viernes, 26 de noviembre de 2010

Día XXXVIII

Son las tres y media de la tarde cuando comienzo a escribir el Blog en este viernes veintiséis de noviembre. Hoy hemos tenido un día sin lluvia, incluso con algo de sol, aunque afuera por lo que me han dicho hace un frío que rasca. Bueno, frío para lo que estamos aquí acostumbrados, porque puedo imaginarme lo que pensarán en otros lugares si con nueve grados que tenemos hoy les hablamos de frío. No tengo tampoco que imaginármelo mucho, porque todavía recuerdo el año pasado cuando me tocaba visitar Palencia, Ávila, Segovia, Salamanca, Zamora… y me encontraba alguna vez con hasta menos siete grados al salir de hotel. Aquello sí que despertaba al más soñoliento.

Hoy la noche fue llevadera. Estuve toda la tarde con la tripa bastante revuelta pero al echarme me dieron un antidiarreico -el socorrido Fortasec- que me ayudó a pasar una noche relajada dentro de lo que cabe. Pude recuperar así parte del sueño perdido del día anterior. Lo malo fue que al despertar esta mañana me he encontrado con que el problema persiste, y a estas alturas de la tarde lejos de atisbar síntomas de mejoría, casi noto que va incluso a más, lo que empieza ya a preocuparme.

La médico no obstante no le da demasiada importancia al tema, y únicamente esperará a los análisis de mañana para confirmar si me puede dar el alta. Hoy hemos puesto una bolsa de sangre por la mañana y para la tarde tengo prevista una de plaquetas. Con eso debería ser suficiente para que pueda alcanzar unos valores de seguridad que me permitan irme a casa. Pero lo dicho: mañana lo sabremos. Lo que me ha gustado es saber que en principio no hay intención de que me pase por el hospital hasta el próximo jueves para un nuevo control. Eso me daría unos cuantos días de tranquilidad en casa. Estoy con ello valorando seriamente la idea de aprovechar este inpass para que nos vayamos a nuestra casa. Luego, si viéramos que me encuentro fatigado, o que con lo aplasia, surge alguna complicación, siempre estaríamos a punto de volver con mis padres. Pero es que creo que a mi mujer y a mí nos van a venir muy bien el poder volver, aunque sea en una mínima expresión, a nuestra “vida normal”.

Os había comentado que ayer se quedaba mi madre a dormir conmigo en el hospital, que es la ventaja que te ofrece el tener una habitación reservada en exclusiva para ti, para que luego hablemos mal de la seguridad social. Si mi hermano había dejado el pabellón muy alto como cuidador, mi madre, como no podía ser de otra forma, lo bordó. La verdad es que no sé lo que dormiría, porque cada vez que yo despertaba porque o entraban a la habitación o me daban ganas de ir al baño, ella estaba ahí ya levantada y hasta que no me cubría con la mantita de vuelta en la cama, no se echaba de nuevo. Si es que madre solo hay una.

Para hoy está previsto en principio que sea ella quien se quede de nuevo, aunque dependerá también de cómo me encuentre, porque en realidad, si no fuera por lo del estómago, que al final es lo que es, ahora que me han quitado esta mañana la última bolsa de quimio, no debería tener ningún problema en plan náuseas o vómitos; así que como la primera noche, podría dormir perfectamente solo. De hecho ya me han retirado incluso la primera de las vías, manteniendo las otras dos, una para los medicamentos, y la tercera para las plaquetas y sangre. Así que cada vez me encuentro más cómodo a la hora de poder moverme. Bueno, dejaré que sea mi madre la que decida. Y sé bien cuál sera su decisión.

Lo que volvieron anoche a inyectarme fue una dosis de Eprex, que si recordáis, es la EPO que se meten los ciclistas para subir su hematocrito. Había hablado al mediodía con mi médico la posibilidad de hacerlo, ya que lo de las transfusiones tiene el inconveniente de que sube los niveles de ferritina, que ahora mismo en mi caso, están por encima de lo normal, lo cual no es bueno. Así que vamos a ver si con este chute de EPO podemos contribuir de una forma menos nociva a que suba mi nivel de hemoglobina. En principio no pondré nada más que una a la semana.

