besos y rayitos de sol!!

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  3. Hola Fili: llevo unos días fuera del despacho y voy un poco retrasado en el blog. Lo de Italia no es nada con lo que veremos mañana, o eso espero. Yo creo que tendré asuntos pendientes fuera del despacho hasta las 18'00 h. Imagino que la mayoría de los españoles tendremos motivos para no estar localizados en esa franja horaria. Yo ya he quedado en casa de mis padres, con mi cuñado y mi hermana, mis sobrinos y quizá mi hermano. Todos juntos para ver un gran partido. Lu trabaja y no podrá eludir su responsabilidad. Yo se lo contaré con pasión. HONOR Y FUERZA.

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