Por el tema de la tripa apenas desayuné un té con unas galletas tostadas, y ahora para comer, tampoco es que comiera demasiado: un poco de puré de fabas –no creo que fuera muy apropiado en mi estado actual- y lenguado a la plancha. Me han traído esta tarde un nuevo té con limón, pero a mí me da la sensación de que todavía me revuelve más que me ayuda. A ver si para la cena consigo asentar un poco el estómago, que menuda centrifugadora que tengo ahí dentro.

Y nada, que ahora me estoy entreteniendo una vez más con algo de tenis. Nadal en estos momentos está jugando su tercer partido del Masters, en este caso contra Berdych, y por lo que estamos viendo en este todavía primer set, la cosa no va a ser sencilla, aunque seguro que al final acabará imponiéndose el rodillo mallorquín. Lo que no había visto yo en mi vida era a Nadal tan mosqueado con una decisión arbitral, que es cierto que había sido totalmente errónea en su contra. Aunque bueno, para eso el que era un genio era el insuperable McEnroe.

Antes, viendo el telediario, me hizo mucha gracia una noticia; fue en Antena3. Comentaban que se estaba extendiendo una moda entre los famosos para en lugar de acudir al dentista para tener la sonrisa más perfecta del mundo, ahora lo hacían porque querían tener alguna imperfección como tener los dientes ligeramente separados, al estilo Madonna, o al de la inigualable Brigitte Bardot. Me hizo como digo mucha gracia porque yo siempre he tenido bastante complejo por mis dientes separados, aunque nunca me decidí a colocarme un aparato de ortodoncia para remediarlo, y ahora me veo ya un poco viejo para ello. Pero claro, si además de buenas a primeras me dicen que voy a estar a la moda… En fin, que de verdad que a veces esto de las tendencias, pues eso, que dan un poco la risa. Y eso es lo importante: que con dientes separados o con ellos en perfecta alineación interplanetaria, luzcamos la mejor siempre de nuestras sonrisas, que es la que no muestran los dientes, sino la que ofrece nuestro corazón.

Bueno, vamos a ver si tenemos una tarde tranquila dentro de lo posible. En breve llegará mi hermano a hacerme compañía hasta que llegue luego mi mujer… Está todo perfectamente sincronizado. Confío en que el próximo Blog pueda ya escribíroslo como un rey desde mi sofá. Sea desde donde sea, os envío un fuerte abrazo con mis deseos de un feliz fin de semana para todos,,, “y mañana más”.

2 comentarios:

  1. Hola Pipi...
    pase lo que pase ya queda poco poco pa que vuelvas a tu sofá :) Como dices, el vaso que sea medio lleno :)
    Este fin de semana es la fiesta de 'Les Cebolles Rellenes' y cómo manda la tradición del buen 'entreguín' allá habrá que ir :) Ya les estoy saboreando :)

    Te mando un beso muy fuerte y espero que el próximo blog sea escrito desde un sofá naranjaaaaaaaa :D

    Un beso a esa supermami!!!!! Claro que no hay más que una!!

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  2. Ainsss a ver si pasa esto (que es lo peor del ciclo) y pronto las náuseas son sólo un mal recuerdo de esta semanita, que está siendo dura. En fin, se nota que la quimio es distinta y tu cuerpo reacciona de diferente forma a cada medicamento. Todo sea por luchar y vencer.
    Besos, te deseo un fin de semana en casa. Lo de la madre me llega al alma, como cuida una madre... eso es verdad. Dale un beso de mi parte, de madre a madre, pienso mucho en ella y en lo que para ella significa todo esto. Es otra protagonista en la sombra. La verdad es que en el blog has hablado de tu mujer, de tu padre, de tu hermano, de muchos miembros de tu familia, pero cuando nos has contado algo de tu madre ha sido siempre en situaciones duras, o bien contanto historias difíciles: cuando de bebé estuviste ingresado, cuando te hiciste daño, ahora cuando estás fastidiado con la barriga... las madres son las que están cuando la cosa se pone muy dura... y con ellas siempre parece que todo es un poco mejor.
    Mi admiración en este comentario hacia ella y todas las que como ella pelean como leonas para defender lo suyo: sus hijos.

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